A través de la segunda mitad del siglo pasado y de las décadas iniciales del presente, desaparecieron diversas especies de fauna originales de El Chamizal, llegaron otras invasoras y unas más están en peligro de desaparecer, mientras que la mayoría de la vegetación nativa ya no existe y la vigente fue sembrada por la mano humana.
Esos hallazgos se encuentran en el Estudio Técnico Justificativo para el Establecimiento de la Zona de Restauración Ecológica (ZRE) El Chamizal, realizado por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El Chamizal cuenta con una superficie de 3 millones 270 mil metros cuadrados, en la cual se tenía el registro, hasta antes de 1978, de cinco especies de sapos de tres familias en ese sitio que, ahora, ya no existen.
Adicionalmente, las inundaciones provocadas por las fluctuaciones del río Bravo en el pasado, permitían la presencia de la salamandra tigre, ejemplar del que hubo colectas entre los años 1818 y 1950 en esa zona.
De acuerdo con ese mismo estudio, hasta antes de 1988 había registro de 20 especies de reptiles escamosos, como la lagartija norteña de mancha lateral y la lagartija de collar, que ahora son inexistentes aquí.
En cambio, se detectó la invasión de una especie exótica: el perro, que se convirtió en depredador de aves, así como de una especie nativa traslocada (desplazada), la ardilla zorra del este.
También se alerta sobre la pérdida de biodiversidad de reptiles en la zona, relacionada, entre otros factores, al quebranto en la cobertura vegetal y la prevalencia de especies exóticas de flora.
El estudio determina que los tipos de vegetación presentes en El Chamizal fueron inducidos por actividad humana, que sus condiciones originales fueron modificadas y que existen pocos elementos nativos que podrían evidenciar las condiciones ecológicas originales de esa zona.
CONSERVA 256 ESPECIES DE FAUNA Y FLORA
Con la recopilación de información sobre flora y fauna, se estableció que se encuentran en ese sector 21 tipos de plantas vasculares, 72 invertebrados, 3 anfibios, 5 reptiles, 152 aves y 3 mamíferos, 256 especies de fauna y flora en total.
La autoridad federal encontró 72 especies de invertebrados nativos artrópodos (arácnidos), ácaros y 62 especies de insectos, como abejas, avispas, hormigas, moscas, mariposas, polillas y escarabajos.
Se registraron cinco especies de reptiles nativos, por ejemplo, el huico pinto de Chihuahua y la cachora, pero la familia con mayor riqueza es la de lagartijas, con tres distintas especies.
Adicionalmente, se encontraron especímenes de culebra listonada manchada, una especie amenazada y predominantemente acuática que se localiza en las inmediaciones de fuentes de agua naturales, pero también habita en zonas urbanas donde coloniza cuerpos de agua artificiales.
En el estudio se detalla que se encontraron 152 especies de aves nativas, clasificadas en 16 órdenes y 42 familias, entre las cuales se distinguen pájaros cantores, así como aves de pies palmeados, cuello largo y pico filtrador, rapaces diurnas, de hábitos acuáticos y aquellas que se caracterizan por tener dos dedos dirigidos hacia delante y dos hacia atrás, además de un pico altamente especializado, como el pájaro carpintero.
Al menos 13 de estas especies se encuentran en alguna categoría de riesgo, como el gavilán de Cooper, el aguililla real y el milano del Mississipi; otras están amenazadas, como el pato mexicano, el chipe de Tolmie y la sita canadiense.
HAY 20 ESPECIES PRIORITARIAS PARA LA CONSERVACIÓN
Existen en El Chamizal 20 especies prioritarias para la conservación en México, tales como el pato golondrino, la cerceta alas verdes, el pato monja y el mergo cresta blanca.
De las especies localizadas en el parque juarense, 29 son residentes permanentes, 70 son migratorias de invierno, 17 son migratorias de verano y 36 son transitorias; se reportan adicionalmente dos especies polinizadoras, el colibrí barba negra y el zumbador cola ancha.
Se obtuvo registro de cuatro especies exóticas-invasoras: la paloma común, la paloma turca de collar, el gorrión doméstico y la garza ganadera occidental.
Entre la fauna nativa, se localizaron ejemplares de la tuza del desierto, ardillón común y el juancito manchado; también se registra una especie exótica invasora: el perro, que se convierte en depredador de otras especies de vertebrados como aves (adultos, polluelos y huevos), además de otros mamíferos.
Aunque la depredación es la amenaza más evidente, también puede ser un vector en la dispersión de enfermedades infecciosas para los seres humanos y la vida silvestre.
GRIS EN EL INVIERNO, VERDE EN EL VERANO
El análisis arrojó que la vegetación predominante en el parque es la caducifolia, cuya característica es que sus hojas caen en las estaciones desfavorables, lo que ocasiona que en la temporada de invierno el parque se vuelva un sitio gris, dando la apariencia de abandono, escenario que contrasta con lo que sucede en primavera, verano y otoño, donde el color verde y amarillo dominan.
En la zona de encontró pastizal en el 16.64 por ciento de la superficie, plantación de pinos (10.67 por ciento), plantación mixta de caducifolios y perennifolios (6.47 por ciento), plantación de olmos (2.06 por ciento), plantación de tuyas (1.1 por ciento), carrizal (0.05 por ciento) y plantación de tamarix o pino salado (0.04 por ciento).
Los pastizales son comunidades vegetales secundarias, derivadas de la perturbación humana que fueron inducidas cuando fue eliminada la cubierta vegetal original.
En el estudio se explica que las plantaciones tienen en su mayoría elementos exóticos y nativos mezclados en mayor o menor proporción, donde las áreas de pinos son las de mayor cobertura después del pastizal con el 10.67 por ciento de la superficie total.
Sin embargo, también hay otras especies como el palo verde y los fresnos, sumándose otras exóticas como la lila, la casuarina, los eucaliptos, olmos y la tuya.
BUSCAN RECUPERAR FUNCIONES AMBIENTALES DEL ECOSISTEMA
El documento explica que la restauración ecológica tiene tres enfoques, el primero pretende un retorno a las condiciones existentes en las comunidades naturales originales, el segundo está dirigido a tratar de recuperar las principales funciones ambientales del ecosistema original y, el tercero, reponer un paisaje salubre.
Además, se busca restaurar los servicios ambientales que El Chamizal provee en beneficio de los ciudadanos, ya que se trata de un sitio de importancia histórica, socioeconómica y cultural que forma parte de la identidad juarense.
De acuerdo con el estudio, las personas perciben este espacio como un lugar de recreación y de contacto con el entorno natural.
El Chamizal se concibió como un parque para la conservación, protección ecológica y para el disfrute de los habitantes de la región desde que se le reconoció como propiedad de México, pero ha sufrido cambios con el desarrollo de infraestructura, de vías de comunicación, así como actividades económicas y recreativas incompatibles con los ecosistemas, donde los servicios que provee han causado su degradación.
Sin embargo, este espacio todavía tiene sitios con cobertura vegetal que contribuyen al control del microclima en la ciudad, a la captación de contaminantes mejorando la calidad del aire, al incremento en la captura de agua y en la disminución de la escorrentía pluvial y las inundaciones, destaca el documento.
Los espacios con cobertura vegetal reducen los niveles de ruido y suministran el hábitat para 256 especies nativas, de las cuales 15 se listan como especies en riesgo.
Otras 21 especies son prioritarias para la conservación y su permanencia contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas por los beneficios que provee para su salud mental.
Con base en estas razones, la Sermarnat propone establecer la ZRE ante los procesos acelerados de degradación que genera afectaciones irreversibles, justo cuando cada juarense cuenta apenas con un promedio de áreas verdes de 2.49 metros cuadrados.