El (mal)trato a los niños con cáncer en Ciudad Juárez

En México se estima que cada año se presentan entre 5 y 6 mil casos nuevos de cáncer en niños y adolescentes, de acuerdo a datos de 2018 del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia.

Sin embargo, pocos reciben el tratamiento completo debido al desabasto de medicamentos a nivel nacional que ha afectado a niño y adolescentes diagnosticados con cualquier tipo de cáncer.

Tal fue el caso de Mateo de 9 años, diagnosticado a los 6 años con leucemia linfoblástica aguda. Aunque culminó su tratamiento en mayo 2021, a lo largo de su proceso, en algunas ocasiones, como otros niños, no obtuvo su medicamento.

No hay medicamento para los niños, vuelva después

“Llegando al Hospital Infantil nos decían que no había el medicamento que le tocaba, que hasta el próximo lunes,” indicó Adriana Adame, madre de Mateo.

“A veces nos íbamos, pero cuando ya eran dos o tres lunes seguidos, nos quejábamos. De hecho, para sus últimas quimios tuvimos que comprar algunos medicamentos”, explicó.

Casi al final de su tratamiento, el hospital no contaba con el medicamento Vincristina, por lo que Mateo duró un mes sin él. De acuerdo a Adriana, el hospital solo indicaba que estaba por llegar el insumo, pero después de un mes la doctora del menor les indicó que debían comprarlo.

Algunos de los medicamentos que en repetidas ocasiones escasean en el hospital, según Adriana, son la Vincristina, Daunorubicina y la L-Asparaginasa. Estos son medicamentos esenciales en el protocolo de pacientes con leucemia.

“Está en juego la salud de los niños”

Alondra fue diagnosticada con leucemia a los 5 años y hasta la fecha continúa con su tratamiento. A lo largo de su proceso, ha tenido que sufrir por desabasto de medicamentos en algunas ocasiones.

“Hace como dos meses el desabasto estaba muy fuerte,” indicó Alberto González, padre de Alondra.

La familia González consiguió el medicamento Vincristina a precio completo en farmacias de patente y lo llevó al Hospital Infantil para que se le suministrara a la niña.

“Nosotros como padres tenemos que buscar y comprar el medicamento. No podemos quedarnos parados y esperanzados de las instituciones de salud. Está en juego la salud de nuestros hijos,” detalló Alberto González.

El de Nicole, uno de tantos viacrucis de los niños

De la misma manera el desabasto también afectó, entre otros niños, a Nicole de 7 años. Ella fue diagnosticada con sarcoma alveolar de partes blandas que, aunque desde el año pasado había sido desahuciada, durante su tratamiento contó con algunos percances.

A mediados de 2019, de acuerdo a Ricardo Cortez, padre de Nicole, tuvieron complicaciones.

“Había muchas veces en las que tenía que ir y cambiar yo a otro hospital un tratamiento por una quimioterapia para mi hija, porque el Infantil no tenía”, recordó.

Nicole recibía unas ampolletas de medicamento cada día. Pero al no haber abastecimiento en el hospital y al no contar con el presupuesto para comprarlo por fuera, se trataba a la niña con soluciones mixtas.

“La culpa es del gobierno; no suministra”

Aunque todos estos padres levantaron quejas, el Hospital Infantil indicó que el problema era que el Gobierno del Estado no suministraba el medicamento. Que la culpa era a nivel estatal y federal.

A pesar de que se ha demostrado el desabasto de medicamentos a causa del “plan anticorrupción” del Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, han declarado que esa narrativa tiene fines de “golpe de estado” por parte de grupos de derecha, partidos políticos o farmacéuticas.

Una historia de desabasto

De acuerdo a la investigación “Operación desabasto” de Impunidad Cero y Justicia Justa, en el 2018 se aceptó la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.

Esta norma dio la autoridad completa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para realizar compras consolidadas de medicamentos. Dicha labor antes la realizaba el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A partir de esa reforma, el desabasto comenzó a mediados de 2019 por la compra insuficiente de la SHCP (sólo 16 de los 36 fármacos) y porque el Gobierno vetó a tres principales distribuidores de insumos médicos del país con la argumentación de que eran prácticas oligopólicas: Grupo Fármacos Especializados S.A. de C.V. (Grufesa), Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico S.A. de C.V. (Dimesa) y Maypo.

Aunando a eso, la Comisión Federal de Protección Sanitaria (Cofrepris) suspendió la línea de producción del Metotrexato, uno de los principales medicamentos para el cáncer infantil, por una supuesta bacteria en productos de suplementación alimenticia para tratamientos oncológicos.

¿Indolencia o compras a destiempo?

De la misma manera, para 2020, la compra no se realizó a tiempo, por lo que de enero a abril de 2020 no hubo disponibilidad de medicamentos a nivel nacional. A ello se le sumó el colapso del sector salud con la pandemia por Covid-19.

No obstante, López Obrador indicó en 2020 que la Oficina de las Naciones Unidas para Servicios de Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) se encargaría de la compra consolidada de medicamentos para 2021-2024 y la empresa paraestatal Birmex de la distribución de estos.

Empero, Birmex no cuenta con las capacidades, infraestructura, recursos, ni logística para poder proporcionar el servicio de distribución de insumos tan delicados, según el informe de Impunidad Cero y Justicia Justa.

Problema nacional

El desabasto de medicamentos es un problema nacional con mucho impacto en la salud de niños y adolescentes. Aun siguiendo el tratamiento en su totalidad, aplicando los medicamentos específicos de manera ininterrumpida, la posibilidad de supervivencia de acuerdo a datos del CENSIA, es del 56 por ciento en México.

Por ello la intermisión del tratamiento puede afectar severamente la salud de los niños, generando problemas como metástasis o agravamiento de la enfermedad. 

Para evitar eso, de acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se requiere de una visión estratégica y de una política integral que asegure la competencia y el buen funcionamiento del mercado.