La síndica Leticia Ortega Máynez, lo definió en una entrevista el 23 de diciembre: «Impulsivo y de reality show». Así se le ve desde la semana pasada: con una «nube» de camarógrafos y fotógrafos de Presidencia Municipal encima, en busca del mejor de sus ángulos.
En temporada de recuentos, se le pidió a la síndica, definir el estilo de gobernar del alcalde independiente, Armando Cabada, a lo que respondió: «Impulsivo. Impulsivo orgánico. Muy mediático, como si estuviera en un reality show, donde siempre trae una cámara encima».
Para la emergencia por COVID-19, Cabada inició la «primera entrega de 9 mil apoyos alimenticios para enfrentar la la Contingencia del #Coronavirus», lo menciona uno de los comunicados de la Coordinación de Comunicación Social del Municipio.
Y el boletín describe el «momentum» político: el descubrimiento de la rentabilidad del virus, la oportunidad y la notoriedad que contiene y menciona que entonces «el contingente de unidades municipales partió de las instalaciones de la Dirección General de Desarrollo Social…».
Camarógrafos y fotógrafos lo rodean, se alejan de él, se hincan, se acercan, todo los ángulos posibles para encuadrar el instante en que Cabada extiende sus brazos con una cajita de cartón en sus manos, para entregar la despensa.
Dos latas de atún, dos de chiles encurtidos, tres bolsitas de pasta, tres de arroz, una de frijol, una de harina, aceite comestible, un paquete de café y una bolsa transparente con artículos de limpieza, con una «I», aquí, por allá, en la caja, en paquete, todo con abundante «I»
Como para resistir el COVID-19, el diluvio con sus cuarenta noches y sus cuarenta días; los 40 días de mantenerse encerrados sin salir a trabajar en las tiendas de ropa, en los supermercados, en las calles con productos para el comercio informal, que Seguridad Pública Municipal «espanta» todos los días.
Similar a la campaña «Más manos, menos Baches» y la del «Bache-gate», ésta es la madre de todas la campañas, por eso en la sesión extraordinaria del 26 de marzo, el regidor de Hacienda, Carlos Ponce Torres, propuso la donación de una parte del salario de los integrantes de cabildo, para ayuda de la emergencia sanitaria, a lo que se negaron.
Para eso estaba la partida presupuestal para «ayudas» a los desamparados, que se acercan a la Presidencia Municipal, a requerir colaboración y que cada uno de los regidores tiene en su cuenta.
El pase de charola para la campaña de Cabada, también pasó por la corporación policíaca, pero después de que los agentes se negaron a tapar baches, hicieron lo mismo con la petición voluntaria de disponer de su sueldo para la emergencia del alcalde.
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