Uno de los motivos por los cuales el delito de trata de personas en su modalidad de explotación sexual se mantiene, es porque los consumidores finales de la pornografía o quienes pagan por los servicios de prostitución, no tienen conciencia del sufrimiento de las víctimas o de las circunstancias en que se obtuvieron las imágenes o a las personas a quienes se utiliza como mercancía, advierte la doctora Olivia Aguirre Bonilla.
La académica explica lo anterior, al comentar que se trabaja en un proyecto de investigación, a fin de tener información de respaldo que permita diseñar una campaña dirigida a los consumidores finales de un mercado de trata de personas.
Generalmente los esfuerzos de investigación se concentran en las víctimas o en los victimarios, pero pocas veces o nunca en los consumidores de contenido, y en este caso, ella y su colega Martha Dena, tratan de conocer más acerca de la última cadena de suministro, dice.
Aguirre Bonilla comenta que ellas forman parte del Consejo para Erradicar y Prevenir la Trata de Personas y se dieron cuenta de que no había investigaciones enfocadas en los consumidores.
Consumidores en red
Señala que en la frontera los consumidores de los contenidos sexuales no se encuentran solamente en las redes sociales, sino que son lectores de periódicos o se adhieren a listas de WhatsApp o Telegram, por donde les hacen llegar la información para que contraten a las víctimas de trata de personas, a quienes se explota sexualmente.
En Ciudad Juárez hay una gran cantidad de personas oriundas de Estados Unidos, quienes cruzan la frontera hacia Juárez, para contactar a víctimas de explotación sexual, cuyas edades fluctúan regularmente entre los 12 y los 17 años, que son la categoría de adolescentes, algunos de ellos casi niños y que los lugares donde se realizan los encuentros son hoteles, muchos de ellos formalmente establecidos, agrega.
Menciona que para allegarse información sobre la explotación sexual, se hizo contacto con las fuentes oficiales como la Fiscalía del Estado, pero también se entrevistó en la cárcel a quienes han sido sentenciados por el delito de trata de personas, para que les explicaran sobre sus clientes en general, sin particularizar, a efecto de tener un panorama amplio sobre lo que son los consumidores.
En entrevista con Norte, la investigadora indica que el proyecto apenas está en fase de avances y no hay información concluyente, sin embargo, explicó que también se platicó con consumidores de pornografía y servicios sexuales, de quienes les llamaron la atención algunos puntos.
Consumidores insensibles
Sostiene que al preguntarles qué harían si supieran que la persona que están utilizando como mercancía carnal o imagen, es víctima de explotación y que lo que hace es forzado, prácticamente encontraron que no existe esa sensibilización en los consumidores; es decir, no piensan nunca en eso y de alguna manera asumen que es voluntaria la actuación de los que están prostituyéndose o bien creen que los que aparecen en imágenes de video o foto, igualmente permiten esas tomas por gusto.
Aguirre Bonilla considera que el tema de la trata de personas aquí en la frontera, se vincula mucho con los feminicidios y los delitos sexuales.
Para dar a conocer los avances del tema, externó que se impartirá una conferencia denominada “El mercado Gore que Abastece la Trata de Personas en Ciudad Juárez”. Se basaron en una teoría de una filósofa y escritora de la ciudad de Tijuana de nombre Sayak Valencia, quien explica que un término cinematográfico conocido como Gore, donde “la violencia vende” puede aplicarse a términos de capitalismo y en este caso en Juárez, a la explotación del cuerpo como mercancía, a quien se le ejerce violencia a través de la prostitución o la pornografía.