Hablar de Sor Juana siempre es fascinante, fue una mujer muy inteligente y preocupada por aprender cada día más, así lo hizo desde su infancia, como se puede leer en su Respuesta a Sor Filotea, texto del cual escribí en este mismo espacio hace como un año. En sus mismas cartas, Sor Juana afirma que todo lo que ella escribió fue por encargo, salvo un “papelillo” intitulado El Sueño. Quizá tenga razón, pero como le digo muchas veces a mis estudiantes, no hagan mucho caso de lo que dicen los escritores sobre su propia obra porque les gusta jugar con la mente de los lectores, por eso se dedican a la ficción.
Así que comentaré algunas cosas acerca de Primero Sueño para esta entrega. Al ser un poema tan famoso y con varios siglos de su publicación, es lógico que haya una larga lista de crítica alrededor de esta obra, por eso si alguien quisiera profundizar en algunos aspectos luego de intentar comprender el poema, pues solo basta con buscar en los lugares correctos. Leyeron bien, primero, habría que intentar comprender el poema, ya que en la editio princeps (primera edición), la misma Sor Juana ponía como subtítulo: imitando a Góngora. Esto es, ella intenta desarrollar esta obra en el estilo culterano, gongorino, para sus detractores, lo que en pocas palabras se trata de escribir de una forma oscura, llena de hipérbatos, empleando un lenguaje más que culto y con múltiples referencias a la cultura grecolatina.
No es fácil entender a la primera el Primero Sueño, pero vale la pena el esfuerzo, ya que brinda imágenes preciosas, desde que ella se levanta a media noche y vea la luna, cómo deja caer su iluminación como si fuera una pirámide lumínica sobre la tierra. En medio de esa noche, Sor Juana comienza a meditar acerca del conocimiento, del cuerpo y el alma, de la infinitud de los saberes en contraposición con lo efímero de la vida humana.
Hay quienes sostienen que Sor Juana planeaba escribir un Segundo Sueño, pero no lo veo factible. La vida nocturna, tal como la conocemos, es relativamente reciente, tiene poco más de 200 años, ya que antes del siglo XIX no había alumbrado público y las noches eran más largas. Las personas se iban a la cama casi en cuanto comenzaba a oscurecer y por obvias razones, se despertaban a media noche, después del primer sueño, hacían algunas actividades, tomar un bocadillo, beber algo, charlar un poco y volvían a dormir hasta el amanecer. Sor Juana llama a su gran poema justamente de esa forma, primero sueño, porque lo inicia después de ese periodo.
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