Martín Orquiz | 19 agosto, 2025
Hace unos 10 años, recuerda Alejandra, llegar a su casa en el oriente de la ciudad desde el norte y norponiente le resultaba cómodo ya que podía circular en su vehículo por Manuel Gómez Morín, Teófilo Borunda, Ejército Nacional o Juan Pablo II, avenidas por las que tardaba entre 20 y 25 minutos para arribar a su destino, aún en horas pico.
En los años recientes, no obstante, ese lapso fue creciendo. Algunos días tarda hasta 55 minutos o incluso más, situación que califica como “desesperante” debido a que cada vez invierte mayor tiempo en sus desplazamientos y tiene menos oportunidad para llevar a cabo sus actividades.
“Me tengo que levantar una hora más temprano para llegar a tiempo al trabajo y regreso a veces hasta una hora y media después de lo que hacia antes… esto cada vez está peor”, dice.
Al preguntarle por qué no usa el transporte público, Alejandra sonríe y luego responde que para hacerlo tendría que ocupar al menos otra hora y media más para estar a tiempo en sus destinos.
La situación que enfrenta la ciudadana se replica en miles de personas que habitan en esta frontera, donde el uso del vehículo particular es el principal medio de transporte y cuyas calles están abarrotadas de unidades que sobrepasan la infraestructura vial, coinciden especialistas en temas urbanos y de movilidad.
El conflicto comenzó a expandirse a partir de marzo de 2022 con el inicio del Programa de Regularización de Vehículos Usados de Procedencia Extranjera a través del Registro Público Vehicular (Repuve); desde entonces hasta julio de 2025 se sumaron a la circulación local 176 mil 040 automóviles nacionalizados, una cantidad que les pareció impresionante a los entrevistados por Norte Digital.
A la vez, otros sistemas de movilidad, como el peatonal y el ciclista siguen relegados mientras que el transporte público todavía resulta insuficiente para abatir los requerimientos de movilización de los fronterizos, afirman.
Para trasladarse en Ciudad Juárez, indican, es imperativo contar con un automóvil a pesar de los conflictos que generan; para el primer trimestre de 2025, el padrón vehicular en la ciudad llegó a las 793 mil unidades, indican datos de la Recaudación de Rentas.
La regularización auspiciada por el Gobierno Federal permitió un crecimiento exponencial de vehículos en la ciudad durante los últimos años, lo que ha derivado en una saturación del tráfico, comenta Isaac Chaparro Hernández, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) con doctorado en Estudios Urbanos.
“Una de las repercusiones que ya se perciben es la cantidad de vehículos, es muy grande… ha crecido muchísimo; lo que aumentó del 2013 al 2021, antes de la regularización, esa misma cantidad creció del 2022 al 2024, en apenas dos años”, indica.
Esa condición, añade, provoca que el tiempo de traslado de un punto a otro se extienda, aunque también está relacionada con la estructura urbana disponible.
Subraya que los desplazamientos más complicados son los de las personas que viven en el suroriente y se trasladan hacia el norte de la ciudad, quienes sufren más los inconvenientes del actual dinamismo urbano.
“Ciudad Juárez tiene una movilidad pendulante: a cierta hora una porción de la ciudad se mueve hacia otra parte y, más adelante, cuando salen de sus trabajos, por ejemplo, regresan; por eso se le llama pendulante”, explica.
Crecimiento vehicular desbordado
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y de la Secretaría de Hacienda del Gobierno del Estado confirman el incremento explosivo en el número de automotores que circulan en esta frontera.
El padrón vehicular registrado por estas instancias muestra que en 1980 había 128 mil 663 unidades en el municipio de Juárez; para 1990 eran 236 mil 745, al 2000 ascendieron a 373 mil 579 y en 2010 la cifra alcanzó 468 mil 481.
En 2020 la matrícula era de 611 mil 138 vehículos; para 2021 subió a 637 mil 592, es decir, se agregaron 26 mil 462 unidades en un año.
En 2022, cuando inició la regularización de “chuecos”, el padrón vehicular creció a 700 mil 368, con un incremento de 62 mil 776 automóviles en ese periodo. Para 2023, el número bajó a 688 mil 559 debido a un programa especial del Gobierno del Estado para dar de baja unidades inactivas y depurar el registro.
Sin embargo, para julio de 2025 el empadronamiento llegó a 793 mil, lo que significa que en 18 meses se sumaron 104 mil 441 vehículos.
Así, de marzo de 2022 a julio de 2025, el registro de automotores en Ciudad Juárez aumentó en 155 mil 408.
La Radiografía Socioeconómica del Municipio de Juárez 2024, “Así comenzó 2025”, elaborada por el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), confirma el incremento acelerado: mientras que entre 2010 y 2020 el padrón vehicular creció a una tasa promedio anual de 2.7 por ciento, entre 2020 y 2024 el crecimiento alcanzó 5.3 por ciento.
El número de personas por vehículo en la región pasó de 4.6 ciudadanos por automotor en 1980 a 3.5 en 1990, 3.3 en el 2000, 2.9 en 2010, 2.5 en 2020, 2.4 en 2021, 2.2 en 2022, repuntó ligeramente a 2.3 en 2023 y volvió a bajar a 2.2 en 2024.
El IMIP detalla que el 24.6 por ciento del parque vehicular fronterizo tiene 10 años o menos de antigüedad (modelos 2015 a 2025), mientras que la mayor proporción, el 44.2 por ciento, corresponde a unidades fabricadas entre 2004 y 2014; el 26 por ciento son modelos de 1993 a 2003, y un 5.2 por ciento son de 1992 o anteriores.
Del total del padrón vehicular, el 96.4 por ciento son automóviles, 1.6 por ciento camiones, 1.3 por ciento motocicletas y 0.5 por ciento ómnibuses.
Advertencia de especialistas
La aglomeración de automotores causa asombro en Andreu Marfull Pujadas, doctor en Geografía y profesor investigador de la UACJ, originario de Barcelona, España, y residente en esta frontera desde 2018.
“La ciudad va a tener un problema muy grande en cuanto a la estructura viaria, tiene grandes corredores donde se despilfarra suelo y, además, muchas calles que no se usan”, advierte.
Explica que una comunidad con circulación intensiva, alta densidad de población y acumulación de plusvalía y valor urbano genera mucho más tráfico, como ocurre en Ciudad Juárez.
Movilidad particular: ¿La Mejor opción para los fronterizos?
Movilidad particular: ¿La Mejor opción para los fronterizos?
En Ciudad Juárez, la movilidad depende principalmente del automóvil particular debido a factores como el insuficiente transporte público, la falta de infraestructura para peatones y ciclistas, y la facilidad para importar o nacionalizar vehículos. La situación coloca a los automóviles en el centro de la vida diaria, desplazando a otros sistemas de movilidad, como el transporte público o la bicicleta.
Especialistas como el Dr. Marfull Pujadas coinciden en que la alta dependencia de los vehículos particulares es resultado de varios factores. La falta de alternativas de transporte público eficientes y la escasa infraestructura para bicicletas y peatones contribuyen a esta situación. La regularización de autos "chuecos" también juega un papel fundamental al aumentar la cantidad de vehículos circulando por las calles.
"Las calles no se caminan; en una calle que sea mixta, con comercio de barrio y centros comerciales, la gente no debería necesitar el automóvil. La ciudad podría albergar a más personas con menos coches por familia," comenta el Dr. Pujadas.
A pesar de vivir en una ciudad con una fuerte presencia automotriz, el especialista asegura que la cantidad de coches podría reducirse si las personas pudieran acceder a servicios y comercios cercanos, como sucede en otras ciudades, como Barcelona, donde el uso del automóvil no es cotidiano.
El uso del automóvil en números
Según el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), en 2020, el 44.2% de los juarenses utiliza su vehículo particular para ir a trabajar, mientras que solo un 11.7% opta por caminar. Los autobuses son utilizados por el 26.9% de la población, pero este servicio, al igual que el transporte público en general, presenta deficiencias.
La mayoría de los ciudadanos, 56.7%, tarda hasta 15 minutos caminando hacia su destino; sin embargo, los tiempos aumentan para los que dependen de medios de transporte motorizados. Los tiempos promedio para quienes usan camión o automóvil oscilan entre 16 y 30 minutos, dependiendo del tráfico y el medio utilizado.
El Dr. Chaparro Hernández, experto en movilidad, señala que la falta de infraestructura para ciclistas y peatones es otro factor que favorece el uso del automóvil. Las ciclovías que se han implementado en la ciudad, aunque útiles, están limitadas a áreas muy específicas y no han recibido el mantenimiento adecuado. Además, la administración de estas vías es un tema confuso entre el gobierno estatal y el municipal.
"El problema con las ciclovías es que fueron construidas solo en una parte de la ciudad, por lo que se necesita más infraestructura. Además, la falta de un espacio adecuado para los peatones y ciclistas es evidente en muchas zonas."
Este comportamiento refleja una contradicción con la Pirámide de la Movilidad, promovida por el Consejo de Movilidad de Ciudad Juárez, que pone en primer lugar a los peatones, luego a los vehículos de micromovilidad como bicicletas, y más tarde al transporte público.
El camino hacia una movilidad más equitativa
Para avanzar hacia una movilidad más sostenible, el Dr. Chaparro subraya la importancia de priorizar recursos para ciclovías, así como repensar el uso del espacio público. La saturación de vehículos, especialmente en áreas públicas, está limitando las opciones de movilidad de los juarenses.
El cambio hacia una ciudad más amigable para el peatón y el ciclista requiere un enfoque integral que no solo implique mejorar el transporte público, sino también reducir la dependencia del automóvil particular y reconfigurar el espacio urbano para ofrecer opciones más equitativas y sostenibles.
Este panorama plantea un desafío a las autoridades locales y a la sociedad en general para buscar un modelo de movilidad que no dependa exclusivamente del automóvil y que responda a las necesidades de todos los habitantes de Ciudad Juárez.
¿La mejor opción para fronterizos?
En esta ciudad, coinciden los especialistas entrevistados por Norte Digital, se facilita el uso del vehículo particular para la movilidad por varios factores, como el insuficiente transporte público y la falta de infraestructura para bicicletas y peatones, a lo que se suma la viabilidad para importar o nacionalizar vehículos extranjeros.
Bajo esas circunstancias, los automóviles desplazan a otros sistemas de movilidad como el peatonal y el ciclista porque hay demasiados automotores y se depende de este transporte, expone el Dr. Marfull Pujadas.
“Las calles no se caminan; en una calle que sea mixta, que tenga tejido residencial con su comercio de barrio y que tenga también sus centros comerciales, la gente no debe coger el automóvil; puede vivir más gente con menos coches por familia,” asegura.
No obstante, añade, puede existir un alto cúmulo de automotores, pero se usan menos porque los ciudadanos tienen las cosas más cerca.
Comenta que reside en esta frontera desde 2018 y que desde entonces se traslada siempre a pie, lo que le sirve también para ejercitarse, aunque reconoce que no puede ir a cualquier parte de esa manera.
Ha recorrido rutas de una hora o una hora y media varias veces para visitar el Centro Histórico saliendo desde IADA; también ha caminado al Instituto Nacional de Migración (INM) y al cruce de Óscar Flores Sánchez y Plutarco Elías Calles, donde percibe el camino casi sin peatones.
“Yo he recorrido un sábado desde IADA hasta Óscar Flores (Sánchez) y no me he cruzado con nadie, con ningún peatón, solamente con una persona, un migrante que estaba sentado. Esto no es normal,” menciona.
En su ciudad de origen, las personas no usan el automóvil; lo hacen únicamente comerciantes o empresarios que lo requieren por sus actividades, pero la otra gente viaja en transporte público.
“En Barcelona, por ejemplo, si la gente que tiene coche lo usase cada día, no cabría, sería imposible, pero ahí todas sus calles circulan. Aquí no; aquí te vas por las calles que no son los corredores (principales) y no pasa ni un coche,” comenta.
Cifras que evidencian la dependencia del automóvil
El IMIP reporta, en un ejercicio realizado en 2020 con datos del Inegi, que en Ciudad Juárez el 44.2 por ciento de la población se transporta en automóvil propio cuando va a trabajar, el 26.9 por ciento en autobús especial y el 13.8 por ciento en camión/rutera.
Mientras, solo el 11.7 por ciento de las personas camina a su centro laboral, el 0.8 por ciento se traslada en bicicleta, el 0.9 por ciento en motocicleta; mediante servicios de plataformas lo hace el 0.8 por ciento; en el JuárezBus el 0.3 por ciento y en taxi tradicional el 0.2 por ciento.
Los tiempos de traslado: la otra cara de la movilidad
Los tiempos de traslado: la otra cara de la movilidad
Con relación a los tiempos de traslado, la mayoría de los ciudadanos (56.7 por ciento) tarda caminando hasta 15 minutos; en bicicleta (42.4 por ciento), de 16 a 30 minutos y en automóvil o camioneta (42.7 por ciento), de 16 a 30 minutos.
En autobús que circula en carril confinado (55.6 por ciento), de 16 a 30 minutos; en camión tradicional (35.8 por ciento), de 16 a 30 minutos; muy de cerca (el 35.5 por ciento) reporta que invierte de 31 minutos a una hora por ese medio.
En transporte de personal (el 41.2 por ciento) invierte de 31 minutos a una hora; en taxi tradicional (44.6 por ciento), de 0 a 15 minutos; en servicio de plataforma (44.3 por ciento), de 0 a 15 minutos; mientras, en motocicleta o motoneta (50.8 por ciento), de 16 a 30 minutos.
La falta de infraestructura: un reto para la movilidad
En el reporte Así Estamos Juárez 2025 del Plan Estratégico de Juárez, se incluye la Encuesta de Percepción, Participación Ciudadana y Buen Gobierno 2024 del Sistema de Indicadores de Calidad de Vida.
Esa medición revela que el 49 por ciento de los fronterizos dice contar con un vehículo, el 20.2 por ciento posee dos y el 5.4 por ciento tiene tres, mientras que el 25.4 por ciento no tiene automóvil.
Parte de este comportamiento, explica el Dr. Chaparro Hernández, se debe a que existe infraestructura limitada para otro tipo de desplazamiento de las personas, como las ciclovías, que permanecen sin que se les dé atención alguna.
Considera que es importante que se les dediquen recursos y se les dé mantenimiento, aunque desde que se comenzaron a construir se dio un debate por la percepción social de los negociantes y vecinos que estaban en desacuerdo con el proyecto porque les quitaron espacio de estacionamiento y acortaron carriles vehiculares para darle circulación a las bicicletas.
Todavía existen “confusiones”, por decirlo de alguna forma, acerca de quién debe administrar y darle mantenimiento a las ciclovías: si el Gobierno del Estado, que fue el que hizo el proyecto, o el Municipio, que es la instancia que debe atender la vía pública, dice.
El detalle con las ciclovías, agrega, es que fueron elaboradas únicamente en una parte muy específica de la ciudad, por lo tanto, se requieren más.
Además, cuestionó dónde es que se está guardando esta cantidad exorbitante de automóviles; el particular que tiene poder adquisitivo paga su cochera a través del Impuesto Predial, pero quienes tienen menos recursos están abarrotando los espacios públicos que podrían ser destinados para peatonalización y extender las ciclovías, entre otras cosas.
La contradicción de la Pirámide de la Movilidad
Estas circunstancias y datos, que reflejan la realidad que viven los juarenses, contradicen la llamada Pirámide de la Movilidad, promovida por el Consejo de Movilidad de Ciudad Juárez, integrado por representantes de grupos de cámaras empresariales, Organizaciones de la Sociedad Civil (ONG), compañías de transporte y usuarios.
El organismo indica que la prioridad de la movilidad urbana deben ser los peatones, mientras que en segundo lugar está la denominada movilidad activa, que se realiza en bicicletas y otros instrumentos que generan movimiento a través de la fuerza humana, como patines o patinetas.
Le sigue el transporte público, después el de carga, y con la menor prioridad está el transporte privado.
La organización impulsa el valor que implica contar con calles completas, dotadas de banquetas accesibles y seguras, así como vías segregadas para vehículos de micromovilidad como bicicletas y monopatines.
También, caminos segregados que faciliten un transporte público semimasivo y una distribución equitativa de la calle para los vehículos motorizados, lo que buscan lograr a través del impulso y mejora de proyectos de movilidad.
El colapso del tráfico y la movilidad alternativa
El Dr. Chaparro Hernández señala que, además de la facilidad para adquirir vehículos importados, otro factor fundamental para el aumento del padrón vehicular en Ciudad Juárez es la situación crítica del transporte público.
A dos décadas de su actividad académica en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), recuerda que existían diversos estudios y múltiples rutas de transporte público.
“Había una organización que, aunque no era ideal, contaba con muchas líneas. Sin embargo, los concesionarios preferían obtener nuevas rutas en lugar de mejorar las existentes, lo que provocaba la desaparición de otras”, explica. Hoy, la situación es aún más complicada, ya que la mayoría de las líneas de transporte público han desaparecido. La red actual se limita a unas cuantas unidades de JuárezBus, camiones viejos de concesionarios tradicionales y transporte de personal.
Esto ha llevado a un uso masivo de vehículos particulares y plataformas como Uber y Didi, lo que genera el colapso del tráfico. “En la ciudad, hay lugares donde, si esperas el camión, puedes tardarte una hora, hora y media o incluso más”, comenta.
Además, algunos han optado por medios de transporte alternativos como bicicletas o patines eléctricos. Sin embargo, la inseguridad, especialmente para las mujeres, limita esta opción. “Una mujer en bicicleta debe estar bien preparada para enfrentar comentarios, acosos y miradas, lo que disuade su uso”, agrega.
La falta de infraestructura: JuárezBus incompleto
El plan JuárezBus, por su parte, aún está lejos de concluir, con solo dos rutas en operación y sin datos claros sobre su eficiencia. “No hay estaciones cómodas, paraderos o rutas alimentadoras. Se requerían al menos 200 unidades para toda la ciudad, pero no se han comprado”, subraya.
Aún falta una ruta troncal que conecte de este a oeste, facilitando el acceso a los centros de trabajo de los maquiladores, lo que impide una evaluación precisa del sistema. “No podemos saber si funciona o no porque no tenemos datos; todo está en papel o en Excel”, señala.
La falta de datos y la ineficiencia de los responsables del sistema se perciben como obstáculos. “Si se conectaran los celulares al WiFi de los camiones, se podría saber cuántos pasajeros suben y bajan, lo que permitiría optimizar el servicio”, ejemplifica.
El uso del automóvil: una tendencia creciente
Mientras tanto, la movilidad en la ciudad sigue dependiendo de decisiones individuales, con un aumento del uso de vehículos particulares. Las generaciones más jóvenes, ahora con acceso a autos más baratos a través de la regularización de vehículos, también han optado por este medio, lo que genera riesgos tanto por el mayor nivel de contaminación como por las condiciones mecánicas de los autos.
“Ahora, en una misma familia, cada miembro tiene su vehículo: el papá, la mamá, los hijos. Esto ha influido en el crecimiento del parque vehicular”, comenta.
En cuanto a la infraestructura, el Dr. Chaparro asegura que no está a la altura de la demanda. Muchas vialidades no se planearon como opciones de movilidad adecuada, sino como respuestas a conflictos sociales. “Aunque hay vialidades bien hechas, no conectan entre sí, lo que limita su funcionalidad”, concluye.
El JuárezBus: Avances significativos, pero insuficientes
El JuárezBus: Avances significativos, pero insuficientes
En Ciudad Juárez, el automóvil sigue siendo necesario, ya que el sistema de transporte, aunque muestra avances, aún está lejos de ser adecuado, señala Elvira Maycotte Pansza, investigadora universitaria con un doctorado en Arquitectura y Ciudad.
“Hay muchas áreas que se han quedado sin cobertura, donde dejaron de pasar las ruteras y por donde tampoco está transitando el BRT. Además, el sistema de rutas alimentadoras no está funcionando, por lo que los automóviles se vuelven una prioridad”, explica.
En abril de 2023, autoridades estatales presentaron el renovado proyecto del BRT para la frontera, señalando que en esta ciudad se realizan 3 millones de viajes al día, de los cuales solo el 7 por ciento (210 mil traslados) se realizan en transporte urbano.
En ciudades como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, ese índice alcanza el 30 por ciento; en 2013, en Ciudad Juárez, los traslados en transporte público representaban el 20 por ciento, es decir, alrededor de 600 mil usuarios utilizaban los camiones.
Además, se informó que durante la pandemia de Covid-19, las personas adquirieron vehículos debido a las restricciones impuestas en el transporte público, y posteriormente, muchos decidieron quedarse con esa modalidad.
El sistema BRT 2 comenzó a funcionar el sábado 11 de mayo de 2024. Un reporte del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) sobre el proyecto establece que sus componentes incluyen un corredor troncal de 19.4 kilómetros con carriles exclusivos y semaforización centralizada en el circuito de las avenidas Tecnológico, Paseo Triunfo de la República, y el par vial 16 de Septiembre y Vicente Guerrero.
Además, cuatro corredores pretroncales con la rehabilitación de 16 kilómetros de pavimento y 35 estaciones más cinco terminales intermodales, así como dos patios y talleres.
En el informe se menciona que la demanda del servicio es de 25,900 viajes diarios. Datos proporcionados por el secretario general de Gobierno, Santiago de la Peña Grajeda, indican que el JuárezBus realiza un promedio de 35 mil viajes diarios, con unidades que pasan cada siete minutos.
“Ciudad Juárez representó un reto más complejo de lo esperado y por primera vez en la historia se incorporaron 90 camiones nuevos (2024) a tres de las principales rutas: 1A-Express (35 unidades), Universitaria (25 unidades) y Oriente-Poniente (30 unidades), reemplazando camiones de hasta 30 años de antigüedad”, explica el funcionario.
Estas rutas brindan servicio a entre 35 mil y 40 mil usuarios diariamente.
Sin embargo, Chaparro Hernández señala que aún se necesita una mayor infraestructura de transporte urbano para satisfacer la demanda y evitar el uso de vehículos particulares.
“Antes de la pandemia, la ciudad no contaba con un transporte público eficiente, por lo que en muchas zonas de la ciudad no llegaba el servicio. Esto obligó a muchas personas a adquirir vehículos usados”, detalla.
Una posible solución al alto número de automóviles en las calles sería la implementación del BRT 2 y el BRT 1, que se pondrá en marcha en diciembre de 2024, según autoridades, así como la construcción de ciclovías en la parte norte de la ciudad. Sin embargo, aclara, la principal forma de transporte sigue siendo la motorizada, pues la ciudad está diseñada para la movilidad vehicular.
Aunque ninguna de estas estrategias está funcionando al 100 por ciento, el sistema está compuesto por varios elementos que deben trabajar de manera simultánea para que funcione eficientemente.
“Un gran avance ha sido la puesta en marcha de la troncal 2 y ahora que se rehabilitó la troncal 1. No obstante, esto no garantiza una movilidad pública completa en toda la ciudad”, puntualiza el profesor e investigador de la UACJ.
A través del Sistema de Indicadores de Calidad de Vida del Plan Estratégico, los juarenses califican al servicio de JuárezBus con un 8.6; mientras que el transporte público tradicional (ruteras) obtuvo un 6.3, la mejor calificación obtenida por este sistema en los últimos seis años.
En cuanto a los problemas prioritarios para la población, el transporte urbano ocupa el séptimo lugar, con un 3.9 por ciento, detrás de problemas como el desempleo (6.1 por ciento), calles y pavimentación (6.4 por ciento), corrupción (8.7 por ciento), pobreza (9.3 por ciento), drogadicción (17 por ciento) e inseguridad y violencia (32.2 por ciento).
Regularización de “chuecos” deja más efectos negativos que positivos
Regularización de “chuecos” deja más efectos negativos que positivos
El Programa de regularización de vehículos es una iniciativa del Gobierno Federal y uno de los beneficios que se plantearon desde el principio fue precisamente terminar con la existencia de vehículos “chuecos” y regularizar con mayor facilidad las unidades importadas de forma irregular al territorio nacional, menciona Chaparro Hernández.
También, en su momento, se tuvo la premisa de que se iba a ayudar a la economía, sobre todo a la fronteriza, porque respaldaba la mercantilización de los vehículos, lo que es un apoyo, sobre todo, para las personas que venden automotores usados en diferentes partes de la ciudad.
“En este sentido, sí se veía como una propuesta interesante, ideal, y sobre todo por los problemas que trajo la pandemia (Covid-19); sin embargo, existieron periodos que se fueron extendiendo en este programa de regularización”, indica.
Advierte que, aunque la estrategia es un atractivo, sobre todo para las ciudades fronterizas del norte de México y ha sido una solución, entre comillas, para adquirir un vehículo relativamente barato, sí tiene efectos negativos que se están viendo en este momento y otros que se enfrentarán a largo plazo.
“¿Qué ha traído esto de consecuencias? Sí ha ayudado mucho a regularizar los vehículos ‘chocolate’; la ventaja es que los impuestos que se determinan en este decreto son mucho más baratos, entonces es más fácil, es más barato importar un vehículo”, dice.
En la franja fronteriza, agrega, se tiene además la ventaja del precio más bajo del combustible; es mucho más barato que en el resto de la República Mexicana, por lo que es un atractivo muy interesante para las personas que quieran adquirir un vehículo, necesidad generada por las necesidades de movilidad.
Ya con estas prerrogativas económicas para comprar un automóvil barato en el extranjero, regularizarlo a bajo precio y, además del costo accesible del combustible, se vuelve atrayente para muchas personas porque les facilita la compra.
Beneficios inmediatos para quienes no tienen transporte público
Advierte que el saldo para Ciudad Juárez con el decreto de regularización se da en dos vertientes: la primera tiene que ver con la facilidad para adquirir un automotor; eso ha permitido que una persona que no tenga el recurso para adquirir un vehículo nuevo o seminuevo ya tenga esa asequibilidad.
El beneficio, dice, es sobre todo para las personas que habitan en las zonas perimetrales de la frontera que no tienen transporte público, quienes adquieren una superventaja cuando adquieren una unidad para desplazarse a su trabajo y a sus actividades cotidianas con seguridad, porque muchos de los viajes se realizan por la noche o madrugada, justo después de que se terminan los recorridos de los camiones.
La alternativa para esta población es adquirir un automóvil con la modalidad del Repuve, que es la parte positiva.
La parte negativa es el congestionamiento vehicular, la ocupación del espacio público y el desgaste de la infraestructura.
“Si ponemos en una balanza todo esto, creo que sí tiene aspectos negativos en mayor cantidad que los beneficios a corto plazo… la recomendación es hacer ese análisis y crear programas que ayuden a impulsar otras movilidades accesibles, asequibles para otras personas que, por ejemplo, no tienen la solvencia económica para comprar ni siquiera un vehículo de estos”, declara.
El Gobierno Municipal reporta que, a través de las ganancias generadas por el Repuve, se recibieron 68 millones 611 mil pesos en 2022; para 2023, esa cifra fue de 145 millones 509 mil pesos.
Durante el año pasado se le entregó a la autoridad local una cantidad de 183 millones 021 mil pesos, mientras que en lo que va de 2025 el recurso llegó a 55 millones 811 mil pesos; en total, suman 452 millones 952 mil pesos obtenidos por ese concepto.
Por ley, estos recursos deben utilizarse en pavimentación y, en esta frontera, se han aplicado en vialidades como Oscar Flores Sánchez, Tecnológico, un tramo de la avenida De las Torres, el eje vial Juan Gabriel y la calle Jesús Escobar, además de 22 calles ubicadas en la zona del Centro Histórico.
Adicionalmente, se trabajó en la calle Morelia, Hermanos Escobar, Abraham Lincoln, Américas y Pedro Meneses Hoyos.
Chaparro Hernández indica que, a pesar de que sí se han hecho construcciones importantes por parte de las autoridades, el beneficio no llega a toda la zona urbana.
“El tema es muy interesante desde el punto de vista estructural. Efectivamente, no se tiene una capacidad gubernamental para darle un mantenimiento básico a las vialidades; sí se le da cierto mantenimiento, pero no se cubre la totalidad de la ciudad”, señala.
Crecimiento del parque vehicular y deterioro urbano
Advierte que, al tener una capacidad limitada para dar sustento a las vialidades en este caso, importar vehículos y crecer el parque vehicular va a rebasar el trabajo que se haga.
Se han tenido construcciones importantes, como el distribuidor vial Manuel Talamás Camandari, pero esto no quiere decir que la importación de vehículos sea buena, sino que también repercute en otros aspectos urbanos, por ejemplo, en el uso de los espacios públicos para estacionamiento.
“Muchas de las personas que pagan este tipo de impuestos están esperando que haya un mejoramiento de la infraestructura urbana; sin embargo, no se ha visto lo suficiente para poder convencer al ciudadano de que efectivamente el tributo que aporta realmente se está dedicando para beneficio de la ciudadanía en términos de infraestructura”, añade.
El universitario considera que el tema de los recursos económicos en el Gobierno es muy complejo, en el sentido de quién es el que toma las decisiones, con qué criterio se actúa y a dónde se va a ir ese dinero.
Así, es difícil contestar desde el punto de vista académico si el programa de regularización es positivo o negativo, pero no se ha visto un crecimiento importante de programas de mantenimiento de infraestructura a raíz de todo este tema del Repuve.
Lo ideal, dice Chaparro, es que todas las personas tienen el derecho de percibir, vivir y movilizarse en la ciudad, como dicta la actual Ley de Movilidad General; pero, desde el punto de vista histórico, Juárez está diseñada para vehículos.
Expone que esta frontera es la séptima localidad más poblada de México según el Inegi y ya se está viendo que el transporte vehicular privado es insuficiente; por lo tanto, se deben impulsar otros métodos de movilidad, entre estos el público, el ciclista, la peatonalización y la reestructuración urbana, entre otras cosas.
“Eso permitiría que cualquier ciudadano, como tal, pueda vivir y movilizarse”, puntualiza.
