Los Servicios Jesuitas para Refugiados en Juárez reportan que para mediados del año pasado, de cada 200 migrantes que atendían al mes, unos 140 de ellos declaraban haber sido víctimas de secuestro, mayormente en su trayecto del sur de México hacia esta frontera, pero también en el centro de Juárez, en los hoteles y casas donde se hospedaban.
Foto: José Zamora
Muchos de esos casos de privación de la libertad, reportaron los Servicios Jesuitas, se dieron entre Durango y Chihuahua, camino hacia Juárez, pero también algunas víctimas contaron que en el kilómetro 20 y a la entrada de esta ciudad se dieron algunos de esos incidentes de secuestro.
Las víctimas reportaron además que los secuestradores eran en su mayoría jóvenes armados acompañados por uniformados que detenían los camiones para bajar y llevarse a los migrantes, lo que habla de una posible colusión de las fuerzas armadas y cuerpos policíacos en esos secuestros y delitos.
Los largos brazos del poder de esos grupos delincuenciales se extienden hasta Venezuela y otros países de Centro y Sudamérica, pues en varios casos se dio a conocer que los rescates eran cobrados a familiares de las víctimas en sus propios lugares de origen.
Migrantes dejan de reportar los secuestros
Los Servicios Jesuitas a Refugiados informan que a la fecha se ha dado una disminución de cerca de 30 por ciento de las denuncias de secuestro, pero consideran que las víctimas por alguna razón no clara, han dejado de reportar esa clase de incidencias.
De la nada aparecían retenes en la carretera, secuestraban y cobraban de 700 a 3 mil dólares por liberar a cada víctima.
Los Servicios Jesuitas a Refugiados es una organización religiosa que brinda en Ciudad Juárez apoyos legales, psicosociales y de asistencia a personas en situación de movilidad, migrantes tanto nacionales como extranjeros.
Una representante de los Servicios Jesuitas que por razones de seguridad omitió su identidad, explicó que a mediados del año pasado el problema del secuestro escaló a niveles importantes.
La fuente mencionó que entre mayo y julio del año pasado, notaron un incremento en los casos de secuestro reportados por los migrantes que atendían los Servicios Jesuitas, fecha en que recordó terminó la política del Título 42 en Estados Unidos y que a partir de ahí se incrementó de manera importante la llegada a migrantes a esta frontera.
“Empezó en mayo, pero para julio se notó especialmente un aumento en los secuestros que nos reportaban. De cada 200 personas que llegaban con nosotros cada mes, cerca de un 70 por ciento declaraban haber sido víctimas de secuestro”, informó la entrevistada.
La mayoría de las víctimas viajaba en camiones
De acuerdo con los testimonios, dijo que los secuestros se dieron cuando los migrantes se desplazaban hacia esta frontera en camiones y la mayoría, explicó, ocurrieron en la intersección entre Durango y Chihuahua.
“Se identificó que hay una línea de camiones, Chihuahuenses, donde se da este fenómeno, y lo que la gente platica es que así de la nada, había una especie de retén en la carretera y en despoblado. Ahí les pedían específicamente a las personas migrantes que se bajaran. Algunas veces, los testimonios reportan, que ahí había algún tipo de autoridad de seguridad pública que no identificaban claramente”, refirió.
Explicó que los migrantes entonces eran subidos a camionetas en las que los llevaban a espacios descritos como galerones o bodegas.
También secuestran a mexicanos
“Algunos cuentan que en esos lugares había de 80 a 200 personas, un número muy grande de migrantes extranjeros pero también de desplazados mexicanos. El rescate que tenían que pagar era muy variado, en casos que van de los 700 a los 3 mil dólares por persona”, comentó.
Dijo que en los casos de familias con varios miembros en los que solo se pagaba por una o dos personas, los restantes miembros de la familia quedaban retenidos y eran liberados solo cuando se pagaba por su rescate, cantidades que la fuente dijo, eran cubiertas por los familiares desde los lugares de origen de las víctimas.
“De mayo a septiembre, octubre, lo que escuchábamos de las personas, era que cuando se hacía el pago los soltaban y nos platicaban que no eran maltratados físicamente. Por supuesto que ahí no había regaderas, no había comida suficiente, lo cual era una especie de violencia psicológica, pero no se quejaban de violencia física”, describió.
Fotos: José Zamora
Ejercen violencia contra las mujeres
Hacia octubre y hasta diciembre del 2023, comentó, se reportó violencia física y especialmente hacia mujeres viajando solas que incluso declaró, fueron víctimas de violencia sexual, cuando para los hombres la forma de pagar las cuotas exigidas era con trabajos forzados.
“Los secuestradores se contactaban con las familias en el lugar de origen de la víctima en lugares como Venezuela e incluso en México. Uno de los temores de las víctimas era que como ya tienen identificadas a sus familias y los rescates eran recogidos por mensajeros en sus lugares de origen, que les fueran a dañar, y esto nos habla de lo bien organizados que están esos grupos criminales”, consideró la representante de los Servicios Jesuitas a Refugiados.
La delgada línea entre polleros y secuestradores
Dijo que es muy delgada la línea que divide las acciones delictivas de un pollero a las de un secuestrador, laguna política que consideró, ha impedido que se den acciones contundentes y efectivas en contra de esos delitos.
Los secuestros no solo son en carretera. También se dan en la ciudad.
“En diálogos con autoridades estatales de Seguridad Pública, justo para septiembre del año pasado, ellos afirman que el secuestro se ha convertido en el negocio importante para estos grupos, desplazando sin que haya desaparecido, al trasiego de drogas”, opinó.
Comentó que también comenzaron a enterarse de secuestros de migrantes realizados aquí mismo en la ciudad y a la entrada.
“Luego de ver que la mayoría de los secuestros se daban entrando de Durango a Chihuahua, empezamos a escuchar y ver secuestros aquí en la ciudad, de personas llegando aquí cerca del retén de Precos, en el kilómetro 20 y donde también ahí tenían el mismo modo de operar, bajando a las personas que ya tenían identificadas como migrantes para llevarlas a esos bodegones”, indicó.
“La forma en que hemos escuchado es que a los camiones los paran. Ya no es retén improvisado, sino que más bien los detienen, se suben jóvenes, porque casi siempre son jóvenes masculinos, los señalan, ‘usted bájese’, y los secuestran, y esto hemos visto que también pasa ya en la zona centro con la gente deambulando o buscando en dónde quedarse”, refirió.
Declaró que incluso algunos medios locales han reportado incursiones de secuestradores a hoteles o estancias en donde están hospedados esos extranjeros, con la finalidad de secuestrarlos y cobrar rescates por liberarlos.
Secuestros son cada vez más violentos
“Ya hacia finales de este año que acaba de pasar, hemos visto que se ha dado un modo de operar mucho más violento, incluso testimonios fuertes de personas que nos dicen que son torturados o que aseguran que hay asesinatos ahí dentro de las casas de seguridad de los secuestradores, como para amedrentar y marcar este terror psicológico para poder cobrar”, declaró.
Mencionó el caso reciente de un camión en Tamaulipas con 30 migrantes a bordo, en donde el chofer reportó que solo los extranjeros fueron bajados y se dejó en libertad al resto de los pasajeros mexicanos.
“Creo que los identifican desde que compran los boletos de camión, que ya están fichados, preseleccionados. De alguna manera ya están señalados o preseleccionados, y la gente nos comenta que desde que compran los boletos ya los tienen marcados, lo que nos dice que puede haber colusión entre las mismas empresas, las autoridades y el propio narco”, manifestó.
Delincuentes “reclaman sus zonas”
Recalcó que en los albergues locales han detectado de manera común la incidencia de secuestros de migrantes, lo que dijo ocurre también en puntos como la Puerta 36 en el bordo del río, donde los migrantes han manifestado que se han presentado camionetas con varios hombres para amedrentar a los migrantes que esperan ahí para cruzar a territorio norteamericano.
“Se han topado ahí con personas aparentemente del crimen organizado que les dicen que ahí es su zona y que la están invadiendo, que crucen y que si no cruzan se los van a llevar, de acuerdo con los testimonios que nos han dado”, reportó la fuente.
Los secuestros provocan afectaciones psicológicas graves en migrantes.
La entrevistada declaró que son altas las afectaciones mentales que los secuestros han producido en los migrantes y que se manifiestan en cuadros de ansiedad y otros síntomas.
Sobrevivir el secuestro
“Ya por sí mismo el tránsito migratorio genera duelos, genera ansiedad, angustia y depresiones naturales al cambio de la migración. Ahora que hemos visto ya los impactos más a mediano plazo de los secuestros no solo es sobrevivir al secuestro en sí, sino también algún tipo de violencia sexual o de tortura. Es una serie de delitos. El secuestro es solo la puerta para que se den otros tipos de delitos que generan ya problemas psiquiátricos, ansiedades y sintomatologías más complejas que requiere el que, como sociedad civil, vayamos fortaleciendo el cómo vamos a atender a esta gente”, consideró la entrevistada. “No es lo mismo atender a un migrante que a un migrante sobreviviente del delito de secuestro. Eso también es todo un reto. Es bien importante no solo ver las cifras, no solo lo preocupante de este negocio ilícito, sino también ver cómo eso está afectando a las personas”, comentó.