José Ángel tenía la ilusión de poner un negocio en el Pasaje del Correo durante 2020 y cuando lo concretó, la pandemia provocada por la Covid-19 frustró sus planes ya que su emprendimiento no obtuvo los resultados que esperaba y lo obligó a cerrar.
Pese al fracaso económico, no desistió en la renta del espacio y optó darle un giro: ofrecerlo al pastor de su comunidad evangélica, junto con quien decidió utilizarlo en favor de la comunidad, instalando un comedor comunitario.
José Ángel Álvarez Díaz es nacido en Ciudad Juárez, miembro de la Sociedad Histórica Paso del Norte desde el 2015 e impulsor de la numismática (estudio antropológico de las monedas).
Álvarez Díaz también es un gran aficionado al ajedrez, donde se sabe que el retorno no es igual que retirada, sino es solo un cambio de estrategia.
Emprendedor lleno de fe
Desde hace 10 años, José Ángel atiende en un local al interior del Pasaje del Correo, donde oferta monedas antiguas, libros y artículos relacionados con el arte, su trato amable y cordial, con una sonrisa siempre presente le distingue y es con la que siempre recibe a sus clientes y visitantes.
Pero además de eso, es miembro de la Congregación Centro Vida y fundador del Comedor Comunitario La Vid, localizado en el mismo pasaje comercial, pero al exterior, por la calle Lerdo, donde diariamente ofrece comida, ropa y cortes de cabello gratuitos a la ciudadanía juarense , labor que realiza desinteresadamente desde hace 3 años.
En un principio, la idea de José Ángel era darle de comer a los migrantes, pero se dio cuenta que también llegaban personas en situación de calle y su política cambió a “darle de comer a todas las personas que se formen”.
Sin embargo, una empresa de este tipo no es sencilla y así lo reconoció Álvarez quien durante algunos meses estuvo junto a los integrantes de su comunidad batallando porque no podían acercarse con los migrantes, a quienes incluso fueron a buscar a hoteles y demás lugares para darles el apoyo, pero no lograban tener una conexión con ellos.
El comedor está abierto para todos
Tiempo después, se concentraron únicamente en atender a las personas en situación de calle, pero fue entonces que poco a poco comenzaron a observar cómo los migrantes también llegaban a pedir el apoyo.
“Empezamos con 50 burritos y poco a poco hemos ido aumentando, la última vez dimos 300 burritos, corte de cabello gratis, ropa y calzado, todo ello gratuito”, detalló sobre la gente que han apoyado durante los 20 meses que lleva el proyecto.
Aunque lamentó que hay ocasiones no pueden darle gusto a todas las personas que atienden, celebró que una gran mayoría se va contenta del alimento y la ropa recibida por parte del comedor.
El origen de los apoyos que terminan dando a las personas, a lo largo de los últimos 20 meses, afirma José Ángel, han llegado ya que han tenido la fortuna de tener de su lado “ayuda divina” con la que han logrado mantener el proyecto.
“No tenemos a alguien fijo que nos dé algo, eventualmente nos dan tortillas, nuestras amistades nos dan ropa, pero no hay ningún organismo o persona que nos apoye, es lo que podemos agarrar, siempre”, comentó.
Hay un equipo detrás del comedor
José Ángel enfatizó en que su labor es ser el anfitrión del comedor, pero que la líder del proyecto es la hermana Claudia Cordero, quien con otros ocho colaboradores se encargan de dar apoyo material (comida y vestido) y ayuda espiritual a quienes así lo deseen.
El Comedor Comunitario La Vid es solamente ayudar a las personas de la forma en la que lo piden y, aunque ofrecen la ayuda espiritual, no es obligatoria para que puedan recibir alimentos, afirmó.
“Nosotros damos provisión espiritual a quien la pida y provisión física a quien la pida, todo hasta que se nos termine”, destacó.
Ultimo día del comedor en el centro, se expande y cambia de sede
El jueves, José Ángel publicó en sus redes sociales: “20 meses duramos los jueves a las 9:00 a.m. repartiendo alimentos, vestido y cortando cabello gratis en este lugar, Dios proveyó un lugar más grande, hoy es nuestro último día aquí”.
La noticia, inquietante a primera vista no es mala, sino por el contrario, es una buena nueva.
José Ángel indicó que este es un momento de crecimiento para el comedor, que ahora pasará de estar en uno de los locales del Pasaje del Correo, a uno más grande ubicado en la calle Saltillo, entre Insurgentes y avenida De La Raza.
Agregó que en este nuevo espacio estarán ofreciendo cursos gratuitos de peluquería y manicura, pero que en futuro planean ampliarlos.
A los interesados los invitó a inscribirse dentro de su local (el 12 A del Pasaje del Correo) con su credencial de elector (o cualquier identificación con fotografía), comprobante de domicilio y CURP.
“Como parte del crecimiento la idea es mantener lo mismo, alimento, ropa, calzado y cortes de cabello gratuitos, pero aparte también vamos a dar cursos, para que corten cabello, pongan uñas, el chiste es preparar a la gente para que salga de la calle”, concluyó.
Quienes deseen realizar algún donativo, pueden acudir al local de José Ángel en el Pasaje del Correo, así como en el nuevo comedor, donde se recibe todo tipo de ropa y calzado en buen estado, así como alimentos que puedan otorgarse a migrantes y personas en situación de calle.
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