Bastante debe haberse divertido el gobernador electo, Javier Corral, con los apurados análisis, notas, columnas y chismes de café derivados de los personajes presentados a inicios de semana como responsables de varios temas en la entrega–recepción.
La entrega–recepción no implica nombramiento futuro en las áreas representadas, y menos con varios de quienes estuvieron con el secretario general de Gobierno, Mario Trevizo, y menos con la personalidad de un gobernador electo acucioso hasta la exasperación para tomar decisiones de ese delicado nivel, y menos porque hay facturas qué pagar al grupo priista Delicias y otros intereses disímbolos que participaron activamente desde la campaña hasta la jornada electoral y deberán obtener sus correspondientes espacios. La liebre debe ser del que la corretea.
Que nadie se asuste por lo anterior ni mucho menos se sorprenda, y tampoco se incomode, Mirone escribió en su oportunidad que Corral Jurado debía crear una estructura paralela a su partido, el PAN, si pensaba en sumarse a la guerra para ganar, porque su ejército azul no únicamente estaba en ruinas –salvo la capital Chihuahua–, sino molestos sus generales con su designación como candidato. Le aseguran a este escribidor que hasta el diablo fue convocado para el proyecto y ahí están los resultados. A todos hay qué cumplir. Azules, tricolores, rojos, amarillos, independientes. En la gran piedra de los sacrificios para efectos de Ciudad Juárez quedó el primer costo para el nuevo régimen: Vicky Caraveo; sus seguidores no son pocos ni están contentos.
Por lo demás, si de un momento a otro el sol se oculta para dar paso a una tormenta, imaginemos entre el 5 de junio y el 2 o 3 de octubre todo lo que ha ocurrido y pueda ocurrir en un ambiente de alta competencia, de pelea, de desconfianza brutal, de intrigas, de conflictos incendiarios con propios y extraños, y por supuesto de 360 mil millones de pesos aproximadamente (multiplicados los 60 mil anuales de actual presupuesto por cinco años de régimen) en el que todos quieren meter mano. “Ahora nos toca”, gritan desafinados y con escaso raciocinio.
Por ejemplo, el párroco Javier “Pato” Ávila es héroe electoral corralista para la región serrana, pero en tres meses las cosas pueden cambiar radicalmente y quizá ya no tenga esa categoría para la toma de protesta, no porque aspire a algún cargo –o a lo mejor sí, pues otro párroco semejante, Dizán Vázquez, aparece en la nómina de los contribuyentes públicos en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez– aunque sí sus recomendados. Pato ya carga piedras en sus riñones contra electos.
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El equipo de entrega–recepción fue presentado el martes por la tarde noche ante Trevizo, con Francisco Barrio como coordinador general, para la Secretaría General Gustavo Madero, para Desarrollo Social Víctor Quintana, para Obras Públicas Norma Ramírez, para Educación Pablo Cuarón, para Economía Alejandra de la Vega, el también empresario de Chihuahua capital Ismael Rodríguez significó la única sorpresa.
Horas después, pero al día siguiente, se apareció con Mario Trevizo otro panista que fue miembro del Consejo Político Estatal del blanquiazul en Chihuahua, fue también fiscal general del Estado y llegó a la cumbre nacional como titular de la Procuraduría General de la República, Arturo Chávez Chávez. Poco le duró el gusto, pero ahí estuvo. Apenas se iba sentar cuando le retiraron la silla por su desempeño menesteroso.
A ojos del sentido común elemental, de la administración pública pulcra y del saludable ejercicio político, varios de esos personajes carecen de posibilidades objetivas para quedar ratificados como miembros oficiales del gabinete por varias razones.
Cuarón y Alejandra de la Vega son fuertes empresarios juarenses que, vale decirlo, no requieren un centavo del Gobierno como salario, pero sus empresas son potenciales proveedoras de la administración pública, cuyos negocios pueden recibir millones por encima de los 80 mil o 100 mil pesos de sueldo mensual en espacios del Gobierno. Es cierto que no apoyaron a Corral por mera filantropía o filia personal, así que algo deberán recibir a cambio.
Alejandra es inédita en el servicio público, además de consorte del petrolero multimillonario texano Paul Foster; hija de Freddy de la Vega (q.e.p.d.), patrocinador y hasta militante del PRI casi toda su vida (ocasionalmente respaldador de algún candidato panista), dueño de gran parte del mercado de abarrotes, cerveza y licor en Juárez.
Esos datos, más su pertenencia a las cámaras empresariales en Juárez, la ubican para recibir Desarrollo Económico, pero son los mismos que la colocan en gran duda para encabezar esa secretaría desde el despacho oficial de la misma, a partir de octubre.
El caso de Pablo Cuarón aparece más forzado que una cuña en barda a punto de caer. Carece por completo de antecedentes que lo solventen en materia educativa, más allá si acaso de sociedades en instituciones educativas privadas de clase muy alta que nada tienen qué ver con el concepto preferencial por los pobres abanderado en su discurso por el gobernador electo.
La característica de Pablo en el ámbito político es la traición abierta y soterrada. Le clavó la daga en la espalda a Chacho Barraza e hizo lo mismito con el PAN en el 2010 cuando el candidato a gobernador fue Carlos Borruel. Es impensable con ese currículum que ocupe la Secretaría de Educación para el nuevo régimen.
Gustavo Madero tendría también graves conflictos de interés como empresario de los grandes en el estado, lo mismo que Arturo Chávez, no como transición ni entrega–recepción, pero sí como parte de un lucrativo despacho de abogados que tiene como clientes a empresarios con los que el Gobierno estatal mantiene deudas multimillonarias. Si paga César Duarte quizá el problema al respecto sea menor, pero si los paga la administración de Corral ¿¿¿qué tal…???
Es posible que para el equipo de Corral sea Quintana el idóneo en Desarrollo Social, pero la oposición adentro y afuera del PAN lo mantendráN en acoso permanente porque saben que Víctor no estaría ahí para convertirse en hermano de la caridad y cumplir con las tareas sustanciales de esa área, sino para montar la estructura político–electoral requerida hacia el 2018. Su destreza es el activismo político; hasta raro se verá en la silla de alto funcionario público con todas las prebendas que implica, aunque ya haya sido delegado con El Peje en la Ciudad de México. Tiene sueldo de investigador en la UACJ desde hace muchos años sin investigar nunca nada.
Ubicados en una postura rigorista quedaría poco por rescatar, dirá el equipo corralista, pero al final del día la enorme mayoría de los nombramientos serán hechos sin necesidad de consenso general. La principal consulta fue el 5 de junio; de ahí Corral recibió toda la libertad legal y política para designar a su gabinete. La víspera nos indica que ciertas decisiones en la materia las sostiene y las sostendrá a pesar de los cuestionamientos, como ha sido el caso de su jefe de escoltas, Juan Manuel “El Capi” Escamilla León.
Pero tratándose de Javier Corral, tratándose de una alternancia en el poder estatal bastante distinta a la de 1992–1998, aun cuando veamos en escena a varios de los mismo actores –incluido el gobernador electo-, la expectativa mínima es de una innovación a los esquemas tradicionales priistas tanto en la designación de los principales funcionarios públicos como en el propio ejercicio del poder.
La indigestión social de discrecionalidad gubernamental –de mala discrecionalidad– ha parido muchas revoluciones. Ahora parió al gobernador electo, a El Caballo Lozoya en Parral y a Armando Cabada. Pero más de lo mismo no sorprendería, porque ellos forman parte del mismo sistema político nacional. Ni vienen de Suecia, ni de Inglaterra, ni de Australia, ni son extraterrestres. Son los mismos mexicanos hijos de la misma añosa burocracia.
Aun con ello la esperanza última es que las cosas cambien Cabada ya se está echando la soga al cuello con la integración a su gabinete de aquellos que fueron sus patrocinadores económicos en campaña, Corral ha soltado y puesto a trabajar a su equipo de entrega–recepción, pero tiene tiempo suficiente de aquí al último de septiembre para reflexionar con toda la serenidad, prudencia y solidaridad con los chihuahuenses sobre las figuras en las que dejará la responsabilidad de administrar al estado.
Instituto Electoral ni dirigió elección y ahora enfrenta proceso
El próximo 18 de agosto los consejeros estatales habrán de acudir a la Ciudad de México para combatir el procedimiento administrativo que les abrió el Instituto Nacional Electoral (INE) a raíz de una queja contra ellos del Tribunal Estatal Electoral. Allá les bajarán la soberbia mostrada en Chihuahua.
De hecho, el Instituto Nacional Electoral (INE) dio cuenta de dos procedimientos emprendidos por el Tribunal en contra de los consejeros estatales, pero no se ha confirmado si sumarán los expedientes o los verán por separado. Por lo pronto juntan piedras (argumentos jurídicos) para enfrentar el primero de los procedimientos.
Mirone dio cuenta aquí que uno de los asuntos se derivó de una impugnación del Partido Encuentro Social por no haber sido notificado en tiempo y forma de una resolución del Instituto Estatal Electoral (IEE) a un cambio de candidatos en la planilla para el municipio de Delicias y, el otro, en el caso de la candidata transgénero en el Distrito 09, en el que tampoco se notificó la resolución.
Es decir, la omisión del IEE puede ser menor; sin embargo, no se puede considerar como “pecata minuta” o cosa menor, ya que como se sabe el Instituto Nacional ha hecho suya la frase tan conocida en chihuahuitas tierras de que “el poder es para poder” y en los albores del proceso electoral 2015–2016 destituyó consejeros en Chiapas y mantuvo bajo estricta vigilancia a los similares de Durango y Coahuila.
En los tres casos los procedimientos fueron iniciados por los tribunales electorales, y aunque jurídicamente sí hay mucha diferencia, nada quita que las huestes del gran jefe toro sentado, Lorenzo Córdova, pudieran estar blandiendo el rayo de Zeus para descargarlo con toda su furia sobre los locales.
A su vez, los consejeros presentaron sendas denuncias contra los magistrados estatales en la Sala Regional de Guadalajara del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por lo que consideran abuso de poder y de funciones.
Estos enfrentamientos condujeron a pleito a los propios consejeros. Fuentes picuetas en el interior de ambos organismos cuentan que hubo quienes se opusieron a interponer los recursos en contra de los magistrados e incluso, una de las tres consejeras (se siente más magistrada que consejera, aunque en el órgano para el que labora ya no saben qué hacer con ella) alertó a los magistrados de la intención de sus compañeros, lo que fue visto como alta traición.
Las diferencias entre consejeros se han ido acentuando sin que el presidente, Arturo Meraz, meta orden, ya que se ha visto claramente rebasado por las pretensiones de uno y otro bando y permitiendo incluso las patadas bajo la mesa.
Acusan que las indeterminaciones –por decirlo en sus propios términos– pusieron en riesgo actividades tan importantes como la aprobación de candidaturas donde nominados y partidos recordarán que no pudieron iniciar a las “cero con un minuto” porque no salían los acuerdos; otras cuestiones derivaron en señalamientos fuertes del tribunal hacia el IEE por “procedimientos olvidados en un cajón” –no aclararon a qué se referían– e incluso se vio con harta preocupación la impresión de boletas a unos cuantos días de las elecciones.
Los consejeros electorales señalaron en esas situaciones con índice de fuego hacia uno de los dos secretarios del presidente, uno al que llamaron la atención porque llegó al extremo de apersonarse en sesiones del Consejo aromáticamente bien refaccionado por el dios Baco; sin embargo, no se tomó ninguna decisión trascendental.
Si los consejeros llegan mostrando falta de unidad y tantas debilidades, el INE podría tomar un acuerdo que cambiara el rumbo del organismo en Chihuahua como lo hizo en otras entidades.
Además, todavía deben esperar el resultado de los recursos interpuestos ante el tribunal federal, que si les da la razón raspará aún más la relación con el tribunal local, que es donde se advierte la falta de oficio político, además de todo.
El gabinete acordado en La Paz, Baja California Sur
Ayer fue Francisco Duarte Herrera el nombrado como integrante del gabinete del independiente Armando Cabada Alvídrez para la Coordinación de Direcciones. Él ha pertenecido durante añales al equipo constructor de la principal cadena de grandes mercados de esta frontera. Le dicen a Mirone que sigue el nombramiento del tesorero en la persona de Oscar Pérez, empleado de Gas Natural. Antes quedó definido como secretario del Ayuntamiento Roberto Rentería Manquero, ex empleado del Canal 44. Estos nombramientos, y otros, le informaron a Mirone, fueron acordados hace escasas semanas con grandes empresarios con apellidos como Martínez, Otero, Muñoz, que fueron reunidos en una fiesta de días en los famosos campos de golf de La Paz, Baja California Sur.
Don Mirone