““Lo que más necesita el mundo en estos momentos es una ética laica, no una moralidad religiosa”, sostuvo el venerable Rinchen Gyaltsen, traductor y maestro del budismo tibetano parafraseando al propio Dalai Lama, esto en el marco de su visita a San Luis Potosí en donde encabezó el conversatorio «El Arte de la Paz: La No-Violencia Como Catalizados del Desarrollo Social» en el Colegio de San Luis.
El venerable Lama Ngawang Lekshe Rinchen Gyaltsen, nació como Alejandro Veiga Martínez en 1972 en Uruguay, de padres españoles pero emigró a corta edad a los Estados Unidos y en los años noventa fue que su interés por el budismo tibetano lo llevó al estudio serio de sus conocimientos y posteriormente a convertirse y migrar al Tibet en donde fue ordenado como monje y adoptó el nombre con el que se le conoce ahora.
Durante su presentación explicó que en el mundo actual se requiere una ética que surja del reconocimiento de la interdependencia, porque hoy en día cualquier problema tiene consecuencias a nivel mundial, prácticamente ya ningún problema es local, por lo que se debe admitir de inicio que se requiere de la colaboración internacional para resolver muchas problemáticas actuales.
Puntualizó “si nosotros queremos bienestar, paz, seguridad y felicidad, entonces nos debemos interesar por nuestros vecinos… la realidad es la interdependencia, necesariamente necesitamos encontrar soluciones en donde todos salen beneficiados, si nosotros estamos bien pero nuestros vecinos no están bien, tarde o temprano su malestar nos va a alcanzar, lo hemos visto muy claramente con la pandemia”.
Cuestionado al respecto de la situación de violencia que está padeciendo México ya desde hace más de una década derivada de las actividades del crimen organizado, principalmente los cárteles del narcotráfico y la corrupción, Rinchen Gyaltsen pidió a los mexicanos paciencia y que sepan que es una etapa muy dura, pero así como otros países han salido de este ciclo de violencia México también logrará hacerlo.
Mencionó “no se puede negar que en México hay violencia, pero no es diferente a la que viven otros países o la que han vivido a través de la historia muchos más, sino es que todos los países, incluso el propio Tíbet fue alguna vez un pueblo guerrero muy violento, era un pueblo que atacaba a otras comunidades, los saqueaba, los quemaba, tenía una manera de ser muy similar al imperio de Genghis Khan”.
Añadió que a pesar de ello, en algún momento Tíbet, fue conquistado y dominado por las enseñanzas del Dharma budista, adoptado por individuos y poco a poco fue permeando a la sociedad, fueron surgiendo líderes y modelos que transformaron a la sociedad “Cuando el ejército comunista chino invadió al Tíbet dijeron que a nivel industrial estaban 500 años por detrás de los países desarrollados, pero a nivel educacional, moral y ético ya estaban viviendo décadas por delante”.
Rinchen Gyaltsen recalcó que para México no será fácil, ni sencillo, pero resaltó la importancia de la educación, porque funciona, para cada individuo, la mejor riqueza que se puede adquirir en el mundo es tener maestría en conocerse a sí mismo, “entonces hay que buscar la manera de llegar a la mayor cantidad de gente, hay que emplear las artes y la educación para que el mensaje les ayude a las personas a ser mejores cada día”.
Finalmente, refirió que hay una mayor receptividad, especialmente en comunidades más conservadoras o con mayor tradición religiosa sea cual fuere, cuando se presenta un programa de ética laica, libre de religión, se puede adoptar en cualquier parte del mundo y el beneficio puede ser palpable y duradero.