Las estadísticas muestran que, desde 2015, en Ciudad Juárez el porcentaje de divorcios por cada 100 matrimonios en la ciudad ha aumentado significativamente, mostrando un máximo histórico de 70 por ciento en 2022.
Según datos recopilados por el Instituto Municipal de Planeación e Investigación (IMIP), que tienen como fuente los números del Registro Civil, indican que en 2022 hubo 5 mil 36 matrimonios por 3 mil 503 divorcios.
La tendencia del incremento al porcentaje de los divorcios viene acompañada de una disminución considerable en el número de matrimonios, mientras que en 2015 se realizaron cerca de 8 mil matrimonios, cifra más alta en la última década. Las 5 mil 36 uniones maritales de 2022 fueron la menor cantidad en la década del 2012-2022.
Sin embargo, para la psicóloga Elizabeth Zapién, del grupo de especialistas particulares Psicólogos Juárez, este es un fenómeno social bastante común que no solo se presenta en la ciudad, sino que se trata de una cuestión cultural que ha cambiado el paradigma de las relaciones maritales.
Tomando en cuenta las estadísticas del IMIP, que muestran que la edad promedio en la que se casan los juarenses son los 30 años, la especialista mencionó que culturalmente se tienen ideas muy contrarias a las relaciones saludables, por lo que las uniones suele realizarse bajo los efectos del enamoramiento.
Zapién describió esta etapa como un periodo pasajero en el que la mente ayuda a ver más cualidades en la pareja, lo que también genera un mayor sentimiento de euforia y exaltación.
Al terminar esta etapa momentánea, las personas ven realmente las cualidades de la otra, lo que junto con una relación de amor “no constructiva” termina generando las primeras rupturas dentro de una pareja.
Dudan de sus matrimonios cerca de los 40
De acuerdo con los datos recopilados por el IMIP, la edad promedio en la que los juarenses regularmente deciden poner fin a sus matrimonios es a los 40 años. La explicación de la especialista indica que a esta edad es cuando las personas comienzan a reflexionar sobre el estilo de vida que han llevado.
Los cuestionamientos sobre el lugar en el que se vive, la pareja, la situación económica, entre muchas otras, se cierne sobre las mentes de las personas, que en la mayoría de las veces, terminan por divorciarse debido a que se encuentran en situaciones muy diferentes a las que esperaban.
Separaciones maduras
La doctora Zapién enfatizó en que es importante que la pareja que se esté divorciando, en caso de tener hijos, tenga un proceso de madurez que no afecte su desarrollo. Aunque lamentó que hay muchos casos que los hijos suelen utilizarse como método de manipulación, lo correcto es llegar a acuerdos que beneficien una convivencia entre padres e hijos.
Sobre los motivos más comunes de los divorcios que le ha tocado atender en su consultorio, señaló las discusiones que se extienden a lo largo del tiempo, peleas, faltas de respeto, violencia e infidelidades como los principales detonantes que pueden provocar que una relación marital concluya.
Aseveró que la mayoría de las ocasiones, las parejas suelen acudir a terapia cuando la relación se encuentra demasiado desgastada y es complicado resolver las diferencias, por lo que en estos casos la terapia termina por provocar un distanciamiento mayor en lugar de resolverlo.
No obstante, la psicóloga enfatizó en la importancia del asesoramiento profesional, incluso hasta en aquellas parejas que están pensando en separarse debido a que puede ayudar a que la ruptura sea menos penosa para ambos.
Zapién destacó que la pérdida de una pareja amorosa es un proceso doloroso, principalmente porque, a diferencia de otras situaciones, como la muerte, hay ceremonias sociales que ayudan a darle fin a esa etapa, situación que no sucede en las rupturas amorosas.
Transitar por el duelo
Puntualizó en que las dos partes de la pareja, tanto quien quiere separarse como quien recibe la noticia, enfrentan un proceso de duelo caracterizado por la ira, tristeza, negación, enojo, negociación y aceptación que provoca inestabilidad emocional durante un tiempo, regularmente un lapso de entre 6 meses y un año, estimó la psicóloga.
Subrayó que este es un proceso crucial que debe tomarse con calma y en el que hay que evitar cometer errores comunes como buscar inmediatamente una nueva pareja o regresar con la anterior.
El amor constructivo: Matar la leyenda de las “medias naranjas” por el de las “naranjas completas”
Para Zapién, la clave para que una relación funcione a lo largo del tiempo es que se centre en un “amor constructivo”. En este tipo de relaciones, las parejas llegan a un punto en el que cada persona se encuentra “completa”, es decir, se conoce a sí mismo, ha resuelto las carencias que tuvo a lo largo de la infancia y tiene estabilidad personal y económica.
Detalló que no pocas veces, las personas tienen la tendencia de escoger a su pareja “desde la carencia”, lo que provoca que no terminen por sentirse totalmente satisfechos. Agregó que la relación marital, al ser más estrecha que con cualquier otro familiar, suele ser un “espejo” de los problemas personales que no se han resuelto.
Por lo anterior, dijo que es importante cambiar la leyenda de las “medias naranjas”, en el que se busca la otra mitad en otra persona, por el de las “naranjas completas”:
“Tú eres una persona completa, entonces eres una naranja completa, por lo que ya no vas a buscar a tu media naranja, sino a otra naranja completa para comenzar una relación”, comentó. Además, recalcó en la importancia de una comunicación efectiva a lo largo de la relación y el hecho de que se platiquen temas “complicados” como la sexualidad, bienestar económico, familiar y personal, antes de formalizar un matrimonio, puede ayudar a llevar la relación de mejor manera y, aunque quizás no auguré un matrimonio exitoso, si puede evitar que la pareja forme parte del creciente número de divorcios.