Un día antes de iniciar la Copa del Mundo, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, apareció ante los medios para defender la Copa del Mundo de Qatar, defender las discriminaciones que se señalan se hacen en este país, la forma en que fue elegido como sede y también los abusos a los trabajadores.
Infantino llamó hipócritas a las protestas europeas sobre estos asuntos, señalando que antes de dar lecciones de moral, «deberían disculparse durante los próximos 3 mil años».
En todo caso, el directivo pidió que las críticas vayan en su contra: «Crucifíquenme a mí. Nosotros defendemos los derechos humanos, a nuestra manera. Hoy me siento qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado, trabajador migrante, de todo».
Pero ni así dejaban de darse preguntas sobre la forma en que Qatar fue elegida para realizar el Mundial y sobre los abusos que se han cometido en esta región, pero pidió… «que hablemos de futbol, si no están cansados. La FIFA está orgullosa de estar aquí. Me cansa leer comentarios sobre gente y decisiones de hace doce años».
Preguntó: «¿Cuántas empresas europeas ganan dinero aquí o en otros países de la zona y se han preocupado de los trabajadores?». Silencio…
Y aseguró: «Qatar ha ofrecido a muchos migrantes ganar diez veces más que en su país».
Sobre la discriminación a la gente de la comunidad LGTB+, indicó que en Qatar, «son bienvenidos los gays, las puertas se están empezando a abrir».
Asimismo, pidió que no se haga mucho drama por el tema de la limitada venta de alcohol: «Pienso que puedes sobrevivir tres horas al día sin beber».
Y aseguró, con una frase que se oye en cada gran evento de este tipo, que Qatar 2002: «Va a ser el mejor Mundial».
