La producción mundial de vino ha sufrido un severo revés en 2023, con una caída del 10%, alcanzando su nivel más bajo desde 1961, según informó este jueves la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Los viticultores a nivel global cosecharon un total de 237 millones de hectolitros, marcando un hito negativo en la historia reciente del sector.
Particularmente afectadas fueron Italia y España, con reducciones del 23% y 21%, respectivamente, en comparación con el año anterior.
De acuerdo con medios internacionales, estas cifras reflejan un panorama sombrío marcado por condiciones meteorológicas extremas que azotaron tanto el hemisferio norte como el sur, incluyendo sequías, inundaciones, olas de calor, heladas tempranas e incendios forestales.
Los principales productores del hemisferio sur, como Chile, Australia y Sudáfrica, también experimentaron declives del 11%, 10% y 10%, respectivamente. Argentina, por su parte, registró una disminución del 23%, mientras que Brasil sorprendió con un aumento del 12.1% en comparación con 2022 y un 31.4% en relación con la media de los últimos cinco años.
A pesar de este panorama desafiante, se espera un repunte del 5% en la producción del hemisferio sur en 2024, según las primeras estimaciones de la OIV.