Autoritario y soberbio, el hermano del ex gobernador Patricio Martínez, Esteban, pidió ayer en una junta vecinal del complejo residencial Campos Elíseos, que le llamen a la policía para que retire por la fuerza a toda la gente que llega tomarse fotos en el Arco del Triunfo, obra arquitectónica que distingue la entrada al exclusivo fraccionamiento.
Esto ocurrió en la tarde del martes pasado en el auditorio del Hospital Ángeles, a donde fueron convocados por la directora general de Desarrollo Urbano municipal, Claudia Verónica Morales Medina, para presentarles un proyecto de movilidad peatonal diseñado para el sector.
A Esteban Martínez no le importó el proyecto, pero aprovechó la coyuntura para pegar de gritos y pedir a voz alzada que, en lugar de pasos peatonales, la autoridad municipal debería llamarle a la policía, para que retire a toda la gente que llega a tomarse fotos en el Arco de la entrada del fraccionamiento.
Dicha obra, que es copia del famoso arco de París y símbolo del conjunto de fraccionamientos que se conocen como Campos Elíseos, es muy frecuentada por fotógrafos de bodas y quinceañeras.
Es algo similar a lo que ocurre en la escultura Los Indomables, del parque El Chamizal, donde todos los días llegan grupos a tomarse fotos, sin que a nadie le moleste.
Por lo mismo, llamó la atención la ocurrencia de Esteban y dejó boquiabiertos a varios de los vecinos que asistieron, por tratarse de una petición descabellada, pero sobre todo autoritaria.
Si lo que le molesta al hermano menor de Patricio, es la constante presencia de adolescentes y novios usando el monumental arco como fondo de sus gráficas, debería entonces gestionar y comprar los derechos de imagen del mismo, así como el derecho de vía y del espacio público, para que nadie llegue hasta el sitio, no vaya a ser que lo desgasten con el flash de las cámaras.
Así tampoco se lastimarán sus pupilas con la toma de las ya tradicionales fotos, cuando el señor salga o entre a “su” fraccionamiento.
De lo contrario, solo le queda usar anteojeras, las mismas que se les colocan a los caballos de tiro para que no vean a los lados.
Ciertamente que Esteban, el librero, está en todo su derecho de opinar sobre lo que mejor conviene a su entorno vecinal, pero de ahí a oponerse a un proyecto de obra municipal, y solicitar el uso de la fuerza pública para ahuyentar a la gente que no le agrada, porque usan el Arco como escenario para sus fotos y videos, asume una postura que raya en la estulticia. Ni más ni menos.
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La gobernadora Maru Campos no oculta su gusto por recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador en territorio chihuahuense.
Ayer miércoles, cuando anunció la próxima visita del mandatario al municipio de Guadalupe y Calvo, la gobernadora puso cara de niña consentida, después del desencuentro que tuvo con el delegado federal del Bienestar, Juan Carlos Loera, porque éste la borró de la lista de invitados a la reunión celebrada con el preciso y el gobernador de Sonora la semana pasada.
Aunque el delegado negó que la responsabilidad de las invitaciones hubiese estado a su cargo, la gobernadora le reclamó y lo menos que le dijo es que supere el trauma de la derrota en las urnas.
Según fuentes mironianas, el desaire a Maru para asistir a Sonora, donde sí estuvieron los alcaldes de municipios de Chihuahua que colindan con la tierra de los yaquis, hizo eco en Palacio Nacional y ahora fue el mismísimo presidente Andrés Manuel quien le pidió a su amiga Maru que no dejara de asistir al evento en Guadalupe y Calvo.
En febrero pasado, la gobernadora consintió al mandatario como sólo una chihuahuense sabe hacerlo: lo invitó a los burritos de Villa Ahumada. A ver que le invita ahora, y a ver a dónde mandan a Loera para que no ande de díscolo y amarra navajas.
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Ya hay posicionamientos fuertes en las redes sociales con expresiones de condena a las declaraciones que el presidente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, donde dice que a los periodistas no hay que matarlos a balazos, sino de hambre.
La conversación filtrada por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, pone en su justa dimensión lo que el líder nacional de lo que queda del PRI, piensa de los periodistas y de cómo se les debe tratar.
Aunque Alito negó que se trate de su voz, por otra parte, dijo que los audios están alterados y editados. O sea, sí son auténticos, “pero no soy yo”, quiso decir, bajo el argumento de que Morena quiere crear división entre los medios de comunicación, la oposición y la sociedad civil.
La nota sobre el nuevo audio escandaloso de Alito fue difundida por todos los medios nacionales, de todo el país y muchas agencias internacionales, pero también fue tendencia en sitios de internet, radio y televisión.
La portada de Yahoo! Noticias toma la nota de Animal Político y la pone de principal con la cabeza: “A los periodistas ‘hay que matarlos de hambre’: El último audio de Alejandro Moreno difundo por Layda Sansores”.
Hasta ahora son varios los audios de Alejandro Moreno a nivel de escándalo, que la gobernadora Sansores ha hecho públicos, sin revelar si los han obtenido con operaciones de espionaje, o se los han proporcionado los mismos colaboradores del presidente nacional del PRI, que es lo más seguro, por la grilla interna que sacude al otrora partido invencible.
Todavía andan circulando cuando menos otros dos audios, donde Alito da instrucciones a sus vasallos para que extorsionen o cobren comisiones en especie a proveedores y a presuntos patrocinadores.
Hasta ayer, las reacciones de los periodistas se han materializado con la publicación a detalle de la nota de la filtración, así como en columnas políticas; mientras que las asociaciones del gremio y las organizaciones defensoras aún no se habían pronunciado, tal vez en espera de confirmar la autenticidad de la grabación.