Horror entre policías: Así encontraron 383 cadáveres en el crematorio Plenitud

La tarde de su audiencia de vinculación a proceso por los delitos de acumulación y ocultamiento ilícito de cadáveres, derivados del hallazgo de 383 cuerpos en el crematorio Plenitud, los imputados José Luis A.C. y Facundo Teófilo R.M. ya visten el típico atuendo penitenciario, caracterizado por ser totalmente gris.

Ambos protagonizan la sesión que se realiza en la sala 1 de la Ciudad Judicial del Distrito Bravos; José Luis, de 24 años y dueño del negocio, viste una camisa con la designación Interno Cereso Estatal y peina su larga cabellera totalmente hacia atrás, dejando descubierta su frente y la mirada que refleja enojo, más que cualquier otra cosa.

En cambio, Facundo Teófilo, de 64 años y empleado de Plenitud, luce una camiseta gris que le queda considerablemente pequeña, por lo que se ve parte del vientre.

Hay señales de arrepentimiento en su mirada, así como de temor generados tal vez por el lugar en el que está y el momento que está viviendo.

Su semblante contrasta con su aguerrida defensora, que alza la voz y cita leyes y jurisprudencias, tratando de conseguir la libertad para sus defendidos en medio de autores e investigadores que escribieron sobre leyes generales y la competencia que tienen los jueces para hacerse cargo de delitos del fuero común y federal.

Pero no, en los rostros de sus representados, pareciera que ya están preparados para enfrentar su destino, no expresan muchas emociones y solo se limitan a voltear hacia el piso y al frente.

Así, con aparente calma, aceptaron la vinculación a proceso penal, por los delitos de acumulación y ocultamiento ilícito de cadáveres, que el Juez de Control, Apolinar Juárez Castro, interpuso en contra.

Los imputados enfrentarán el proceso penal, bajo la medida cautelar de prisión preventiva.

El 4 de enero de 2026, es la fecha límite que dictó el Juez, para que la Fiscalía General del Estado, así como la defensa, concluyan con la investigación complementaria.

Las autoridades informaron que dueño y empleado fueron detenidos el sábado 27 de junio. José Luis A.C. en las instalaciones de Pueblito Mexicano, por presuntamente haber cometido la infracción de “resistencia contra particulares“.

Por su parte, Facundo, fue detenido por los agentes ministeriales y trasladado a las instalaciones de la FGE, cuando se encontraba en su domicilio.

Descubrieron una escena de horror

El efecto bola de nieve, para el ámbito de la sociología, se da cuando un fenómeno, que en apariencia no tiene mucha importancia, termina desencadenando hechos que terminan en algo mucho más grande; en este caso, se una llamada al 911 puso en evidencia una tragedia de tales proporciones que conmocionó no solo a la comunidad juarense, sino a todo el país.

El desarrollo de estos hechos no fue gracias a un complejo acto de investigación por parte de las autoridades o una exhaustiva revisión sanitaria, sino que todo comenzó con una denuncia anónima.

Esta fue la historia que se desprendió de las pruebas presentadas por el Ministerio Público durante la audiencia de vinculación o no a proceso penal por los delitos de ocultamiento y almacenamiento ilícito de cadáveres.

El relato de la representación social comienza la tarde del 26 de junio de 2025, que fue una jornada lluviosa, como había sido toda esa semana en la frontera por la presencia del monzón mexicano en la región, que trajo lluvias que provocaron inundaciones severas en distintos puntos de la ciudad.

Ese día, vecinos de la colonia Granjas Polo Gamboa reportaron a las autoridades la presencia de “olores fétidos“ en la zona.

Además, informaron que dentro de un terreno con una barda perimetral y una reja color gris, se alcanzaba a observar una carroza fúnebre que contenía el cuerpo de un hombre sin vida, al que se le alcanzaba a ver la cabeza.

Los vecinos señalaron que el vehículo parecía que estaba abandonado, ya que tenía las llantas sin aire, así como la carrocería cubierta de tierra.

Los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) llegaron a la escena hasta el viernes 27, específicamente, al cruce de las calles Chihuahua y avenida Las Granjas.

Efectivamente, se percataron de la presencia de un olor fétido, fuerte, de putrefacción.

Trataron de ver si había alguien adentro, se identificaron como policías municipales, pero nadie respondió, sin embargo, al entrar al domicilio, vieron aquel cuerpo del hombre sin vida, dentro de la carroza.

Al realizar el hallazgo, se comunicaron con los agentes investigadores, adscritos a la Fiscalía General del Estado (FGE), pero la tormenta era inclemente, no había condiciones para realizar un adecuado procesamiento, por lo que se decidió resguardar la escena y esperar a que el clima cediera.

Desde las primeras horas del sábado 28 de junio, cuando la tormenta había pasado, los agentes investigadores regresaron, en compañía de personal de la Comisión Estatal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) dado a que se había identificado que dicho domicilio, era el del negocio conocido como Crematorio Plenitud, que daba servicios de incineración de cadáveres para cinco funerarias de la ciudad.

Abrieron la puerta de uno de los cuartos y la escena era aterradora: cientos de cuerpos apilados, en avanzado estado de descomposición, eran el origen de los olores fétidos reportados por la ciudadanía.

El juez de Control fue claro al hablar sobre las imágenes que tomaron los peritos que se encargaron del procesamiento de dicha escena: cuerpos apilados, uno encima de otro, sin el menor cuidado y con residuos de roedores y demás animales en el suelo.

“Una clara violación a la dignidad humana y una prueba contundente del trato indigno que se les daba a los cadáveres en este lugar“, enfatizó.

Tras horas de trabajo, se llegó a esa cifra tan devastadora; 383 cuerpos de personas sin vida, embalsamados, pero con claros signos de descomposición que indicaban que llevaban al menos un año almacenados sin el debido cuidado.

Plenitud fue suspendida tres veces en 5 años

Como argumento jurídico, la defensa de los imputados señaló que, por culpa de la falta de revisiones periódicas por parte de la Coespris, fue que ocurrió el acumulamiento de los 383 cadáveres dentro de este establecimiento.

El 15 de junio de 2020, elementos de la Coespris habían realizado una visita al crematorio para realizar una “revisión total“, misma que terminó en una suspensión temporal, provocada por irregularidades como la falta de documentos para la cremación de los cadáveres, así como la acumulación de 15 cuerpos que no habían sido procesados y que tenían la “superficie obstaculizada“.

Posteriormente, el 1 de octubre de 2020, se hizo una nueva visita para la verificación sanitaria de comprobación de correcciones, misma que fue aprobada por la Coespris, por lo que se levantó la medida de seguridad impuesta.

La siguiente revisión de la que se tiene documentación, ocurrió el 1 de marzo de 2022, en esta ocasión, la Coespris volvió a detectar irregularidades, como falta de documentación y cuatro cadáveres en almacenamiento.

Como antes se hizo, se les impuso la medida de suspensión total de trabajos, misma que únicamente tuvo vigencia hasta el 7 de marzo de 2022, cuando la Coespris regresó para la revisión de correcciones, la que aprobaron.

Desde entonces, los elementos de la Coespris no regresaron a realizar revisiones en el lugar hasta el pasado 28 de junio, llevados por la denuncia realizada por vecinos y la presencia de autoridades de seguridad pública en el lugar.

Luego de la revisión del fin de semana pasado, la Coespris impuso, por tercera vez en 5 años, la medida de suspensión de servicios, solo que ahora, por el hallazgo de 383 cuerpos en avanzado estado de descomposición.

Se señaló que el crematorio contaba con la licencia de funcionamiento vigente, emitida por la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), con fecha del 9 de julio de 2020, a nombre de José Luis A.C., dueño del negocio y responsable sanitario ante las autoridades competentes.

Mientras que Facundo Teófilo M.R., fue identificado como empleado y encargado del funcionamiento del lugar así como del procesamiento de los cuerpos.

Mientras, en las instalaciones de Fiscalía, así como en las funerarias que contrataron los servicios del crematorio, hay personas desesperadas por saber si el cuerpo de su familiar está entre los 383 cadáveres localizados en este lugar.

Buscan la verdad y el consuelo para conocer el destino verdadero de los restos de sus seres queridos.