Como los reajustes del grupo en el poder estatal son inevitables y hasta urgentes, se movieron más las aguas en el PAN estatal y quien levantó la mano para quedarse con la presidencia, es la diputada federal saliente, Daniela Álvarez Hernández.

Ya dijo voy, aunque sabe que a final de cuentas la última palabra saldrá desde Palacio en la capital. Como quiera, mantiene todas las confianzas y las querencias para entrarle al relevo de Gabo Díaz y hacer lo que se deba de hacer para enfrentar la madre de todas las batallas contra la marea guinda en el 2027.

Daniela se había mantenido a la expectativa porque realmente no se ha dado al interior del PAN la reflexión institucional y el análisis de todo lo ocurrido el pasado 2 de junio, pero como ya hay mucha inquietud sobre lo que vendrá y hasta la han buscado liderazgos de todo el estado, ya se apuntó y hasta lo declaró públicamente.

Si bien no ganó la elección al Senado, en gran parte por el fenómeno nacional favorable a la 4T y al lopezobradorismo, sí registro un claro crecimiento en territorio e incluso en redes, donde ya hasta se volvió influencer y captó fans y muchos seguidores.

En los tres meses de recorrido por el estado, conectó con todos los comités municipales y aceitó bien el Sistema PAN, por lo que está mejor posicionada y tiene su capital político listo para un reto de las dimensiones de la dirigencia estatal.

Tiene además el plus de conocer las dinámicas específicas de Juárez, en distintos sectores y con todos sus actores políticos, para darle la importancia que debe de tener esta frontera en cualquier estrategia electoral a futuro.

Mirone supo que, si la todavía diputada federal dijo estar lista para entrarle, es porque ya otras figuras azules empezaron a hacer lo propio en la capital del estado.

Están los casos de la diputada local saliente, Georgina Bujanda y de Paco Navarro, el exregidor y expresidente del Comité Municipal del PAN que ahora despacha como funcionario de la Junta Central de Agua y Saneamiento en la ciudad de Chihuahua.

Además, trascendió que el exdiputado local Jorge Soto ya considera la posibilidad de ir por la dirigencia estatal, si se confirma que en el reparto de diputaciones “pluris” en el Congreso del Estado, nada le tocará al PAN por cuestiones de sobrerrepresentación.

Soto es el primer lugar en la lista partidista, por lo que parece pensar en “conformarse” con el estatal, si efectivamente no alcanza una curul.

Previamente, se había manejado el nombre de Marisela Terrazas, la diputada saliente del Distrito 05 local, perdedora en el IV federal, aunque parece que no trae muchos apoyos más allá del representante de la gobernadora en Juárez, Oscar Ibáñez, quien ya va en declive en su influencia en Palacio y se prevé que también deje su cargo.

El otro que no quita el dedo del renglón es el regidor juarense Joob Quintín Flores Silva. Falta ver si se avienta el tiro de irse por la libre, aunque aquí bien puede aplicarse el dicho aquel de que no hay loco que coma lumbre.

Lo que se prevé que ocurra (si no tira una cabra al monte) es que a la hora de la convocatoria haya un registro único que termine ratificado por el Consejo Estatal. Todo deberá de ocurrir entre septiembre y octubre.

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Los del Instituto Estatal Electoral no han dejado de maltratar a Juárez. Lo hicieron durante todo el proceso electoral, cuando pisotearon cualquier autonomía de la Asamblea Municipal Electoral a la hora de tomar decisiones, y lo repitieron al frenar desde su centralizada área de Recursos Humanos, el pago a personal operativo contratado en esta frontera.

Por distintas vías se manifestaron los capacitadores y supervisores que se quedaron a apoyar el pesado proceso de cómputo después de la jornada electoral, respecto a que no les habían pagado desde el 14 de mayo.

Supo este Don que algún atorón hubo porque originalmente se les consideró para terminar su encomienda con el mes de mayo, pero luego se les recontrató, con el pequeño problema de que no se les había pagado ni la segunda quincena de mayo, ni la primera de este mes.

Claro que quienes trabajaron largas jornadas en la fase final del proceso andaban más que encabritados y reclamaron a la Asamblea Municipal Electoral su pago pendiente, aunque acá poco o nada podían hacer, más que dar la cara, ya que desde el Instituto Estatal Electoral (IEE) de Chihuahua se lleva todo el control de pagos.

Aunque luego de las denuncias se reactivaron ayer los pagos, el tema volvió a colocar el centralismo que sufrieron en Juárez los consejeros y todo el personal de la Asamblea Municipal, ya que desde el IEE les amarraron siempre las manos para resolver localmente las problemáticas, generando peligrosas omisiones o duplicidades innecesarias.

La cereza del pastel fue la falta de pago a los trabajadores, pero también hubo impactos negativos en la calidad de las capacitaciones a quienes debían hacer lo mismo con los funcionarios de casilla y en su “amarre” para que los seleccionados cumplieran el día de las elecciones.

Fueron múltiples los episodios que generaron enojo en los consejeros locales, tanto por las imposiciones, como por las fallas que en procesos críticos como el cómputo oficial y el reconteo de votos, siempre recaían en las personas contratadas o enviadas desde la ciudad de Chihuahua, como en el caso de los responsables de sistemas.

El IEE dispuso de millones de pesos para el manejo de su imagen institucional en chalecos, cachuchas e infinidad de artículos promocionales, pero irresponsablemente no había previsto el debido pago para quienes se la rifaron en los trabajos de la Asamblea.

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Es vergonzoso el papel que han terminado por asumir algunos regidores del Ayuntamiento, quienes se suponen que son los representantes populares más cercanos de los ciudadanos, y están ahí para vigilar el buen funcionamiento de la Administración municipal y llamar a cuentas a los funcionarios que la integran.

En los hechos, se han convertido en defensores de la Administración y de los diversos titulares de las dependencias municipales.

Señala Mirone lo anterior, luego de conocer el desempeño de la regidora Karla Escalante, quien acudió a reunión de seguimiento a la consulta pública promovida por vecinos y estudiantes orientados por Cehlíder para el rescate del parque Jesús “Chuy” Mota, antes Unidad Deportiva Siglo XXI.

Resulta que Escalante (originalmente regidora por el Panal, ya desaparecido) más que acudir a presentar propuestas de solución, o a escuchar a los solicitantes de la consulta, se concentró en defender a los funcionarios y en acusar tanto a los jóvenes de la zona que vandalizan el parque, como a los vecinos que no hacen las denuncias correspondientes.

Se supone que el parque fue debidamente entregado para su administración al Instituto Municipal del Deporte, pero en lugar de pedir cuentas a los funcionarios que no han hecho bien su trabajo, la regidora se dedicó a repartir culpas entre los propios ciudadanos.

El deterioro es evidente y está a la vista de todos, pero el Instituto Municipal del Deporte no ha sido capaz ni siquiera de mantener unos baños en condiciones dignas. Tampoco Parques y Jardines ha hecho bien su chamba. Pero a ellos no les dijo nada la regidora que se asumió como su defensora de oficio.

Se pregunta Mirone si eso tendrá que ver con el hecho de que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar la “adoptó” como parte de su planilla morenista, para que pudiera repetir tres años más cobrando sus más de 80 mil pesillos al mes.

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Aunque comenzó a despejarse el enigma de quiénes serán los funcionarios federales de primer nivel que dirigirán el destino de México los próximos seis años, trabajando para Claudia Sheinbaum Pardo, las apuestas y quinielas continúan en busca de adivinar quién más alcanzará boleto de primera clase para el ya inminente sexenio 2024-2030.

Luego de conocerse el primer paquete de seis, los episodios para revelar a los inquilinos del Big Brother de la política mexicana, al parecer, se programarán cada semana, ya que la próxima mandataria estableció hasta el próximo jueves 27 de junio, la fecha para dar a conocer la siguiente tanda.

Uno de los grandes misterios, al menos en el interés de los chihuahuenses, es si el exgobernador panista y hoy político neomorenista, Javier Corral Jurado, estará entre los dirigentes de los destinos del país, luego de que no pocos vaticinadores han augurado que podría ser el titular de la Función Pública.

Independientemente de que el paseño-juarense ya está más que bien amarrado en el presupuesto público con la senaduría “pluri”, está por verse si será o no el único chihuahuense en colarse al Gabinete presidencial.

Para lograrlo, tendría que “ganarle el mandado” al actual secretario de la Función Pública, Roberto Salcedo Aquino, quien, según el pronóstico de algunos analistas, podría repetir el cargo para el siguiente sexenio.

Ningún otro paisano se ve cerca de Sheinbaum Pardo, quien tiene en su entorno a muchos de los exfuncionarios que la acompañaron cuando dirigió la metrópoli más grande del país.

Si Corral alcanza a colarse a una Secretaría de Estado, agregaría otro cargo público a su extenso currículum, que se llena con 32 años disfrutando del privilegio que representa obtener tajada del presupuesto público.

Hay que recordar que empezó en 1992 como diputado del Congreso local, diputado federal dos veces, senador en dos ocasiones, además de gobernador del estado de Chihuahua.

Hay en Chihuahua expectativa doble respecto a lo que pueda pasar con Corral. Su suplente en el Senado es la actual dirigente estatal de Morena, Brighite Granados. Si el chihuahuense se va con Sheinbaum Pardo, le deja a la joven morenista su curul y su dieta en la Cámara Alta.