El “fiscal de hierro” que persigue una misión de Dios

Nunca ha disparado un arma de fuego, sin embargo detuvo al poderoso líder petrolero apodado La Quina.

Carlos Manuel Salas, actual fiscal de Distrito en la Zona Norte de Chihuahua, aprendió desde pequeño a estar parado en arenas movedizas y por eso pudo decomisar, de adulto, 15 toneladas de cocaína y más de 300 de mariguana a narcos como Amado Carillo, Rafael Aguilar y El Greñas.

En su larga trayectoria como funcionario público, ha recibido amenazas veladas, nunca directas, sin embargo, ha sabido seguir adelante, convencido de que su papel es que se cumpla ley.

Gente bravucona lo ha querido avasallar, pero no lo ha conseguido.

Más que el mote de “fiscal de hierro”, le gusta el de “fiscal de Dios”, ya que considera que tiene una misión de servicio a los juarenses.

Como estudioso de la historia y la geopolítica, comprende mejor lo que ocurre en su zona de influencia.

Desde niño supo lo que era ser líder, al ser capitán de su equipo de basquetbol, pero ahora ha sabido rodearse de experimentados funcionarios, donde la responsabilidad más grande la llevan mujeres, señala.

Norte Digital (ND): ¿Cómo se define a sí mismo?

Carlos Manuel Salas (CMS): Como un hombre feliz.

ND: Muchas personas arriba de 65 años piensan en descansar, pero usted no

CMS: Cada persona es diferente, su forma de mirar la vida a veces por razones de salud y a mi edad ya no pueden desarrollar una actividad o han tomado sus decisiones, cada ser humano es diferente.

Todos los días estoy activo y he aprendido a administrar el tiempo, a hacer lo que proyecté muchos años atrás en mi plan de vida. Estudio el mundo, la historia, la geopolítica, las finanzas, la situación de Europa, etcétera.

Cuando entiendes mejor el mundo, entiendes mejor tu país, tu estado y tu ciudad.

ND: ¿Qué se siente ser el fiscal de la Zona Norte de Chihuahua?

CMS: Se siente que soy útil, muy bien, extraordinariamente bien, espiritualmente muy bien, porque la gobernadora (Maru Campos), el fiscal general, César Jáuregui, tomaron la decisión de invitarme a colaborar pensando que yo soy la persona adecuada y que puedo ser útil a la Fiscalía y a la ciudad.

Pienso que lo poquito o lo mediano que pueda hacer por esta ciudad vale la pena. Son retos maravillosos saber que te falta un 100 por ciento de personal, saber que no hay recursos materiales, saber que falta lo elemental, que había que resolver un problema de periciales, que estaban los cadáveres pudriéndose ahí, que la gente confía en ti y que la gente que ya estaba hay que hacerla más eficiente, además de coordinarte con las otras corporaciones de México y de Estados Unidos.

ND: ¿Qué libro está leyendo?

CMS: Acabo de terminar uno que se llama Extrañas, de Guillermo Arriaga, uno de los principales novelistas mexicanos. Trata de gente con particularidades especiales y que gira en torno al desarrollo de la investigación de la medicina de siglos atrás. El 80 por ciento de lo que leo es de novela y análisis histórico.

ND: ¿Colecciona algo, armas por ejemplo?

CMS: No, ni disparo armas, ni sé pelear, nunca fui a los cursos de tiro.

ND: ¿Por qué?

CMS: No está en mí eso, no colecciono nada, más que recuerdos.

ND: ¿De joven no pensó en ser policía entonces?

CMS: Fíjese que no, fue todo circunstancial. Es maravilloso estar aquí en la procuración de justicia, porque el Derecho no es más que la regulación de la conducta, pero nunca me imaginé que iba a trabajar en esta área.

Me fui de Juárez a los 15 años, hice la primaria en la escuela Francisco Zarco que está por el arroyo Colorado.

ND: ¿Cómo fue esa época?

CMS: Era maravilloso, tenía cerca el río Bravo, ahí me enseñé a nadar. Todavía había arenas movedizas, culebras, sembradíos de algodón.

ND: ¿Cuál fue su deporte favorito?

CMS: El basquetbol, jugaba en la escuela, era el capitán del equipo. Era una pasión jugar y luego hicieron el parque en la Altavista y pues ahí nos la pasábamos.

ND: ¿Y de más estudios?

CMS: Me fui con unos parientes a La Laguna en Gómez Palacio, Durango, y ahí hice la prepa y la normal simultáneamente y de ahí me fui a México pensando en ser profesor y estudiar Derecho.

No pude obtener una plaza de profesor porque aparte de tener tu título, tenías que tener cinco o diez mil pesos (para comprar una plaza), que yo en mi vida los había visto juntos, así que conseguí trabajo en el Registro Civil.

Estar en México es extraordinario. Por azares del destino a los 23 años estando en tercer año de la Facultad de Derecho me invitan a ser jefe de Control de Bienes y Almacenes de todo el Distrito Federal, a cargo de tres mil 500 personas.

Entre los 23 y 30 años fui subdirector de Canal 13 de televisión, trabajé en un despacho corporativo de inversión extranjera. Como ves, nada que ver con esto.

Un día me pidieron que los asesorara en un tema de inversión extranjera fraudulenta y me pidieron que los asesorara con el tema de desafuero de (Jorge) Díaz Serrano (quien fue director de Pemex) y acabé en la PGR (Procuraduría General de la República) 15 años.

ND: ¿Estuvo en la PGR en Juárez?

CMS: Fui fiscal General Antinarcóticos, fue el primer nombramiento que hubo en todo el país. Llegué aquí hace 35 años. En ese entonces estaban aquí Rafael Aguilar, Amado Carrillo, Rafael Muñoz, El Greñas (Gilberto Ontiveros), mucha gente. Era una época de mucho movimiento, porque había problemas con los aterrizajes en Cuba, Florida, Baja California y gran parte de la droga colombiana. La cocaína se pasaba por aviones cuya base estaba aquí (en Juárez).

Llegué aquí por obra de la casualidad, porque la persona que venía a ese puesto era Enrique Zamora Rioja.

ND: ¿Qué pasó con él?

CMS: Yo llegué aquí en enero (de 1989), veinte días antes lo mataron. Fuimos él y yo a detener a La Quina (el poderoso líder petrolero Joaquín Hernández Galicia) a Ciudad Madero, Tamaulipas, y él murió en el operativo, en una balacera. Recibió un balazo en la cabeza y me quedé yo a cargo del operativo, coordinado con el Ejército, la Marina y Seguridad Nacional. Detuvimos 44 personas e integramos la carpeta de investigación, hicimos la consignación correspondiente y a los 15 días me mandaron a Juárez.

Después de 25 años regresé a mi tierra y aquí me quedé.

ND: ¿A causa de eso recibió alguna amenaza, o posteriormente las ha recibido?

CMS: Fíjese que no, no, no veladas. Me hicieron llegar documentos, cosas cuando era fiscal General, pero amenazas directas, no.

Hay gente muy bravucona, que te quiere arrollar, avasallar. Pero bueno, yo siempre he pensado que tú cumples con una acción de Estado y sobre el que sea, no importa cómo se llame.

En ese tiempo en Juárez duré dos años como fiscal General Antinarcóticos y aseguramos más de 15 toneladas de cocaína, más de 300 toneladas de marihuana.

ND: ¿Le gusta el mote de “fiscal de hierro”?

CMS: Así me pusieron la primera vez, fue en Puebla cuando era delegado y luego acá (en Chihuahua) cuando era fiscal General del Estado y antes alguna gente me dijo cuando era fiscal General Antinarcóticos. También me han dicho el fiscal de Dios y ese me gusta más.

ND: ¿Por qué?

CMS: Es maravilloso. Habrá quién lo tome a chunga, yo no lo tomo así. Yo pienso que Dios tiene misiones para todos los seres humanos, y yo pienso que esta es una misión, que Dios te da habilidades, que te da misiones y eso hace que tú te entregues con intensidad a esto. Se abre tu mente y escoges los mejores elementos.

ND: ¿Piensa ser el mejor fiscal que ha tenido Juárez?

CMS: No (ríe), no. Es un puesto nada más. Yo creo que en cada momento, en cada época, ha habido gente extraordinaria en estos temas. Ahorita lo más importante que hay aquí es mucho talento humano, extraordinario talento humano.

Te puedo decir que en la base de lo que hacemos aquí me ayudan tres grandes mujeres, que son la licenciada Juanita Castañeda, con más de 25 años de experiencia; la licenciada Rosa María Sandoval, con gran experiencia; Michelle Rodarte, que fue la coordinadora de FEM (Fiscalía de la Mujer), entre otros hombres y mujeres.

Te puedo decir que la mayor parte del peso grande de esta Fiscalía la llevan mujeres.

ND: Actualmente, ¿cuál es su lugar favorito en la Fiscalía?

CMS: La recepción, donde se recibe a la gente, donde se les trata de forma muy humana y hasta café les ofrecemos. Ellos se sorprenden porque antes no había eso. Se recibe a 15 mil personas al mes.