Como si fueran fantasmas de una guerra que no existe, cinco personas adultas mayores se acercaron este sábado al viejo edificio de la guarnición militar en la avenida Lerdo para pegar calcas y colgar una lona.
En el lienzo se leía “Casa de la Memoria José Francisco Mercado Espinoza, Verdad, Justicia y Reparación Integral, como medida de no repetición”, firmado por el Colectivo de Sobrevivientes de la Guerra Sucia.
Junto al viejo edificio hay otro inmueble, también abandonado, en venta, y en la parte de atrás, la erecta construcción de la torre Centinela.
Convocaron a un acto de protesta en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
El 30 de agosto fue establecido así desde 1981, aunque la Organización de Naciones Unidas lo reivindicó oficialmente hasta el 2010, dijo Judith Galarza, activista contra la desaparición forzada en Ciudad Juárez.
Desde hace décadas ella y sus compañeros han sostenido -inamovibles- la exigencia de que regresen con vida sus familiares, desaparecidos en tiempos de la guerra sucia, cuando las dictaduras militares ensombrecían América Latina.
Quieren que el olvido no pueda arrebatarles lo único que les queda, el recuerdo de sus seres queridos y aquellas luchas que emprendían, pensando en un mejor mundo mejor.
A finales del año pasado, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tapó las ventanas con madera comprimida y cartón, pintó también la fachada con pintura verde.
“Nosotros creímos que ya nos lo iban a dar, pero no, entonces ahora le vamos a poner cinta amarilla para que sepan que ya es propiedad de nosotros”, dijo Judith Galarza, quien ha sido vocera de la desaparición forzada desde hace años en Ciudad Juárez.
Recordó que como parte de la reparación del daño, el inmueble les fue ofrecido por el exsecretario de Sedena, Luis Cresencio Sandoval, en el último tramo del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
La idea que tienen es convertirlo en un espacio de paz, de convivencia, archivo histórico y recreación, para que las nuevas generaciones conozcan lo que se ha vivido cuando los metían a la cárcel solo por expresar sus ideas.
“En 2024 empezaron a limpiarlo y nosotros brincando en un pie, porque pensamos que ya nos lo iban a entregar, porque Luis Cresencio Sandoval nos dijo que nos lo iban a entregar; lamentamos que no hayan cumplido su palabra”, expresó.
Lo último que se hizo, recordó, fue a través de la Comisión de Memoria que encabezaba Mariana Godoy y en la que se elaboró un proyecto para el cuartel, en el que el gobierno Federal le pasaba el edificio al Municipio y éste lo entregaba a los familiares de desaparecidos.
Dijo que van a seguir trabajando con la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, pero si no les dejan otra opción, tendrán que apropiarse de los edificios, como le hicieron organizaciones hermanas en el estado de Guerrero.
Otras instalaciones que han estado vinculados con la desaparición forzada -dijo- son el exHotel Silvia’s, ubicado en la calle 16 de Septiembre, entre Argentina y Venezuela, que era propiedad del narcotraficante Rafael Aguilar, además de la Cárcel de Piedra, en la misma 16 de Septiembre y calle Oro, donde el exjefe policiaco, José Refugio Ruvalcaba, torturaba a disidentes.
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