Durante décadas se han manejado leyendas urbanas sobre la presencia de objetos voladores no identificados en la zona del norte del estado de Chihuahua, principalmente en el área del municipio de Juárez, sin embargo, poca es la documentación existente sobre el particular.
El boom de este fenómeno tiene su origen a principios de julio de 1947 en Roswell, Nuevo México, dos años después de que concluyó la Segunda Guerra Mundial, cuando un supuesto accidente de una nave extraterrestre y la recuperación de tripulantes con características extraterrestres, generó conmoción a nivel internacional.
El hecho en Roswell, fue publicado a ocho columnas en un medio local del vecino país, pero desmentido al día siguiente por las autoridades estadounidenses, empero, esto abrió la puerta a una fiebre por supuestos avistamientos de objetos voladores no identificados en distintas partes del mundo.
Lo que pocos saben, es que la zona de Juárez no fue la excepción y que tres meses después de que el caso Roswell le diera la vuelta al orbe, un acontecimiento con características similares a las ocurridas en el poblado de Nuevo México, se dio en la zona de Samalayuca, cuando un supuesto objeto volador no identificado se estrelló en la zona serrana.
Contrariamente a lo ocurrido en Nuevo México, el caso Samalayuca, acontecido el 12 de octubre de 1947, tuvo poco eco como noticia a nivel local del lado mexicano, ya que no existen registros de los periódicos de la época que le hayan dado seguimiento al hecho.
Sin embargo, la prensa de Estados unidos sí le dio cobertura, según consta en registros de internet que se encuentran en algunos portales especializados sobre el tema.
Quizás de todos los sitios que se encuentran en la red, la página de Archivos Nacionales (Archives.gov), donde se hayan miles de documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos para libre consulta de los cibernautas, es el más importante donde se da constancia del avistamiento.
El documento en el que se narra el hecho, fue subido a «La bóveda negra» (The Black Vault), una base de datos en linea de documentos de gobierno desclasificados. En particular, éste pertenece a la colección del Proyecto «Libro Azul», una compilación de más de 140 mil páginas, en el cual se condensan 10 mil casos de los proyectos «Sign», «Grudge» y «Blue Book».
Una bomba en el Panteón Tepeyac
Lo acontecido el 12 de octubre en Samalyuca, inicialmente fue reportado por el Ejército Mexicano como un supuesto cohete que al parecer se había salido de su curso y se había estrellado en la sierra de Samalayuca.
La sospecha de las autoridades mexicanas tenía sustento, ya que meses atrás, el jueves 29 de mayo de 1947, el misil Hermes II (RTV-G-3/RV-A-3) era un derivado del V-2(Vergeltungswaffe-2), utilizado por los Nazis en la Segunda Guerra Mundial, fue lanzado de manera experimental desde el Complejo de Lanzamiento 33 en White Sands Proving Ground.
Con la derrota de Alemania, muchos de sus científicos fueron capturados y trabajaron para las fuerzas aliadas en el desarrollo de tecnología armamentista, entre ellos los V-2.
Según los registros que circulan en la red, fue alrededor de las 19:30 horas, hora local, de ese día de finales de mayo cuando se llevó a cabo la prueba.
Pero algo salió mal y el paquete del estatorreactor no se activó para este primer vuelo. El vehículo de prueba de Hermes se iba a lanzar hacia el Norte y volaría hacia arriba. En vez de eso, se lanzó hacia el Sur y hacia El Paso, Texas.
Después del vuelo el análisis reveló que el nuevo sistema de guía inercial empleado por el misil Hermes, es decir, en sustitución de la V-2 montada por los prisioneros de Dora, se conectó de forma inadecuada, lo que afectó directamente el sistema del cohete.
El II Hermes alcanzó una altitud máxima de 56 kilómetros en su viaje no planeado hacia el Sur. Durante sus 5 minutos de vuelo, el vehículo sobrevoló la ciudad de El Paso e impactó cerca del cementerio del Tepeyac, que se encuentra a 5.5 kilómetros al Sur de Ciudad Juárez, México.
Al impactarse formó un cráter que medía 15 metros de ancho y 7 metros de profundidad.
Para fortuna de la población y de los gobiernos, en ese tiempo ese sector se encontraba despoblado, por lo que no se registraron pérdidas humanas.
Se dice que los residentes locales que se acercaron al lugar del impacto, reunieron los restos del cohete y lo vendieron como recuerdos.
Algo cayó en Samalayuca
Cinco meses después del caso del Panteón Tepeyac, autoridades de ambos países se pusieron en contacto debido a un nuevo acontecimiento que se registró en la sierra de Samalayuca, según el informe desclasificado del proyecto Blue Book.
La agencia noticiosa de Prensa Asociada (AP, por sus siglas en inglés), lanzaba la siguiente información:
«El Paso, Texas, 12 de octubre (AP) – Un objeto no identificado en llamas se elevó sobre la frontera de Texas-México hoy, al parecer impactando en las montañas de Zamaleyuca (sic) en México, con una fuerte explosión y columnas de humo.
El área de impacto aproximada se estima que está a menos de 10 millas del punto donde un cohete V-2, fuera de su trayecto, se estrelló al Sur de Juárez, el 29 de mayo.
El oficial de relaciones públicas en el White Sands Proving Grounds, donde se han lanzado los cohetes V-2, dijo que ninguno de los misiles había sido disparado desde el 9 de octubre».
Otra de las publicaciones de la época, narran que esa ocasión el objeto volador no identificado fue visto por una multitud de lugareños desde Fabens, Texas, quienes describieron el fenómeno como «una bola de fuego en forma de puro, de color azul y plata, que dejaba una llama azul, dirigiéndose de Este a Oeste» es decir, desde Estados Unidos con rumbo a la sierra de Samalayuca y que después del acontecimiento celeste, al estrellarse en el cerro, sobrevino una explosión.
Los días siguientes, autoridades del lado mexicano realizarían expediciones de búsqueda infructuosas, ya que no encontraron meteoritos u otro tipo de restos.
El inusual objeto en llamas visto se creía que pertenecía a los misiles de prueba, según declaró a la Prensa Asociada el teniente del Ejército Mexicano, Enrique Díaz González.
En contraparte, la Armada de Estados Unidos negó los hechos, ya que para la fecha señalada, no se tenía contemplado ningún ejercicio de esa naturaleza y que el último de ellos ocurrido el 9 de octubre de ese mismo año.
El caso del objeto llameante no identificado quedó entonces como una mera memoria que con el tiempo fue perdiéndose en el colectivo fronterizo, aunque para muchos pudo tratarse sólo de un meteoro o basura celeste, el caso y la duda continuarán sin ser resueltos.
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