Raúl Flores / Contexto | 4 septiembre, 2025

Pese a esa tendencia en el aumento de este tipo de percances viales, la mortalidad entre usuarios de motos registra un repunte ligero, al pasar, en números redondos, de 1 a 2 decesos en promedio al mes entre 2021 y 2024.

El año 2021 cerró con 17 motociclistas muertos en Ciudad Juárez. La cifra se repitió al año siguiente. Para el 2023 subió a 19 personas fallecidas, un comportamiento que se repitió en 2024.

En lo que va de este año, se han registrado siete víctimas mortales en este tipo de accidentes; sin embargo, las autoridades no cuentan con estadísticas que permitan establecer cuántas de ellas son mujeres y cuántos, hombres.

Sobre los sobrevivientes con lesiones, los datos oficiales muestran un aumento del 27 por ciento en los últimos cuatro años, al pasar de 310 en 2021 a 394 en 2024. En lo que va de este año, suman 168 personas lesionadas.

Basándonos en datos de los accidentes vinculados a motos registrados en la ciudad, los meses de mayo, marzo, octubre, junio y julio fueron los peores en 2023. El año pasado fueron abril, octubre, agosto, noviembre, junio y julio.

Seguridad Vial, considera que este aumento en accidentes es proporcional a la multiplicación de motocicletas en las calles de la ciudad. Sin embargo, no proporciona los datos que confirmen sus dichos.

Atribuye el aumento del número de motos a que muchas empresas las habilitaron como herramienta necesaria para el reparto de sus productos y servicios, “por su fácil desplazamiento” en una ciudad que se ha expandido y que presenta congestionamiento vial en algunos sectores.

—Hace 10 años no había este DiDi o Uber, no había servicio de entrega a domicilio como hoy, que ya cualquier empresa, cualquier negocio, prestador de servicios, ofrece ese servicio (de reparto), y esta es una de las muchas razones que nos ha incrementado el parque vehicular de motocicletas —afirma.

Aunque los siniestros en motocicletas se registran por distintos rumbos de la ciudad, Seguridad Vial del Municipio identifica a la avenida De las Torres, Óscar Flores y los bulevares Independencia y Zaragoza como las zonas de mayor incidencia. Todas se concentran en el suroriente de la ciudad, hacia donde se ha impulsado el crecimiento urbano en los últimos años.

Motociclistas dedicados al reparto de comida exponen que el principal riesgo al que se enfrentan durante su jornada de trabajo son los accidentes viales, principalmente porque los conductores de otros vehículos, como automóviles y camiones, no respetan su espacio en la vía.

—Hay conductores que son muy abusones y le avientan a uno el carro encima, son muy groseros; sabemos que nosotros también tenemos que respetar, no meternos entre los carros, pero con nosotros se pasan —asegura un motociclista de DiDi que pidió ser identificado solo como Luis.

Relata que en los tres años que ha utilizado la motocicleta como su medio de transporte —uno de ellos como trabajador de la plataforma— fue atropellado en una ocasión.

—Una señora que iba por la calle Belisario Domínguez me aventó cuando yo iba en la moto; me quebré el pie derecho. La señora tuvo la culpa y me pagó, pero me quedé sin trabajar mientras estuve en recuperación —comenta.

Edgar, otro conductor de plataforma con cuatro años de antigüedad en este tipo de servicio, asegura que “todos los días, a todas horas” se enfrenta al riesgo de ser atropellado, por lo que optó por comprar una cámara que porta en la parte frontal de su casco para grabar la placa en caso de sufrir algún accidente.

—Hay más gente imprudente desde que empezó lo del decreto; como hay mucha facilidad de que tenga carro cualquier persona, sin que tenga la mínima idea de lo que son las reglas de tránsito, pues no te dan el pase, no te respetan, te echan el carro, te quieren rebasar o te golpean —dice.

El decreto al que Edgar se refiere es el que emitió el Gobierno federal en enero de 2022 para fomentar la regularización de vehículos usados de procedencia extranjera, el cual permanece vigente hasta la fecha.

Datos oficiales arrojan que desde 2022 —año en que entró en vigor el decreto presidencial— hasta la fecha, el padrón vehicular en Ciudad Juárez ha crecido un 25 por ciento, al sumar más de 157 mil unidades al registro.

Aun cuando Jesús maneja motocicletas desde hace 15 años, el percance del pasado 11 de enero fue su primer accidente.

El hombre dice que usa la motocicleta por recreación. Le gustaba disfrutar de paseos por la ciudad con su esposa, pese a que ha visto que son más peligrosos para los conductores de motos porque el resto de los vehículos se les atraviesan sin precaución: “no nos respetan”.

Eso ocurrió en su caso. La negligencia de un conductor de una camioneta tipo van, que dio una vuelta en U en una zona prohibida, impactó la moto donde viajaba Jesús —al volante o manillar— y Miriam, como su pasajera.

Eran cerca de las siete de la tarde. Esperaban la luz verde del semáforo en la avenida Jilotepec para dar vuelta a la izquierda hacia la calle Iztaccíhuatl, relata Miriam. De repente, fueron impactados y arrastrados por una camioneta.

—Él quería darse a la fuga (el conductor de la van); le daba para enfrente y le daba para atrás, pero al momento en que hizo eso, el cuerpo de mi esposo levantaba la camioneta y no avanzaba —dice la mujer.

El peso de la camioneta y el ajetreo del intento del conductor por darse a la fuga dejaron inconsciente a Jesús y destruyeron el casco de Miriam. Él sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en la piel de su espalda, golpes en sus rodillas, brazos y en el tórax; esto último le provocó la dislocación del esternón. Ella sufrió golpes en distintas partes de su cuerpo.

Testigos del accidente se acercaron a prestar auxilio e impedir que el conductor de la camioneta se diera a la fuga. Primero lograron sacar a Miriam, quien pedía a gritos que ayudaran a sacar a su esposo, que —según ella— ya no respiraba. No fue sencillo, ya que aún se encontraba debajo del peso de la camioneta, pero entre varias personas lograron levantarla y arrastrar el cuerpo de Jesús.

Miriam recuerda que, al ver a su esposo, notó que su respiración “ya no era normal”, y al jalar de él pudo observar que no era solo sangre lo que salía de su boca, sino una espesa espuma.

Su esposo se estaba convulsionando, asegura.

Nada de esto recuerda Jesús, quien ahora agradece estar con vida, pero afirma que él no tuvo la culpa y que, además, como precaución adicional, usaban cascos y vestían ropa de protección —de lona gruesa y doble—, así como guantes y calzado especial.

Jesús concede que en muchos accidentes también está la imprudencia de los motociclistas.

Ante este panorama, la corporación lanzó una campaña en video donde llama a los automovilistas a respetar a las personas que se trasladan en motocicletas. Les pide no dar vueltas en U, no presionarlas mientras circulan y, entre otras recomendaciones, mantener una distancia adecuada con las motos, equivalente a la que se guarda con otro vehículo.

Al hablar sobre la responsabilidad de los motociclistas en accidentes, la Coordinación de Seguridad Vial menciona que las principales causas son el cambio de carril sin precaución, no conservar la distancia con otros vehículos, el exceso de velocidad, pasarse los semáforos en rojo y no respetar el señalamiento de alto.

Pese a este panorama, no hay una campaña preventiva en marcha enfocada a los motociclistas; aunque sí existe capacitación que ofrecen a empresas dedicadas específicamente al reparto o a dar servicios a través de motocicletas, como es el caso de repartidores de comida, paquetería y mensajería, agrega.

Motos chuecas, la mayoría

Según los datos de Recaudación de Rentas del Gobierno de Chihuahua, el número de motocicletas registradas en Ciudad Juárez representa el 1.3 por ciento del total de vehículos inscritos en el padrón, que suma 795 mil unidades.

Sin embargo, el coordinador operativo de Seguridad Vial estima que únicamente un 10 por ciento de las unidades de este tipo circulan plaqueadas. Prácticamente, la gran mayoría anda “chueca”, es decir, no cumplen con los requisitos oficiales para circular por la ciudad.

El recaudador, Raúl García Ruiz, concede que es un problema grave que los motociclistas no regularicen sus unidades, porque no tienen certeza jurídica y, en caso de algún percance vial, no se sabe de quién es el vehículo.

—La verdad es que sí, no hay, al menos de parte de Recaudación, una forma coercitiva para hacerlo, porque no contamos con un padrón confiable de cuántas motocicletas se venden, es una realidad —dice.

Considera que un factor que dificulta el registro es que se venden con mucha facilidad, hasta en tiendas departamentales, lo que hace complejo el ordenamiento; han optado solo por llamar a la conciencia de los propietarios para que se registren y obtengan sus matrículas.

—Además, no es gravoso registrarse y obtener las placas; este año el alta cuesta mil 500 pesos y la revalidación mil 120 pesos —agrega.

Para la urbanista Alma Rodríguez, la falta de registro obedece a la falta de aplicación de la ley, porque no hay consecuencias para quienes circulan sin placas.

Considera que falta coordinación con el Gobierno Municipal, que tiene a su cargo la Seguridad Vial, para que también se promueva una campaña que informe a los motociclistas que deben registrar sus unidades y contar con placas.

En materia de cultura vial, agrega, se expiden licencias de conducir con requisitos muy laxos, con un proceso que, desde su consideración, tiene más fines recaudatorios porque se privilegia que paguen, y no tanto que tengan los conocimientos y la madurez para conducir un vehículo.

Y es que, mientras la cantidad de motos que circulan en la ciudad aumenta, el porcentaje de las que están registradas en el padrón vehicular va a la baja, según datos del Inegi. De 2019 a 2021, el 1.6 por ciento de los vehículos registrados eran motocicletas; sin embargo, a partir de 2022 se observa una tendencia descendente que va del 1.5 hasta alcanzar el 1.3 por ciento en 2023.

La Radiografía Socioeconómica del Municipio de Juárez 2024, publicada por el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), indica que ese año las motocicletas representaban también el 1.3 por ciento del padrón vehicular.

Sin embargo, tanto la autoridad registradora —Recaudación de Rentas— como Seguridad Vial reconocen que el número de motocicletas no corresponde con la cantidad que realmente circula en las calles de Ciudad Juárez, por lo que la cifra oficial es muy inferior a la real.

En Ciudad Juárez, conducir una motocicleta es más que trasladarse de un punto a otro: es asumir que cada semáforo, cada cruce y cada frenazo puede ser el último. Las historias de Jesús y Miriam, y de los más de mil 400 sobrevivientes de los últimos cuatro años, son prueba de que la línea entre la vida y la muerte se mide en segundos… y en el respeto que aún falta en las calles. Mientras la ley siga sin alcanzarlos y el control sea una promesa lejana, los motociclistas seguirán jugándose la vida sobre dos ruedas.