Puebla.-El enorme cráter que se formó hace ya más de un año en el municipio de Juan C. Bonilla, resurge de las sombras y vuelve a ser noticia, publicó El Universal.
Durante la madrugada, según autoridades estatales y pobladores, creció más gracias a que hubo un desprendimiento de tierra.
La parafernalia creada en 2021 por el socavón, con todo y sus canciones, bebidas, panes y likes, se asoma en medio de las notas informativas de medios locales.
La noticia corrió como pólvora: los pobladores aseguraron escuchar por la madrugada un estruendo y luego ver qué su socavón aumentó de tamaño. Y lo atribuyeron al sismo que pegó un susto a México el 19S.
En tanto, la secretaria de Gobernación estatal, Ana Lucía Hill, atribuyó la caída de tierra a las lluvias que se han presentado en los últimos días en la zona.
“Estuvo lloviendo por más de dos horas en la zona del socavón… parecería que las razones son justamente el reblandecimiento ocasionado por las lluvias”, afirmó en la conferencia de prensa del gobernador.
Además, iniciarán vuelos con drones para determinar de manera exacta cuánto creció de la última medición que dio 126 metros de diámetro y veinte de profundidad.
El socavón no representa ningún riesgo para la población, aunque eso sí regresó a ocupar espacios en periódicos, páginas web y en las conversaciones inocuas.
Un misterio desde 2011
Desde su aparición, han circulado diferentes hipótesis en medios de comunicación y redes sociales sobre el origen del mega socavón en Puebla; en agosto de 2021 tocó el turno a especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes descartaron que el hundimiento estuviera relacionado con la actividad volcánica actual del Popocatépetl, tal como se había planteado anteriormente.

Así lo dio a conocer el doctor Ramón Espinasa durante la la conferencia “Hablemos de Socavones y otros fenómenos geológicos”, donde explicó que el suelo de la zona de Santa María Zacatepec ha sido formado por material que los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl han emitido en los últimos 850 años. Es por ello que la actividad sísmica y volcánica actual de “Don Goyo” no tiene relación con la formación del socavón, más bien con las características del suelo.
Para el investigador del Instituto de Geología de la UNAM, se podrían estabilizar las laderas, pero este proceso sería muy costoso, además que rellenar el socavón con tierra o rocas tampoco sería una opción viable, pues el agua seguirá erosionando, por lo que “lo más probable es que haya que dejar que siga evolucionando y eventualmente las laderas se harán menos inclinadas, con ello el socavón dejará de crecer”.
Además, puntualizó que por tratarse de un fenómeno que se desarrolla por debajo del suelo y evoluciona hacia la superficie sin que se perciba, no se puede predecir el momento del colapso.