Zoe Castañón es una pequeña de 10 años. Ella y su familia celebraban la llegada del 2023 en la casa de sus abuelos, ubicada en la colonia Aztecas. La que debía ser una noche de armonía familiar se convirtió en una verdadera pesadilla, provocada por una bala perdida y prolongada por el recelo de varias clínicas para atender a la niña que sufrió el impacto del proyectil.
El sábado 31 de diciembre, la familia se encontraba en el patio, alrededor de una fogata. Isabel Castañón, la hermana mayor de Zoe, cuenta que desde antes de las 9 de la noche comenzaron a escuchar detonaciones de arma de fuego.
“Mi mamá se preocupó y le dijo a los demás que se iba a meter con la niña, porque sí le daban miedo los balazos, pero en eso se regresó porque su esposo le habló para preguntarle unas cosas y no pasaron ni cinco minutos cuando la niña salió tras de ella”, detalla Isabel.
Eran cerca de las 10:30 de la noche cuando a unos pasos de su madre, Zoe fue arrojada hacia una puerta por la fuerza con que el proyectil alcanzó su mejilla. Por un momento la familia creyó que la menor se había tropezado, pero al momento de levantarla y observar la sangre que derramaba, se dieron cuenta que había sido alcanzada por una bala perdida.
Por cuestiones de proximidad, Isabel y su madre decidieron llevar a Zoe al Hospital General de Zona No. 6 del Seguro Social, también conocido como el “Seguro viejo”.
Un vecino de la familia las auxilió y accedió a trasladarlos al hospital. El hombre las acompañó un momento y también las llevó a otras clínicas cercanas cuando en el IMSS 6 no accedieron a atender a la niña.
“Nos dijeron que ahí no era, que la niña tenía que atenderse en el Hospital Infantil, pero en el Hospital Infantil nos dijeron que no había especialistas, no había cirujanos que pudieran hacer el trabajo, porque estaban descansando por el día festivo”, cuenta la hermana de Zoe.
A partir de ese momento comenzó una carrera contra el tiempo y la burocracia del sector salud, pues al acudir al departamento de trabajo social del Hospital Infantil, les indicaron que debían ir de vuelta al Hospital 6 del IMSS, específicamente a trabajo social.
“Así nos tuvieron a vuelta y vuelta”, señala Isabel Castañón.
Con la impotencia de no conseguir que Zoe fuera atendida, la familia también acudió a la Clínica Nogales, al Hospital General, a la Cruz Roja, al Hospital Ángeles y a Star Médica. No había médicos en ningún lado, sin mencionar que, en los hospitales privados, tan solo por recibir a la niña, a la familia se les pedía de anticipo que no podrían pagar.
Para este momento, el hermano de Zoe e Isabel pidió prestada una camioneta a su jefe para poder trasladar a su hermana herida.
El protocolo
El consejero consultivo del Colegio de Médicos, el doctor Lorenzo Soberanes, explica que el artículo 89 de la Ley del Seguro Social establece que, si el instituto no cuenta con la capacidad, o en este caso los especialistas, tiene que subrogar el servicio.
Añade que además de ser una responsabilidad legal, el personal médico al tomar protesta se compromete a hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanan.
“La ley del Seguro Social emana de la Constitución, y la Constitución da a los mexicanos el derecho a la salud”, señala el doctor.
Fue hasta el domingo a las cinco de la tarde que Zoe por fin fue recibida en el IMSS, pero para ello debieron firmar una carta en la que se comprometían a pagar el total de los gastos de la cirugía y las atenciones, que son cerca de 90 mil pesos. Esto, porque Zoe no es derechohabiente; sin embargo, la familia menciona que este recurso no se les ofreció cuando acudieron a la clínica recién ocurrido el incidente.
“Tuvimos que ir con unos policías para que vinieran a hablar a trabajo social y ya ellos arreglaron todo. Nos hicieron firmar una carta de compromiso, pero es algo que trabajo social nunca nos mencionó a nosotros, solo nos decían que no podían hacer nada porque la niña no tenía seguro y nosotros no contamos con el dinero suficiente”, relata Isabel.
Lorenzo Soberanes comenta que la carta responsiva representa un procedimiento que está fuera de todo contexto, pues “por razones humanitarias y considerando el diagnóstico de la niña, ellos debieron recibirla y trasladarla en las ambulancias del Seguro a donde hubiera hecho falta”.
Hasta este momento, Zoe se encuentra estable, aunque no la han operado, pues es necesario que primero la vean más especialistas. La niña necesita cirugía en la mandíbula, ya que se fracturó con el impacto del proyectil. Se espera que la operen este lunes durante la noche.
Isabel Castañón cuenta que su hermana menor está desesperada por dejar la clínica, y da las gracias a todas las personas de Ciudad Juárez y El Paso que han cooperado para completar los gastos de la cirugía; sin embargo, aún requieren más ayuda, por lo que proporciona el número de cuenta 5256783923884499 de Banamex, a nombre de Yaira Isabel Castañón García
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