A diferencia de muchas otras sustancias que se ofertan en los mercados ilegales de droga, el fentanilo no fue creado con la intención de causar adicción a las personas, sino que más bien fue un compuesto químico demasiado eficiente, que cayó en las manos equivocadas.
En 1960, el químico y farmacólogo de Bélgica, Paul Janssen, sintetizó por primera vez el fentanilo. Un opioide derivado de la planta de la amapola, con el que logró desarrollar un analgésico más potente que la morfina.
A los pocos años, se le otorgó la patente a Janssen y, gracias a su descubrimiento, se desarrollaron medicamentos que actualmente son utilizados para sedar a las personas antes de entrar a los quirófanos en los hospitales.

En la mayor parte de la historia, el fentanilo, y sus derivados químicos, habían sido utilizados únicamente con fines médicos y para aliviar el dolor de personas que presentaban un cuadro clínico con mucho dolor, mayormente derivado de distintas enfermedades congénitas o terminales.
Había nacido un monstruo
Sin embargo, desde la década de los 90, según un informe del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones, el uso de esta sustancia comenzó a aumentar significativamente en los Estados Unidos.
Miles de pacientes manifestaban dolores severos, principalmente, veteranos provenientes de guerras en las que participaron fuerzas armadas estadounidenses, que únicamente podían encontrar alivio con el fentanilo.
Quienes consumían la sustancia quedaban impresionados de la enorme capacidad que esta tenía para aliviarles. No obstante, nadie se imaginaba del potencial adictivo que esta sustancia tendría en el cuerpo, que conforme pasaba el tiempo, les exigía consumir cada vez más.
Las empresas farmacéuticas comenzaron a darse cuenta de esta situación y descontinuaron la gran mayoría de estos medicamentos.
Pero ya habían creado un monstruo, aquellas personas que eran adictas al fentanilo y a sus efectos, no iban a renunciar tan fácilmente a ellos, por lo que comenzó a formarse un mercado ilegal que saciaba la enorme demanda que, desde aquel entonces, no ha dejado de aumentar.
¿Qué efectos tiene el fentanilo en las personas?
Según explicó el doctor Adrián Ríos Mendoza, médico especialista en adicciones, el fentanilo es una droga depresora que va directamente hacia el sistema nervioso central, en específico, a los receptores cerebrales que producen placer y euforia.
Quienes lo han consumido, relatan que sienten una relajación extrema; sufren disminución de las funciones motoras, se sienten aletargados y su respiración y ritmo cardiaco disminuyen de manera considerable.

Para Ríos Mendoza, esto se explica debido a que el fentanilo está químicamente diseñado para fungir como un anestésico, es decir, para dormir todo el cuerpo, por lo que se convierte en una sustancia potencialmente peligrosa, más si consume una dosis superior a la que el cuerpo pudiera permitirse.
La potencia que tiene esta sustancia, es también la que la vuelve muy adictiva para el cuerpo, que una vez que la consume, difícilmente puede renunciar a los efectos de relajación a los que se expone.
Sin embargo, Ríos Mendoza declaró que, gracias a la facilidad con la que los traficantes pueden producir esta sustancia, representa un enorme riesgo para la población, debido a que puede combinarse con otras drogas, por lo que, sin saberlo, el consumo de cualquier otra droga también podría desencadenar en la adicción al fentanilo.
¿Por qué el fentanilo es fácil de producirse ilegalmente?
De acuerdo con el adictólogo, que cuenta con experiencia de 13 años en el tratamiento de adicciones en la ciudad, para entender qué es el fentanilo, y cómo se produce, es necesario diferenciar entre “opiáceos” y “opioides”.

Ambos productos químicos provienen de la planta de la amapola, los primeros son derivados directos, es decir, para producirlos se necesita necesariamente un extracto de la planta. Ejemplos de opiáceos son la codeína, morfina y heroína.
En el caso de los opioides, se generan a partir de un compuesto sintético de la amapola, es decir, no necesitan la planta para producirlos, sino que, con los procesos químicos necesarios, pueden producirse sus efectos, incluso intensificarse, directamente en un laboratorio.
Lo anterior, simplifica de manera considerable el trabajo de los traficantes, ya que para que crearlo, solo tienen que conseguir los ingredientes necesarios y pueden comenzar a producirlo en cualquier laboratorio.
Las formas en las que puede encontrarse son diversas: polvo, pastillas, cristales; las posibilidades son infinitas y se ajustan a las necesidades de traficantes y clientes.
Además, Ríos Mendoza menciona que no en pocas ocasiones ha visto cómo, personas a las que atendió por abuso de drogas y que señalaban no haber probado nunca esta sustancia, daban positivo en las pruebas químicas.
Refirió que la mayoría de los traficantes, con el objetivo de generar una mayor adicción entre los consumidores, suelen combinar las drogas, principalmente, cristal con fentanilo, que se vuelve en un potencial coctel de la muerte para, quienes, sin saberlo, están a punto de consumir una droga capaz de asesinarlos de una sola dosis.
¿Cómo tratar casos de sobredosis por fentanilo?
El doctor Ríos Mendoza señaló que, al sospechar si una persona cercana, sufrió una dosis de fentanilo, es importante llevarlo al área de urgencias de un centro médico, lo más pronto posible.
Aseveró que debe tenerse mucho cuidado al mover al paciente, debido a los riesgos cardiovasculares que podría sufrir, derivado de los efectos del fentanilo en su cuerpo, por lo que, en caso de no tener la experiencia o los medios necesarios, lo mejor es llamar a una ambulancia.
Resaltó que el mejor antídoto para tratar una sobredosis de este tipo es la naloxona, que puede revertir rápidamente los efectos de los opioides en el cuerpo, aunque lamentó que, por desgracia, es un medicamente poco accesible para la población.
El carfentanilo y la potencial crisis de letalidad que se avecina
Al hablar sobre los posibles efectos del carfentanilo, una sustancia derivada del fentanilo, pero 100 veces más potente, un gesto de preocupación se forma en el rostro del doctor Ríos Mendoza.
Y es que esta sustancia, también fue desarrollada en laboratorios farmacéuticos, pero con fines veterinarios, para dormir de manera más eficiente a los animales. Según informaciones gubernamentales, podría encontrarse huellas de esta sustancia en distintas drogas que circulan por el mercado ilegal de Chihuahua.

Sin embargo, para Ríos Mendoza, esta sustancia podría provocar una problemática más grave de la que se vive con el fentanilo, debido a que, al ser una droga tan potente, no generaría personas adictas, sino que sería un problema de salud pública, aumentando las sobredosis y muertes.
Fin a la estigmatización necesaria y más atención por parte de los gobiernos
El médico reprochó que, en la mayoría de los centros médicos, se trata de manera prejuiciosa a los adictos de droga y, en el caso de aquellos que han abusado del fentanilo, no haya las dosis necesarias de medicamentos como la naloxona para tratarlos de manera adecuada.
Enfatizó en que se tiene un pensamiento erróneo por parte de las autoridades, que tienden a relacionar el consumo de drogas directamente con el tráfico, deshumanizando a los adictos y dejándolos a su suerte.
Por lo que hizo un llamado a las instituciones gubernamentales a atender esta problemática con una perspectiva de derechos humanos y a conseguir los recursos necesarios para concientizar a la población sobre los riesgos del consumo de fentanilo, así como para tener las dosis necesarias de naloxona en los hospitales, para tratar a los adictos.
