José Luis Medina lleva poco más de un año vendiendo mazapanes en los cruceros para salir adelante. A pesar de haber sido diagnosticado con problemas ciáticos en su pierna derecha hace más de ocho meses, lo que le impide caminar bien y le obliga a usar bastón, José Luis sale todos los días entre las 11:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde al crucero ubicado entre la avenida López Mateos y Vicente Guerrero.
Asegura que estuvo en el centro de rehabilitación Renovados San Jesús, ubicado en la Colonia Bellavista, donde se trató su alcoholismo. Anteriormente trabajaba en una fábrica de piezas médicas, pero tuvo que dejar el empleo debido a sus problemas de salud.
El juarense está feliz con lo que hace y se alegra de poder ayudar a quienes buscan mejorar sus vidas. Menciona que él y sus compañeros del centro “trabajan de corazón” y, aunque no reciben ayuda económica, su mejor recompensa es contribuir a esta noble causa.
José Luis, quien fue paciente del centro, asegura que su vida cambió completamente antes y después de superar su adicción al alcohol y el tabaco. Ahora es un mejor ser humano, y reconoce que su transformación no hubiera sido posible sin haber pasado por ese proceso.
“Existen más personas buenas que malas. Hay gente que reconoce el esfuerzo que uno hace, que no pide nada a cambio y lo hace por amor; esa es nuestra recompensa”, dijo don José.
Él se dio cuenta de que tenía un problema severo de alcohol cuando podía pasar hasta tres días sin dejar de beber. Gracias a la ayuda de buenas personas y de Dios, dice, logró salir adelante.
Actualmente, José Luis tiene más de dos años sobrio y dice que su segunda oportunidad de vida la dedicará a ser mejor persona y a dar sin pedir nada a cambio.
