El representante de la Asociación Internacional de Toxicólogos Forenses (Tiaft México), Carlos Enrique Díaz Otáñez, mencionó que es importante conocer el daño que está causando el fentanilo en la población del norte del país, debido a que es la región que recibe el mayor impacto del consumo, debido a su cercanía con Estados Unidos.
En entrevista, mencionó que es muy limitada la información que se tiene, respecto a la dimensión de las afectaciones a determinado número de habitantes y sería elemental que las autoridades correspondientes actuaran con base en esos datos.
Actualmente, en Ciudad Juárez, pese a que los decomisos de fentanilo han ido en aumento, no se tiene información clara de cuántas personas pudieran estar usando esa droga, así como las consecuencias que tengan por ese consumo.
Díaz Otáñez señaló que la respuesta de México ante la amenaza del fentanilo es todavía muy incipiente y al momento se puede decir que no existe la capacidad para tener un reporte confiable sobre el impacto en la población.
Dijo que los casos de sobredosis se atienden médicamente, pero en general no hay un seguimiento para saber las sustancias que se recibieron.
“Ni siquiera tenemos, honestamente, con qué confirmar. A lo mejor aquí sí (Ciudad de México), pero en provincia, en todos los estados, no creo que tengan las capacidades, ni la preparación de los químicos, para poder hacer un análisis de confirmación”, indicó.
Mueren 20 al día en EU
Dijo que en Estados Unidos se sabe que diariamente mueren 15 ó 20 personas en cada estado por consumo de fentanilo, mientras en México no se logra documentar esa información.
“Primero llegan a los hospitales y en los hospitales los atienden. Es raro que se les mueran cuando llegan por sobredosis, (porque) afortunadamente hay un antídoto en el caso del fentanilo, que es la Naloxona”, explicó.
Agregó que actualmente se busca en una iniciativa de ley, que se apruebe el uso de la Naloxona de manera más amplia, para poder rescatar a las personas de la sobredosificación de esa sustancia.
Añadió que la iniciativa también va en el sentido de que se utilice el fentanilo terapéutico, en tratamientos preoperatorios, como anestésico, pero el que se está utilizando en las fronteras no tiene nada que ver con el fabricado por las farmacéuticas.
Agregó que las cantidades que reportan en el país, de los decomisos, una mínima cantidad es para consumo terapéutico.
Calculó que de cada 5 kilogramos del fentanilo importado legalmente a México, solamente medio kilogramo estaría siendo utilizado para fines médicos y el resto sería para usos “raros” que tienen que ver con la elaboración de estupefacientes.
Cruzan a México a consumirla por precio barato
El representante de la Asociación Internacional de Toxicólogos Forenses señaló que lo grave es que con solo 2 miligramos que una persona consuma, ya se considera que hay una sobredosis, y cuando es mezclada con otras drogas como cocaína o heroína, a los que elaboran las pastillas en laboratorios clandestinos, les es muy difícil controlar el exceso.
Agregó que al estar más extendido el consumo del fentanilo en Estados Unidos, se sabe que usuarios de aquel lado cruzan a las ciudades cercanas de México en las fronteras, para adquirir las dosis que les resultarían más baratas.
“Ahorita el riesgo es exclusivamente en la frontera norte”, indicó.
Sostuvo que en el centro o sur del país, “poco se siente el terror de que tengamos una situación parecida a la que se está viviendo en Estados Unidos”.
Diversifican fentanilo para que no lo rastreen
Díaz Otáñez comentó que la Fiscalía de Baja California ya tiene un programa de detección de fentanilo en los hospitales donde se atiende a personas con sobredosis, para conocer si traen dicha sustancia en el cuerpo, para lo cual usan tiras reactivas.
Finalmente, agregó que una forma de desviar la persecución del fentanilo por parte de quienes los elaboran, es que han logrado una gran variedad en el producto, desarrollando varios homólogos que impide que se pueda rastrear fácilmente.