Desde muy temprano, padres de familia de niños y jóvenes con labio y paladar hendido, se dieron cita en el Parque Central Poniente para el inicio de la quinquagésima edición del programa Mil Sonrisas, organizado por el Club Rotario Paso del Norte.
José Luis Carvajal, médico del programa, comentó que se dio la indicación a los padres de no llegar muy temprano, porque no se irán hasta que se atienda al último de los pacientes.
Las familias llegaron desde diferentes puntos de la ciudad y de municipios cercanos, como Ahumada, en busca de ayuda para sus hijos con este padecimiento.
“Nos preocupa lo que pasará con nuestro bebé cuando crezca, no sé si vaya a poder hablar, aunque puede comer sin problema. Nos invitaron a este programa y venimos para ver si pueden checarlo”, comentaron Andrea y Rubén, padres de un niño de dos meses, quienes llegaron desde Ciudad Ahumada.
El programa busca que sean unos 20 pacientes de primera vez, pero por la mañana ya llegaban a 100 personas las que serían valoradas, explicó Carvajal.
“Hoy hacemos la valoración, la próxima semana es la programación de las cirugías, ya con los exámenes de laboratorio”, agregó.
Para estar apto para cirugía, el niño no debe estar enfermo, tener al menos tres meses de edad y que no tenga otros padecimientos que requieran el envío con un especialista como cardiólogo u otorrinolaringólogo.
“Hay niños con labio y paladar hendido que pueden llegar a morir si tienen alguna complicación extra, como padecimiento del corazón o desnutrición, debido a que no se pueden alimentar muy bien. Tenemos niños que presentan problemas a nivel de la garganta, lo que puede generarles complicación neumónica o infecciones”, dijo.
Gracias a Mil Sonrisas, los padres se ahorran entre 30 y 50 mil pesos que cuesta cada cirugía, pues este programa las realiza sin costo alguno.
La familia de Sofía Velázquez, una paciente de 12 años y estudiante de secundaria, no ha tenido que pagar nada por las cirugías de labio y paladar a las que se ha sometido en el programa. Solamente cubrieron un pago por el implante de hueso. Les habían dicho que podía salir hasta en 50 mil pesos, pero solamente tuvieron que pagar 5 mil.
“De chiquita era muy vagancias, cuando le dábamos de comer, se ponía a jugar y ella solita la aventaba por la nariz, pero no porque se ahogara. Nunca batallamos en ese aspecto. Hoy venimos a valoración para que nos digan cómo va y si es necesario que le hagan una cirugía en la nariz, meramente estética”, relató su hermana Yasscara Velázquez.
Explicó que los cuidados de su hermana fueron un poco complicados porque después de la cirugía no se les puede dejar llorar ni gatear porque las vibraciones que se hacen al caminar afectan las zonas reconstruidas.
Algunos niños, después de pasar por el proceso de operar labio y paladar, deben someterse a una cirugía de implante de hueso, la que se hace entre los ocho y los 12 años.
Este procedimiento consiste en poner un injerto óseo elaborado con una mezcla de tejido de hueso liofilizado (se congela y luego se elimina el agua por sublimación al vacío), preparado científicamente para que el organismo no lo rechace, se adjunta a la estimulación del hueso y se forma una placa nueva. Cuando el niño crece, el hueso también lo hace.
En abril, Christian Flores Vega, de 13 años, se sometió a la cirugía estética en la nariz, ya ha pasado por la de labio y la de paladar, le falta el injerto porque a los lados no tiene hueso.
“He visto muchísimos cambios en él. Para empezar, de bebé no podía comer, la boquita la tenía muy salida y ahora se le ve normal. Con la cirugía de la nariz, ya puede respirar mejor. Del habla, desde chiquito lo llevé a terapia de lenguaje, nunca ha tenido problemas en la escuela”, explica su mamá, Matilde Vega.
Cuando una mujer tiene un hijo con labio y paladar hendido, explican los médicos, es muy alto el riesgo de que el siguiente nazca con la misma condición, pero no ha sido el caso de Matilde, quien dos años después tuvo una niña, que nació sin ningún problema.
Tras la primera valoración a su bebé de cinco meses de nacido, Alma Karina y su esposo Víctor Antonio salieron muy contentos, pues le mandaron a hacer los estudios para ver si es apto para su primera cirugía. En su caso, tuvieron que conseguir una mamila especial, con el chupón más largo, para poder alimentarlo.
Esta día se continuará con valoraciones a adultos que aún requieran de alguna cirugía, inclusive si se han sometido a cirugías previas fuera del programa, puesto que los especialistas determinarán las patologías que tengan.
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