Las veladoras colocadas en honor a las víctimas del incendio en la sede del Instituto Nacional de Migración INM) en Juárez, sirvieron para calentar un poco el ambiente de migrantes que duermen a la intemperie en la ciudad.
Para disminuir las temperaturas frías de la madrugada, al menos cuatro personas colocaron sus cartones y cobijas junto a las piezas que ardían.
Decenas de migrantes pernoctaron en la banqueta de la Unidad Administrativa Benito Juárez, donde colocaron sus tiendas de campaña, en una especie de campamento.

En el quiosko ubicado frente a Catedral también se instaló un campamento improvisado, el cual es permitido por autoridades pese a instrucciones anteriores de que no se permitirían este tipo de “campamentos”.

La permisividad comenzó a partir de la tragedia que dejó 39 muertos y 29 lesionados en la estación provisional del Instituto Nacional de Migración (INM).

Un agente de Policía municipal entregó una bolsa para basura a los migrantes que se encontraban frente a la Presidencia, en el cruce de General Rivas Guillén y Malecón.
Sólo pidió que los migrantes no durmieran dentro del estacionamiento del inmueble oficial, sino en la banqueta.

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