En la literatura occidental hay varios referentes a lo largo de la historia, este es el caso que nos convoca hoy y me refiero a El progreso del peregrino (1678), de John Bunyan (Elstow, Reino Unido, 1628-Londres, Reino Unido, 1688). Bunyan fue un predicador inglés que fue encerrado en la cárcel varias veces por promover su fe y fue en una de esas largas reclusiones en que comenzó a escribir su más famosa obra.
El progreso del peregrino es una especie de novela alegórica, que está más cerca del teatro o de lo que estaba en auge en España, que era el auto sacramental, cuyo representante más famoso fue Pedro Calderón de la Barca, en el siglo XVII barroco, con un mensaje sí religioso, pero con una fuerte carga de la Contrarreforma, es decir, los contrapesos ideológicos, políticos y religiosos emprendidos por la Iglesia católica contra la Reforma protestante y las diferentes iglesias que surgieron a partir de esta.
¿De qué habla El progreso del peregrino? Hay un primer narrador que cuenta la historia, a partir de un sueño luego de un largo viaje. En el sueño ve a Christian, quien vive en un pueblo al que llega un Evangelista y le dice que debe ir a la Ciudad Celestial porque ese pueblo será destruido, debido a la maldad en que viven sus pobladores. Christian se angustia y emprende el viaje, dejando atrás a su familia y a sus amigos.
Esta novela, como toda obra alegórica, plantea una serie de personajes que representan ideas o conceptos abstractos, en este caso relacionados con el cristianismo, con los que va interactuando Christian durante todo su periplo. Acompañamos al héroe en sus dificultades y los obstáculos que sortea para poder alcanzar la meta. En ese camino conoce grandes amigos, pero también tiene que enfrentarse con enemigos feroces, como Apolión, un ángel oscuro que está armado con una espada filosa o su estancia junto a su amigo Fiel en la Feria de las Vanidades, un pueblo que siempre hacía fiesta y todo el tiempo se le iba en los placeres del mundo.
El progreso del peregrino, al ser una obra escrita en el inglés del siglo XVII, resulta poco fácil de leer en la versión original, pero hay actualizaciones muy buenas para leerla en un buen inglés o buscar alguna buena traducción al español, ya que se trata de una gran obra literaria que vale la pena leer.
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