¡Sí hay tiro!, dicen en la fracción morenista del Congreso del Estado, por la elección de la Junta de Coordinación Política, para que la expriista Adriana Terrazas ocupe la presidencia de la Mesa Directiva, en el segundo Periodo Legislativo.
Ayer todavía se escuchaban lamentos y mentadas en la Torre legislativa, porque dejaron fuera de la jugada a Benjamín Carrera, el candidato oficial de más peso en Morena, en el buen sentido de la palabra, para ocupar esa posición.
Los comentarios y críticas al madruguete que le dieron a Carrera, coinciden en el sentido de que Adriana debe declinar la postulación antes del pleno del Congreso del próximo miércoles, porque de lo contrario causará una división en la fracción legislativa, donde su dirigente Cuauhtémoc Estrada, hizo otra vez el ridículo y ya no halla la puerta.
Lo cierto es que a Adriana Terrazas no se le ven ganas de bajarse del tren, y para reafirmar su posición, se supo que viajó a la Ciudad de México, para hablar con algunos jerarcas de Morena con los que tiene derecho de picaporte.
La expriista fue invitada a sumarse a Morena como candidata a diputada local por el delegado federal Juan Carlos Loera, el mismo que ahora ve frustrado su propósito de colocar en la presidencia del Congreso a Benjamín Carrera.
Por esa razón, los morenistas purasangre no conciben que la güera Terrazas pueda aferrarse a una posición que le corresponde al hombre fuerte de Juan Carlos, el que fue su padrino político en la 4T.
En la sede del Congreso se habla ya de que a las aspiraciones de Adriana se sumaron la expanista María Antonieta Pérez y América García, ambas morenistas de nuevo cuño, después de haber brincado del PAN y de Movimiento Ciudadano, respectivamente.
Tres mujeres y un camino, es el mensaje que mandan, al más puro estilo telenovelero de la “Tesorito”.
“Ya tiene su grupito dentro del Congreso”, dicen los que impugnan su asunción a la presidencia legislativa que, sin duda alguna, será mayoriteada por panistas, priistas y el diputado solitario del MC en el pleno del Congreso.
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La neomorenista Adriana Terrazas llegó al partido de la 4T con un largo y bien nutrido bagaje priista. Cargos de elección popular y direcciones en la Presidencia Municipal de Juárez en los períodos de Teto Murguía, Reyes Ferriz y Enrique Serrano. Senadora suplente y diputada federal hasta hace apenas cuatro años, siempre por el PRI.
Para no pocos fue sorpresa verla en las listas de candidatos “pluris” por Morena, y más aún, en una posición en la que era prácticamente un hecho que entraría al Congreso.
Nos cuentan mironianas fuentes que no fueron pocos los aliados del morenismo que conocieron el accionar de Adriana Terrazas cuando era diputada federal los que advirtieron que de 4T no tenía nada, y que mantenía fuertes lazos políticos con Enrique Serrano e incluso con el mismísimo César Duarte.
Hasta este jueves, la diputada juarense no había dado motivo de queja. Se mantuvo firme en las posturas de Morena, a pesar de saber que la iban a perder por el mayoritazo del PRIANPTMC.
Ahí estuvo al pie del cañón en contra de la reforma al Poder Judicial. No “rajó leña”, como dicen en el rancho, pues.
Sin embargo, el mayoritazo del grupo prianpetista para elegirla presidenta de la Mesa Directiva –a falta de una formalidad del voto en el pleno– sacó a todos de balance.
Fuentes mironianas nos aseguran que ayer mismo viajó a la Ciudad de México. ¿Con quién se reunió? ¿Quién le mandó hablar? Está por verse.
Por lo pronto, Cuahtémoc Estrada, el líder de la bancada guinda, ya está preocupado porque en Chihuahua le apliquen el “Lilitellazo”. Es decir, que les repitan el golazo que les dio el PRIAN con la senadora Lilly Téllez, quien más tardó en tomar protesta que en sacar a relucir su estirpe ultraconservadora y pasarse a las filas del blanquiazul.
Ahora, Morena podría perder uno de los votos que le permite tener la oncena necesaria para promover controversias constitucionales.
El dulce que le ofrecieron a Adriana Terrazas está bastante apetitoso: un año de ser presidenta de uno de los poderes del estado, y con el apoyo del bloque que alcanza las dos terceras partes de los votos. ¿Se queda o se va? Lo sabremos muy pronto.
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Finalmente, ayer salió la convocatoria para la elección del rector de la UACH para el periodo del 5 de octubre del 2022 al 4 de octubre del 2028 y todos los reflectores apuntan hacia el director de la Facultad de Derecho, Luis Rivera Campos.
Fue después de la sesión del Consejo Universitario, cuando se dio a conocer la convocatoria, solamente para cumplir el formulismo, porque trascendió antes de la misma en la propia Rectoría, que el bueno es Rivera Campos.
De esta manera, quedan fuera de la jugada el actual abogado general de la UACH, Mario Trevizo, quien sonaba como el favorito, y la presidenta del Congreso del Estado, la diputada Georgina Bujanda, quien traía varios pregoneros soltando el rumor de que era la candidata de la gobernadora Maru Campos.
Mario Trevizo, también catedrático de la Facultad de Derecho, bajó la mano como aspirante cuando supo que la Rectoría estaba planchada desde palacio para Luis Rivera.
Aunque esto se dé por hecho, los términos de la convocatoria se deberán cumplir al pie de la letra, por lo que el miércoles 24 de agosto se recibirán las propuestas para candidatos y 48 horas después, el Consejo Universitario votará en favor de la terna.
La elección se realizará 5 días despues de seleccionada la terna, en una sesión donde cada uno de los aspirantes expondrá su plan de trabajo y responderán preguntas de los consejeros. Y, tan tan, la máxima casa de estudios de Chihuahua estrenará rector el 31 de este mes.
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El alcalde Cruz Pérez Cuéllar mostró el colmillo político que le arrastra con la presentación de la estrategia de seguridad de su Gobierno “Juárez Vigilante”.
El proyecto, que estaba listo desde hace varios meses, no había sido hecho público para no empalmarlo con la estrategia del Gobierno estatal Plataforma Centinela, y así no hacerle sombra ni despertar grillas.
Plataforma Centinela la dio a conocer la gobernadora Maru Campos el 19 de abril en Juárez, cuando dijo que con ello iba a garantizar la cobertura total en seguridad “para cambiar la realidad de esta ciudad”. Ajá.
Bueno, pues pasaron exactamente 4 meses de aquel anuncio, que aún no se ha materializado en acciones contundentes contra la delincuencia organizada y desorganizada, que el Jueves Negro desataron todos sus demonios en la ciudad, poniendo en jaque a todas las autoridades, pero muy particularmente a esas fuerzas estatales que desde mayo cambiaron su sede a esta frontera.
Los ataques terroristas de ese Jueves Negro, pusieron a prueba la efectividad de las corporaciones policiacas, del Ejército y de la Guardia Nacional, para reaccionar con eficiencia ante los ataques, pero solamente los policías municipales, apoyados por el Ejército, se la rifaron y lograron capturar a 11 de los presuntos responsables de los incendios y asesinatos de civiles.
Este hecho, le dio una excelente oportunidad al alcalde para que reconociera públicamente el trabajo de sus elementos, y anunciara en la megabandera el programa “Juárez Vigilante”, que pondrá en funcionamiento mil cámaras de vigilancia en 250 puntos estratégicos de la ciudad, seis arcos carreteros para detectar malandros circulando y 3 mil brazaletes para los machos golpeadores, generadores de violencia doméstica, uno de los graves problemas de la ciudad.
Cruz, como maestro del timing, supo el momento y aprovechó bien la coyuntura sacándose un as de la manga, mientras las fuerzas estatales del “Capitán Gil América”, siguen esperando que les construyan la Torre Centinela, para ponerse a trabajar como es debido y combatir a los bandidos.
Ni modo, don Gilberto, camarón que se duerme se lo lleva la corriente.