El problema que más preocupa a la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) son las fugas de agua potable que generan un desperdicio importante del recurso; cada mes, la paraestatal recibe alrededor de 2 mil quejas por ese motivo.
Ramiro Meza, director de operación de la JMAS, afirma que han sido muy agresivos en cuanto a al tema y se exigen para tratar de abatirlo.
“Tenemos en cuanto a atención de fugas una meta y un objetivo mensual. Nosotros tenemos la meta de atender toda fuga de agua potable de cero a 72 horas a más tardar”, informó.
El compromiso es atender el 90 por ciento de las denuncias que por ese concepto les llegan dentro de ese lapso.
Sin embargo, la fuga de drenaje genera otro tipo de problemática para realizar las acciones de reparación.
“Cabe mencionar que el 95 por ciento del drenaje de nuestra ciudad está colapsado porque es muy viejo; entonces, cuando nos reportan un drenaje averiado, generalmente es un hundimiento, porque ya colapsó”, explicó.
Meza señaló que ese tipo de fugas o reparaciones requieren de mayor tiempo porque se requiere abrir un tramo largo, de 50 a 60 metros lineales para reponer lo que está dañado o carcomido.
Bajo esas circunstancias, una fuga de agua potable es mucho muy rápida de arreglar, mientras que la de drenaje es un poco más lenta por las condiciones que se enfrentan.


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