Concluye la semana y las escuelas afectadas por las lluvias siguen a la espera de soluciones para sus instalaciones y evitar más retrasos en la formación de sus alumnos, ya que por ahora las clases normales quedaron en el limbo.
Uno de los planteles más afectados, la escuela primaria Libertad, en la colonia del mismo nombre, continúa con el socavón que se abrió en el patio a comienzos de la semana, lo que ha obligado a que los niños tomen sus clases por vía remota.
“El socavón se hizo porque era una fosa séptica. Se debe rellenar la fosa y conectar la escuela al drenaje general”, declaró Mauricio Rodríguez, de Protección Civil Estatal.
Hasta la fecha, el director de la primaria, Mauro Vázquez, sigue a la espera de soluciones. Comentó que ayer fueron a acordonar, ahora con listón rojo, pero nada más.
“Estoy esperando a Protección Civil para que me dé un dictamen para presentarlo a la sociedad de padres y definir la estrategia a seguir”, aseguró el maestro.
Agregó que, a partir del próximo lunes, se espera que el equipo de Ichife se haga cargo de realizar los trabajos requeridos en las instalaciones educativas.
Tras una inspección realizada por la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Juárez (JMAS), le informaron que había otras fosas al interior del plantel y que se tenía que rellenar el socavón de seis metros de profundidad.
A unos pasos, hay otra fosa séptica de mayor tamaño, cubierta por una losa rectangular que ya está visible. Esta fosa se encuentra llena. También se detectó otra debajo del área de juegos de la escuela.
Las tareas de reparación no serán sencillas –asegura el director–, pues desde la avenida De los Aztecas, área donde se generó el boquete, no hay acceso para maquinaria, por lo que tendrían que tirar parte de la barda para poder ingresar.
Explicó que por parte del Instituto Chihuahuense de Infraestructura Física Educativa (Ichife), le entregaron un documento en el que se asegura que se debe habilitar registro que conduzca al drenaje general y se tienen que clausurar las fosas sépticas, pero aún no sabe quién hará esos trabajos.
“La supervisora me dijo que regresen los niños, pero no pueden ni usar los baños. El jefe de sector fue a SEECH para solicitar que nos permitan seguir con clases virtuales. Por lo pronto, el problema sigue”, aseguró el director.
Mientras, en la Escuela Nicolás Bravo, ubicada en la esquina de Pedro Rosales de León y Valentín Fuentes, la situación es similar. También solicitaron una copia del dictamen hecho por las autoridades, pero no lo han recibido.
Desde ayer, los padres de familia y maestros empezaron a habilitar bodegas para usarlas como salones de clases. El material de Educación Física y de la banda de guerra, se está resguardando en el área afectada, con lo cual se le pone en riesgo, pero no tienen opción.
Además del área conocida como la herradura, donde las vigas de madera del techo ya están apolilladas y las paredes de adobe están humedecidas y en mal estado, el edificio donde está la dirección también es de adobe y colapsó parte del falso plafón.
Los estudiantes de segundo grado han sido los más afectados, pues se recomendó no usar los salones donde tomaban sus clases y ahora ambos grupos, cada uno con 24 alumnos, comparten el espacio de la sala de cómputo.
“Estamos recibiendo a la mitad de los niños, no hay capacidad para todos y eso les afecta porque no les podemos atender personalmente. A veces, la maestra da unas instrucciones a su grupo y yo otras al mío y los niños se confunden”, dijo Exiquio Pelayo, profesor de segundo grado.
Desde que las lluvias dañaron los techos, las computadoras se resguardaron para que se pudiera usar el salón, pero los niños no están recibiendo clases de computación ni de arte.
El piano y demás instrumentos que había en la sala de música, que también está en la zona afectada, se guardaron en la sala de maestros, explica la directora, Roxana Infante.
Agrega la directora que “hace más de 10 años se habla de la necesidad de darle mantenimiento a la escuela. Vienen, ven y toman fotos, pero no se ha hecho nada. Muchos dicen que es porque es un edificio histórico, otros dicen que es porque no hay recursos”.
Sobre la situación, Zully Ruiz, maestra de segundo grado, dice que no se avanza en los contenidos y se está afectando el aprendizaje.
“Nos sentimos inseguros en esa área, el hecho de saber que están remojadas las paredes y que las vigas están dañadas, nos da miedo que en cualquier momento pueda colapsar. Urge que volteen a vernos las autoridades y que ahora sí hagan algo”, agregó la docente.
En la actualidad, explicó Mauricio Rodríguez, se está analizando la situación porque el edificio es patrimonio cultural, por lo que no se podría tirar, pero sí se le puede hacer una reconstrucción.
“Es algo que se tiene que valorar porque las estructuras que se hicieron hace más de 100 años no tenían cimientos, eran puro adobe. Nuestra prioridad fue atender vialidades y viviendas inundadas. Las escuelas las atendió Ichife”, agregó.
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