Como si fuera la parte culminante de un latigazo, en Ciudad Juárez se sufren ahora las consecuencias de la política del siglo pasado que llevaron a la región a convertirse, de un valle con gran producción agrícola, a un ente industrial con una gran centralidad urbana, poco densa, con una definición limitada, muy extendida, heterogénea y con grandes vacíos, expusieron los doctores en Estudios Urbanos, Diana Cecilia Hernández Fonseca y Héctor Rivera Peña.
Los especialistas elaboraron un análisis de las condiciones que guarda la infraestructura urbana de esta frontera y sus causas, el que imprimieron en el texto ‘Brevísima historia urbanística de Ciudad Juárez’, del libro ‘Agenda Juárez, Marginalidad, Vulnerabilidad y Suburbanización del Capital’, que describe cómo es que la región fue manipulada para pasar de un estatus ejidal, a uno de ciudad moderna.
En su trabajo, mencionan que a mediados de la última década del siglo XX se dio una serie de acciones que dictaron el desarrollo de Ciudad Juárez en el siglo XXI, como que en 1992 se establece una reforma a la Ley del Infonavit, convirtiéndolo en banco de segundo piso, accionando la participación de empresas privadas en el desarrollo y promoción de vivienda de interés social.
Así fue como se introdujo esa categoría habitacional en el mercado inmobiliario, mientras que –en 1994– se firma el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) entre Estados Unidos, Canadá y México, contrato que refuerza el desarrollo de la industria maquiladora y el país se convierte en un importante proveedor de mano de obra en el entorno global.
Fotos: Tomadas de internet
De la visión de una ciudad ordenada, a una desarticulada
Estas circunstancias, continúan, generan una oportunidad para construir de manera masiva barrios obreros en el oriente de la ciudad sobre predios privados considerados como reserva para un desarrollo ordenado en respuesta a la zona de invasión irregular ubicada en el poniente.
Aunque se establecen grandes ejes vehiculares que articulan los asentamientos de ese sector, se generan de manera fragmentada al autorizarse una cantidad masiva de fraccionamientos de vivienda dirigidos a los obreros de maquiladora, adquiridos con el crédito de Infonavit.
Los investigadores exponen que a pesar de que existe un plan de ordenación y los fraccionamientos cuentan con todos los servicios básicos, no se cuenta con una articulación para que se dé una ocupación y se generan centros habitacionales rodeados de grandes extensiones de terrenos sin utilizar que los aleja de las zonas de centralidad.
Estas condiciones complican la dotación de servicios como seguridad, alumbrado, limpia y otros, además de la instalación de equipamiento con hospitales, escuelas, áreas recreativas y guarderías.
¿Crecimiento progresivo o explosivo?
Las viviendas de interés social se ofertan como “vivienda de crecimiento progresivo” y se genera una especulación agresiva sobre el suelo y un desarrollo sin precedentes sobre el territorio.
La población no tiene un incremento tan explosivo, pero la ciudad continúa extendiéndose de manera considerable; incluso se desarrolla, a 14.5 kilómetros al sur del centro comercial de la zona oriente, de la llamada Ciudad Universitaria, pero nunca se concreta en su idea conjunta, quedando en el límite de la ciudad, a 10 kilómetros de la zona comercial más cercana, solo con algunas instalaciones.
Lo mismo ocurre, explican los autores, con el desarrollo San Jerónimo, a 19 kilómetros de la zona centro, donde se ubican unas cuantas plantas maquiladoras y el cruce internacional fronterizo hacia Santa Teresa, Nuevo México.
En ambos casos, explican, se tiene la intención de trasladar la urbanización hacia esos extremos para generar un proceso especulativo del suelo.
Una Zona de Integración Ecológica desmembrada
La situación pone mucha presión sobre la zona de integración ecológica, que es el último reducto de la zona agrícola en el sector oriente, donde se desarrollan los nuevos fraccionamientos residenciales que desplazan de manera continua a los campos agrícolas y afectan de manera contundente los ecosistemas ligados a la presencia del río Bravo y la infraestructura de las acequias.
A través de esos procesos, Ciudad Juárez presenta ahora una gran centralidad urbana, poco densa, poco definida, muy extendida, heterogénea y con grandes vacíos, desde el centro histórico hasta Zaragoza, que fue absorbido completamente por la mancha urbana.
Esa zona es actualmente la mejor dotada de servicios e infraestructura, ligada directamente con El Paso, Texas, donde habita la población con más ingresos económicos.
Este sector está rodeado de periferia dividida en dos partes: la del poniente, una zona compacta producto de la fundación de la ciudad y de la invasión irregular en proceso continuo de consolidación, pero con grandes carencias de servicio y equipamiento.
La otra es la del suroriente, urbanizada de manera fragmentada, desarrollada a partir de créditos Infonavit, pero desarticulada y segregada, con grandes espacios subutilizados y con un déficit de servicios y equipamiento, lo que hace difícil y seguirá dificultando su consolidación, puntualizan Hernández Fonseca y Rivera Peña.