Más de 8 mil asuntos atendieron en el primer semestre del año los 20 defensores de oficio del Tribunal Superior de Justicia, adscritos la Fiscalía General del Estado, zona norte.
El dato, publicado por el Instituto de Defensoría Pública, revela la saturación y sobrecarga de trabajo que los defensores desahogan solamente en los casos penales que llegan ante el Ministerio Público.
La cifra exacta de los expedientes que atendieron los abogados adscritos a la FGE en el Distrito Bravos asciende a 8,194, de enero a junio, lo que habla de poco más de 400 casos por abogado defensor, o un promedio de 66 asuntos por mes.
La información precisa que solamente el Distrito Judicial Morelos, correspondiente a la capital del estado, se acerca al número de casos atendidos por los defensores públicos de Juárez, con 7 mil 815, o sea una diferencia de 379 asuntos.
Sin embargo, hay un dato revelador que da cuenta de la magnitud del índice delictivo en la ciudad de Chihuahua, aunque la señora gobernadora Maru Campos se empeñe en decir que la delincuencia está más familiarizada en el resto de los municipios del estado, menos en la capital, que ella también administró cuando fue alcaldesa.
Ese dato nos dice que, en los meses de abril, mayo y junio, en la ciudad de Chihuahua los defensores públicos adscritos a la Fiscalía estatal, atendieron más expedientes que en los que desahogaron sus colegas en Juárez.
En abril Juárez tuvo 1115 contra 1474 de Chihuahua, en mayo 1089 en la frontera por 1426 de la capital y en junio 1152 por 1375.
Ciertamente que la comparación estaría más completa si se especificará los tipos de delitos que se atendieron en cada distrito judicial, pero, aun así, únicamente con la estadística fría, se observan las cargas de trabajo que desahogan a marchas forzadas los defensores de oficio, que, por cierto, si el pago de sus salarios fuera de acuerdo con el volumen de asuntos que atienden, ahora serían ricos.
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Llaman mucho la atención las frecuentes ocurrencias con “temas internacionales”, que tienen nuestros diputados locales, que se olvidan de los problemas regionales que son los que les corresponde atender, gestionar y legislar para resolver.
Una de las últimas ocurrencias surgió del diputado priista Omar Bazán Flores, quien emitió un exhorto al Gobierno federal para que “atienda los objetivos de la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas”, que se refiere al cuidado de los océanos que están siendo contaminados por el hombre.
Como tema de discurso estuvo bien, pero qué tiene que andar preocupándose por los mares que no tenemos, cuando en Juárez lidiamos con el problema de la contaminación del río Bravo, que sí está en territorio chihuahuense, que sufre descargas diarias de aguas negras y es una grave realidad que muy pocos entienden y atienden.
Ese vertedero de aguas del drenaje ya fue denunciado por Integrantes del Frente Amplio Ambiental del Norte y Defensa del Río Bravo, que levantaron hasta un acta ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, y hasta por la diputada morenista María Antonieta Pérez, quien presentó una iniciativa para exhortar a la Junta Municipal de Agua y Saneamiento a tomar medidas contra esa contaminación.
Este es el asunto que debería preocuparle y ocuparle al diputado Bazán para darle seguimiento, porque es un problema local, no la vacilada del exhorto al Gobierno de la República, que simplemente fue ignorado, porque es un tema que es competencia de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, del Senado de la República, no del Congreso de Chihuahua.
Al parecer el priista no está muy familiarizado con la problemática regional y sus asesores le plantan una agenda de temas internacionales, que nada tienen que ver con la realidad que viven los chihuahuenses. Al rato le dará por hablar de la sequía en los Estrados Unidos o la guerra de Ucrania, al fin y al cabo, que son temas actuales, que lo hacen ver como parlamentario de altos vuelos, aunque no pase de ser un diputado de interés social.
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Mañana martes por la tarde, se realizarán las honras fúnebres del doctor Abraham Paniagua, en la explanada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UACH, donde era director.
Los restos incinerados de quien fuera también maestro e investigador del CONACYT, llegarán a Juárez desde la Paz, Baja California, donde perdió la vida al ahogarse en una playa.
En las instalaciones universitarias donde se desarrolló como catedrático, que a la postre le llevó a la Dirección de la Facultad, Abraham Paniagua recibirá el homenaje de alumnos, maestros y personal administrativo.
Directivos de la rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua se trasladarán desde la capital del estado para estar presente en esta ceremonia luctuosa, donde se esperan también a muchos egresados de las carreras de Ciencias de la Comunicación y Ciencias Políticas que fueron alumnos del doctor Paniagua.
Paniagua iba a terminar su periodo de seis años como director de Facultad el próximo mes de octubre, para luego reintegrarse a sus actividades de docente e investigador.
El homenaje para el cual se ha invitado a la comunidad universitaria juarense está programado a las 18:30 horas.
Al maestro Paniagua le sobreviven su esposa y dos hijos, quienes encabezarán las honras fúnebres de su ser querido.