José Luis Castillo programó con sus familiares una actividad de oración, donde esté latente el recuerdo de su hija desaparecida, Esmeralda Castillo.
Para él y su esposa, van 16 años que no hay alegría en el Día del Padre o de la Madre, porque la ausencia de la pequeña jovencita se hace sentir siempre.
Mencionó a Norte Digital que regularmente cada Día del Padre salen a pegar pesquisas, pero en esta ocasión no lo harán.
Comentó que el pasado fin de semana que realizaron un rastreo en el Arroyo del Navajo, resultaron con síntomas de golpe de calor y el pronóstico del clima para este domingo tampoco son muy buenos, por lo que buscan evitar una recaída.
Acerca de las celebraciones familiares, indicó que estas “se acabaron”, porque no tienen nada qué festejar y lo que hacen, en todo caso, es conmemorar.
Dijo que con su pareja y sus dos hijos tendrán una reunión esta tarde, pero no será de alegría.
Indicó que “siempre falta algo”, sobre todo en estas conmemoraciones emblemáticas, como del Día del Padre.
“Se te hace muy difícil estar en un festejo, yo creo que nosotros los padres que tenemos desaparecidos y las madres, más bien conmemoramos, nada más, conmemoramos estos días porque pues se convierten en días de tristeza en lugar de alegría”, subrayó.
Agregó que durante la mañana harían unas oraciones al Creador, para “que nos siga dando la fuerza y la tolerancia para seguir en este camino, para seguir existiendo por mi niña y por todas las demás”.
Subrayó que, si bien el activismo se hace en la calle y se aparece en los medios de comunicación, también se mantiene viva la llama haciendo oraciones y reuniéndose con los demás parientes, para estar fortalecidos.
Castillo comentó que, si bien no tiene ganas de estar en reuniones tipo festejo, se es necesario reunirse, para no robarle la alegría a los nietos y los hijos que están con ellos.
Reconoció que generalmente las reuniones familiares son cortas, porque existe una fatiga, no física, sino emocional, por la permanente ausencia de su hija Esmeralda Castillo, quien desapareció el 19 de mayo de 2009.
La adolescente desapareció cuando se dirigía a la escuela secundaria. Se le vio por última ocasión en el cruce de avenidas Vicente Guerrero y Rafael Velarde, en el corazón de la Zona Centro de Juárez.
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