Crematorio del horror
La JMAS moderniza sus procesos con drones, sensores, medidores inteligentes y sistemas remotos para garantizar agua a casi 1.6 millones de juarenses
Francisco Luján | 21 julio, 2025
Mientras en muchas ciudades mexicanas los habitantes deben adaptarse a la escasez y los cortes programados de agua potable, Ciudad Juárez se mantiene firme, resistiendo con inteligencia una amenaza que se cierne sobre el futuro: el Día Cero, el momento temido en que el agua deje de salir por las llaves.
Este logro no es resultado del azar, sino producto de una estrategia sostenida de innovación tecnológica impulsada por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), organismo responsable de garantizar el acceso al agua en esta desértica frontera.
Gracias a un enfoque basado en la eficiencia, la digitalización y la planificación a largo plazo, más de un millón y medio de juarenses cuentan hoy con agua potable disponible 24 horas al día, los siete días de la semana.
De lo artesanal a lo digital: una transformación radical
En los años 80, la topografía en campo se hacía a mano: papel, lápiz, teodolitos rudimentarios y cálculos mentales. Era un trabajo artesanal que demandaba tiempo, esfuerzo y muchas veces, condiciones extremas en el terreno.
Hoy, esa realidad ha cambiado de forma radical. Con el liderazgo del ingeniero Manuel Herrera, quien desde hace 23 años encabeza la Dirección Técnica de la JMAS, el organismo ha apostado por una modernización profunda.
La institución emplea drones topográficos de alta precisión, equipados con cámaras y sensores satelitales, capaces de sobrevolar más de 110 hectáreas por jornada.
Gracias a esta tecnología, se generan mapas digitales detallados que permiten planear con precisión la ubicación de redes de agua, drenaje y saneamiento, así como evaluar la capacidad de la infraestructura hidráulica en zonas donde se desarrollan nuevos proyectos inmobiliarios, explica el ingeniero.
“Esta tecnología nos permite tomar decisiones basadas en datos, no en suposiciones. Es la única forma de anticiparnos al crecimiento de la ciudad y garantizar un servicio eficiente a todos los sectores”, agrega.
Infraestructura inteligente: saber lo que no se ve
Uno de los grandes retos de la infraestructura hidráulica, dice el ingeniero Herrera, es su invisibilidad.
Las redes de agua potable, drenaje y saneamiento se encuentran bajo tierra, ocultas a la vista de los ciudadanos. Pero, gracias a herramientas de georreferenciación, la JMAS puede localizar con exactitud cada tramo de tubería y cada conexión, lo cual resulta fundamental para el mantenimiento, las reparaciones y la planificación urbana, agrega.
Esa información también se comparte con instancias clave como la Dirección de Protección Civil y el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), que la utilizan para prevenir riesgos y planificar el desarrollo urbano, señala.
Añade que para detectar infraestructura no registrada o en desuso, se utilizan georradares, dispositivos que desde la superficie identifican redes de servicios como electricidad, gas, agua y alcantarillado; lo que permite prevenir daños durante obras y evitar emergencias por fugas o explosiones.
Con los sistemas de telemetría, la JMAS controla a la distancia el encendido y apagado de sus más de 130 pozos de extracción; así evita daños por variaciones de voltaje y permite restablecer el servicio en tiempo récord, comparado con los métodos manuales del pasado, explica.
Explorando el subsuelo: ciencia para encontrar agua
El director técnico de la JMAS, nos recuerda en la entrevista que Juárez está asentada en una región árida, donde el acceso al agua depende casi exclusivamente de los mantos acuíferos subterráneos.
Eso obliga al organismo a mantener una estrategia permanente de exploración para identificar nuevas fuentes de agua, dice.
Con el apoyo del Departamento de Geología de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), se realizan estudios de gravimetría y sondeos geológicos en zonas como los kilómetros al sur de la ciudad, comparte.
Para realizar dichos estudios se utilizan drones especializados capaces de detectar manchas oscuras desde el aire, indicadoras de humedad o posibles bolsas de agua. Esta información se complementa con análisis de calidad y cantidad para determinar si pueden ser aprovechadas, revela el especialista.
“La tecnología nos permite ver lo que antes era invisible. Localizamos fugas que no se detectan a simple vista y planificamos nuevas perforaciones con mucha mayor precisión”, afirma.
Infraestructura para toda la vida
La JMAS ha establecido como política interna que todos los materiales y equipos que utiliza, cumplan con las normas de calidad de la Conagua, la Norma Oficial Mexicana y otros estándares internacionales. Esto ha elevado la calidad de la infraestructura y reducido significativamente los costos de mantenimiento.
Un caso emblemático, ejemplifica Herrera, es el del Colector Norzagaray, construido con tuberías de polietileno de alta densidad, resistentes a ácidos y gases altamente corrosivos.
Dichas tuberías tienen una vida útil estimada de 80 a 100 años, es decir, cubrirán al menos tres generaciones, asegura.
En contraste, la tubería colocada en los años 90 en el bulevar Juan Pablo Segundo, aunque avanzada para su época, presentó fugas y hundimientos después de 30 años, menciona.
Otra herramienta que ha revolucionado la supervisión de obras es el uso de cámaras de videoinspección, que se introducen en tuberías difíciles de acceder. Estas cámaras —tecnología mexicana— permiten detectar daños, supervisar obras recién terminadas y prevenir colapsos.
Modernización visible: tapas, medidores y eficiencia
Manuel Herrera, también destaca que en los últimos tres años, la JMAS sustituyó más de tres mil tapas de alcantarilla de fierro por aleaciones plásticas sin valor comercial, una medida efectiva para reducir el robo y el mercado ilegal de materiales reciclables.
Además, reemplazó las tradicionales tapas de medidores por modelos de policoncreto reforzado, que soportan el peso de vehículos y evitan daños, acumulación de basura y disputas con los usuarios, menciona.
Asegura que una de las innovaciones más destacadas es la instalación de medidores inteligentes, que envían datos en tiempo real al sistema informático de la JMAS. Actualmente, hay más de 25 mil medidores instalados, principalmente en usuarios de alto consumo: industrias, comercios y fraccionamientos residenciales, dice.
Estas herramientas permiten detectar consumos atípicos, fugas internas o manipulaciones del medidor. Las alertas se reciben en tiempo real y el seguimiento es inmediato.
Pioneros en tecnología militar para detectar fugas
Las novedades no paran. En las colonias más antiguas de la ciudad, la JMAS ha implementado un dispositivo de origen europeo y uso militar: los “Multicorreladores PermaNET”, sensores acústicos que identifican ruidos anómalos en las tuberías.
Cuando estos sensores detectan una posible fuga, generan alertas que son enviadas automáticamente por correo electrónico al equipo de mantenimiento, explica el director técnico de la JMAS.
Juárez es la primera ciudad en México en utilizar esta tecnología, que ya ha mostrado su eficacia en países como España y Alemania, presume emocionado.
La Dirección Técnica de la JMAS está conformada por un equipo multidisciplinario de ingenieros civiles, topógrafos, geólogos hidroquímicos y especialistas en infraestructura, encargados de autorizar nuevos desarrollos urbanos y planificar la expansión de los servicios hidráulicos con base en la disponibilidad de agua.
Actualmente, la JMAS administra más de 500 mil cuentas de usuarios, casi cuatro veces más que en los 90. Para Herrera, este crecimiento hubiera sido imposible sin modernización.
“Si no hubiéramos innovado y adoptado nuevas tecnologías, Juárez estaría enfrentando una crisis hídrica severa, con graves consecuencias sociales y económicas”, asegura.
Otra innovación clave ha sido el desarrollo de estaciones de rebombeo con generadores autónomos de diésel. Esto asegura el suministro incluso durante apagones eléctricos, un avance crucial en zonas vulnerables.
Un ejemplo es la estación en la zona de Tres Cantos, inaugurada recientemente por la gobernadora María Eugenia Campos. Esta se compone de pozos, tanques y bombas en un solo sistema energéticamente independiente.
Un compromiso con el futuro de Ciudad Juárez
“La inversión en tecnología es también una inversión en futuro”, concluye el funcionario. Con procesos más eficientes, menos desperdicio, y mejor planeación, la JMAS demuestra que el Día Cero no tiene que ser inevitable, si se trabaja con visión, innovación y responsabilidad.
En una región donde cada gota cuenta, Juárez se perfila como una ciudad modelo en la gestióndel agua, gracias a una apuesta clara: la modernización para sobrevivir.
