Luis Carlos Ortega | 11 enero, 2023
Vacíos legales, omisiones y presuntos actos de coyotaje y corrupción oficial han generado en los últimos tiempos la existencia de un creciente mercado negro del agua en Ciudad Juárez.
Un mercado favorecido por la explotación de los que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) señala como antiguos pozos de riego que, ante la expansión urbana y la poca o nula actividad agrícola de las zonas en las que se ubican, son actualmente destinados a usos ajenos a los que están autorizados.
Tales usos se ven reflejados principalmente en el funcionamiento de espacios recreativos con alberca, o el llenado clandestino –mediante improvisadas garzas de extracción– de pipas de transportación de agua que operan al margen de pagos de derechos y los controles de organismos operadores como, en este caso, la JMAS.
Según se pudo constatar en al menos cinco puntos visitados por este medio al oriente y sur de la ciudad, se trata de pipas de diversos tipos y capacidades que van de los 10 mil a los 20 mil litros por viaje que, en muchos de los casos, acuden a toda hora a esos pozos para ser llenadas.
Posteriormente trasladan el agua para ser vendida y utilizada en el riego de parques, jardines privados y terracerías, además de hoteles, lugares de lavado de autos, maquiladoras, centros comerciales y, principalmente, para el área de la construcción, todo mediante un pago que va directo a manos de particulares, evadiendo el pago de los derechos de uso y extracción correspondientes.
En ciertos casos y al margen de las acciones de vigilancia sanitaria (según palabras del ingeniero Manuel Herrera, director de Ingeniería y Proyectos de la JMAS), algunos incluso se avientan literalmente “sus liebritas” llevando agua de condiciones dudosas para el consumo humano a colonias donde no existe el servicio de agua entubada.