Claudia, Ivette, Cecilia y Rosalba son más que conductoras y repartidoras de plataformas que ofrecen servicio de transporte en línea.
Ellas mismas se describen como jefas de familia, madres, líderes y administradoras de Conductores por Juárez, uno de los grupos de apoyo para quienes trabajan con las aplicaciones más importantes que operan en la ciudad.
Su labor va más allá de manejar por las calles. Combinan el proveer y brindar alimento a sus familias, con el hecho de cuidar y proteger a compañeros que se colocan en situaciones de peligro.
En Juárez, los riesgos están a la orden del día. Además de enfrentarse a los propios desafíos que implica este tipo de trabajo, por el hecho de ser mujeres se enfrentan a situaciones de estrés adicionales como el acoso, las faltas de respeto e intentos de agresión por parte de algunos pasajeros.
Ellas lo viven en carne propia. Han sido víctimas en varios incidentes y han sentido la impotencia y el desamparo, al quedarse a mitad de la nada sin sus pertenencias y totalmente vulnerables.
Ese es uno de los principales retos que tienen que enfrentar: el mantenerse firmes ante la adversidad. La labor de protección que realizan es voluntaria y no obtienen remuneración alguna por sus servicios.
Al contrario, tienen que invertir parte de su tiempo y recursos para que todo funcione adecuadamente. No obstante, proveer las herramientas de seguridad y protección para que tanto ellas como los demás puedan trabajar teniendo el respaldo de un gran número de compañeros, hace que todo valga la pena.
LIDERAZGO FEMENINO EN UNA CULTURA MACHISTA
De acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2018, tan solo el 5 por ciento de los conductores registrados en las distintas aplicaciones eran mujeres.
Pese a que iniciativas como el programa “Uber Ellas”, lanzado en 2021, ha generado un aumento de un 40 por ciento en el número de conductoras registradas en estas aplicaciones, según los propios datos de la empresa Uber, las mujeres son minoría en esta ocupación.
Ivette Guadalupe Pichardo es consciente de esta situación y confiesa que ha habido ocasiones en que sus propios compañeros las han tratado mal o las han hecho sentir menos por ser mujeres.
Sin embargo, considera que, al menos dentro del grupo que crearon, quienes les faltan al respeto son una minoría y han logrado congeniar con el resto para trabajar juntos en mejora de sus derechos como trabajadores.
Ella pondera que ser mujeres les da más herramientas sociales, como paciencia y comunicación, para lograr que la convivencia entre todos fluya de manera armoniosa.
“No somos nada más que conductoras y repartidoras, somos líderes o administradoras de estos grupos, entonces somos más pacientes y tenemos un poquito más de convivencia con los compañeros para poder mantener la seguridad y el resguardo de todos”, explica Ivette Guadalupe.
UNIÓN PARA ENFRENTAR AGRESIONES Y ACOSO
Al ser cuestionadas sobre el protocolo de acción que tienen que seguir una vez que han sido víctimas de acoso, robo o un cliente que no quiere pagar o bajarse, coinciden en que la mejor fórmula es la unión.
La primera acción ante una situación de peligro, es pedir ayuda a otros compañeros.
Su idea de grupo es que cada vez que suceda un acto en contra de un conductor, todos salgan a atacar y a defender rápido, como si se tratara de una colmena.
Señalan que la necesidad de actuar de esta manera, surge de la falta de apoyo por parte de las aplicaciones que les proveen trabajo.
“Si la aplicación no nos puede ayudar en más, porque simplemente ellos no están regulados, y no sienten que deban de hacer más por nosotros, pues nosotros tenemos que buscar los mecanismos de seguridad para protegernos nosotras como mujeres”, indica Rosalba.
Sobre las propuestas que tienen para mejorar su experiencia como conductores de la plataforma, señalan que es necesaria la creación de un listado de acosadores y/o de pasajeros desagradables, con la intención de que ese tipo de personas no puedan volver a ordenar un viaje por estas aplicaciones.
“Ser mujer no quiere decir que no nos podamos dedicar este tipo de trabajo. Estamos aquí en este trabajo porque nos permite, nos da el tiempo para ocuparnos en nuestras familias, de nuestra responsabilidad y que, pues no nos juzguen, ¿verdad? ¡Ay, es mujer! Pues dedíquese a otra cosa. No claro que no, por eso estamos aquí, porque nos da una libertad de tiempo”, sintetiza otra de las mujeres del grupo.