Sobre la calle Lerdo, casi al llegar al cruce con la avenida 16 de septiembre, sobresalen de entre el resto de los edificios uno pintado de verde olivo y que en sus paredes tiene escrita las siglas “Fedefam”.
En su entrada una manta señala que este edificio lleva el nombre de José Francisco Mercado Espinoza y es un recinto de memoria de la brutalidad de la milicia en los tiempos de la Guerra Sucia.
Además, hay al menos una decena de pesquisas pegadas en las paredes. En el costado derecho, la intimidante frase: “Esta instalación militar es propiedad federal y su ingreso a la misma es delito” hace que inconscientemente comiences a mirar con cuidado los sitios en el que pisas.
En lo que se supone que es el estacionamiento de enfrente, permanecen enormes y olorosas bolsas de basura que dificultan la respiración debido a las sobras de comida que se degradan lentamente en el ambiente.
Al observar hacia arriba únicamente se ve destrucción. Casi todas las ventanas del edificio de dos pisos están rotas o vandalizadas.
Los marcos del techo, que se supone son de color gris, no solo se ven desgastados sino que da la impresión de que en cualquier momento un pedazo de concreto hacía algún peatón despistado que pase por el lugar.
Por si fuera poco, lo poco que se alcanza a ver se observan huellas de que el edificio fue víctima de un incendio que dejó el techo y una ventana dañada, pero a nadie pareció importarle y así se quedó.
En la parte más alta del edificio se alcanza a observar una asta bandera que recuerda mejores tiempos; cuando era el regimiento militar de la plaza.
Fotos: Christian Torres
Fue un cuartel militar en tiempos de la Revolución Mexicana
Construido al inicio del Siglo XX, este fue uno de los sitios claves en la ciudad dentro de los tiempos revolucionarios. El edificio fue testigo de la Toma de Ciudad Juárez, que terminó siendo la batalla definitiva con la que Porfirio Díaz perdió el control de la Presidencia de la República en mayo de 1911.
También fue el lugar donde uno de los coroneles defensores del gobierno de Porfirio Díaz, Manuel Tamborrel, fue asesinado por el revolucionario “Camisa Colorada” y cuya historia se inmortalizó en el corrido “La muerte del general Tamborrel”.
De acuerdo con historiadores del grupo “El Juárez de Ayer”, este es el único cuartel de los tiempos de la Revolución que sigue en pie. El resto fue demolido para crear mercados y otro tipo de edificios.
Aunque el cuartel de la avenida Lerdo permaneció siendo de la milicia por décadas, conforme pasaron los años el sitio comenzó a ser abandonado hasta que llegó a su estado actual.
Querían convertir el edificio en un Banco de Bienestar
En mayo de 2022, el delegado de Bienestar de Chihuahua había anunciado la demolición del inmueble para crear un Banco del Bienestar.
Sin embargo, un mes después, El Mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión para la Verdad sobre la guerra sucia (1965-1990), ordenó donar el edificio a la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos en México (Fedefam) y al colectivo de sobrevivientes en Ciudad Juárez.
En su momento, la organización señaló que era importante el espacio debido a que no se podían olvidar los hechos violentos que elementos del ejército habían cometido contra de opositores a mediados del Siglo XX.
Actualmente, este lugar no solo es una clara muestra del abandono que tienen los juarenses con sus sitios históricos.
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