Con qué cuento va a salir ahora el delegado federal de Bienestar, Juan Carlos Loera, para recibir y atender humanitariamente a los miles de migrantes que vienen en camino a la frontera, y que se quedarán varados en suelo mexicano, porque definitivamente no van a pasar a los Estados Unidos.
¿Seguirá lavándose las manos y echándole el paquete del problema al Gobierno del Estado y al Municipio, por el odio que les tiene a la gobernadora y al alcalde?
Con esa velocidad con la que genera videos de denostación y respuestas contradictorias, para decir que no dijo lo que dijo, debería responder la pregunta que todos los juarenses se están haciendo, al saber que ya están en marcha rumbo a esta ciudad más de tres mil migrantes, entre centroamericanos, venezolanos, colombianos y haitianos.
Este grupo, es el mismo que el domingo pasado hizo un alto en la Ciudad de México, para protestar por la muerte de sus 40 compañeros migrantes en Juárez, y tapizar el edificio del INM con la petición de renuncia y cárcel para el comisionado Francisco Garduño.
Esa caravana no viene sola, pues tiene el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales como Pueblos Sin Fronteras, Avaaz, Asylum Access México, el Instituto para las Mujeres en la Migración y la Fundación para la Justicia, entre otras, que estarán monitoreando todo el trayecto del contingente que quiere llegar a la frontera norte antes del 11 de mayo.
Esta fecha es clave, porque el Gobierno de los Estados Unidos anunció que derogará el Título 42, la medida adoptada por el Gobierno de Donald Trump durante la pandemia, para deportar en caliente y sin mayor trámite a los migrantes.
Faltan 17 días para que se cumpla y en este lapso, las autoridades estadounidenses han previsto la llegada de oleadas de migrantes a la frontera mexicana y por lo mismo, han ratificado de manera contundente que no serán admitidos, y los que se crucen de manera ilegal, serán castigados con la anulación de cualquier posibilidad de obtener asilo.
Frente a este escenario de crisis permanente y el caos que se le viene a Juárez, ¿qué tiene que decir el Gobierno Federal, señor delegado? O más bien, ¿qué tiene para enfrentar el problema que está escalando negativamente en el ánimo de los juarenses? Si con los 35 mil venezolanos que las autoridades estatales calculan que ya están varados en Juárez hay graves problemas, y no se la acaban, porque la mayoría permanecen en la calle pidiendo ayuda para sobrevivir, ¿qué va a pasar cuando arriben otros 5 mil o 10 mil?
En su cantinflesco discurso, Loera ha manipulado el supuesto apoyo federal a los migrantes, argumentando que los están atendiendo en el albergue Leona Vicario, pero ha ocultado que este solo tiene capacidad para 800 personas y ya está a su máxima capacidad.
¿Qué va a hacer con los tres mil que llegarán a media semana? Porque hasta ahora, el apoyo humanitario del Gobierno Federal que tanto presume, solo ha sido de lengua.
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Por seguridad, todos los detenidos en relación a la tragedia de los migrantes en la estación migratoria, se encuentran aún confinados en el área de ingresos del Cereso número 3, no en las celdas comunes de la población penitenciaria.
Aunque los 5 agentes del Instituto Nacional de Migración detenidos, 4 hombres y una mujer, así como el guardia de seguridad privada y el venezolano que prendió fuego a los colchones de la estación, ya están vinculados a proceso y les fue dictada la medida cautelar de prisión preventiva, fuentes confidenciales revelaron que se mantienen separados, pero en el área especial de ingresos.
En esa misma zona está el exdelegado estatal del Inami, el contraalmirante Salvador González Guerrero, aunque a sana distancia del agente Daniel Goray, quien fuera uno de sus hombres de más confianza y estaba a cargo de la estación que se convirtió en la tumba de los migrantes.
Las chismosonas fuentes mironianas revelaron que aún no hay fecha para trasladarlos a las celdas de reclusos especiales, donde se encuentran expolicías y exfuncionarios.
Lo que sí aseguran, es que las instrucciones de “arriba” son el sentido de que les trate sin privilegios, aunque sin darles café cargado, pero nada de favores o lujos en sus espacios de confinamiento. Ver para creer.
En la Fiscalía federal se comenta que conforme avance el proceso judicial contra todos ellos, tendrán que aislar un área especial y más grande para empleados de migración, porque se esperan todavía muchas detenciones. Por lo pronto, ayer salieron nuevas órdenes de aprehensión y presentación.
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Para el diputado Gabriel García Cantú, la tala de árboles del Parque Central era necesaria para el funcionamiento de la tirolesa, que tenía 4 años esperando, y porque dejará ingresos para la administración y conservación del importante pulmón verde.
A pregunta expresa de Mirone, el legislador minimizó el hecho y dijo que solamente se talaron 5 árboles, porque la tirolesa es una obra que favorece el sano esparcimiento de los juarenses y viene a “reforzar las instalaciones del parque”.
Lo que no dijo, o al parecer omitió deliberadamente, no por ignorancia sino por conveniencia, es que la importancia del Parque Central estriba en su flora y fauna, no en las toneladas de cemento y acero que se han instalado en el mismo, porque ante todo es uno de los filtros naturales que tiene la ciudad contra la contaminación, además de ser un punto de encuentro para el bienestar de las familias.
García Cantú dijo que a cambio de esos árboles talados y otros que fueron mutilados, que no mencionó, el parque se reforestó con 300 árboles, que por cierto no se ven por ningún lado y solo destacan los que están secos y siguen de pie.
Era en estos puntos, donde se ha secado la foresta, donde deberían colocarse las nuevas especies vegetales, pero no hay tales. Las únicas que se plantaron el pasado 15 de abril fueron 25 ramitas de 30 centímetros de altura del árbol japones de la variedad Kiri, que en edad adulta produce flores vistosas color lila.
En su calidad de diputado del congreso local y representante ante el órgano público descentralizado del Parque Central, García Cantú debería considerar que, ante todo, y sobre cualquier negocio que se pretenda hacer en este bosque en decadencia, deben respetar la ley que prohíbe la tala y mutilación de los árboles en parques públicos.
No hay pretexto para no hacerlo, aunque enarbole la bandera del esparcimiento y diversión de la gente y los ingresos que generará, se debe privilegiar la protección a la naturaleza.