EL DIRIGENTE nacional de PRI, Enrique Ochoa Reza, fue recibido ayer por el derrotado duartismo, pertrechado en el comité estatal de ese partido. Solo los exponentes de ese grupo político tuvieron voz en el evento: Dowell, Enrique Rascón –gente de Barousse– y Rosa Isela Gaytán, lideresa de Onmpri –gente de confianza de Pedro Hernández, el cuestionado exsecretario de Salud– se lanzaron duro contra el nuevo Gobierno, reclamaron “no dar tregua ni amnistía” en el cumplimiento de sus promesas de campaña.

AL AUDITORIO César Duarte del comité estatal –así lo bautizaron el año pasado, cuando el poder era para poder– llegó acompañado de puro duartista de cepa, desde el derrotado candidato a la gubernatura Enrique Serrano –al que anunció incorporará al CEN del tricolor–; el presidente estatal Guillermo Dowell; la coordinadora de la bancada tricolor en el Congreso Karina Velázquez y el exdelegado nacional Julián Luzanilla.

MEDIO mixearon la cosa las senadoras Graciela Ortiz y Lilia Merodio y el exgobernador Patricio Martínez, lo demás fue puro resabio de la ballezocracia, incluso en lugares privilegiados en las filas VIP, donde estaban Leonel de la Rosa, Cristopher James Barousse y la bancada de diputados federales encabezados por Carlos Hermosillo, el diputado federal que se sirvió con la cuchara grande muchos millones del Fideapech y no ha regresado ni un centavo.

UN TERCIO del auditorio se vació ante el retraso de más de hora y media de Ochoa –les fue bien, en Oaxaca tardó cuatro horas– y otros 40 minutos que dedicó Ochoa a las selfies. El lugar parecía un horno por la falta de aire acondicionado que se mantuvo apagado por la crisis financiera que vive el PRI.

DOWELL puso el 5 de junio como parteaguas con un ejercicio de reflexión sobre la derrota y cuando terminen de asimilar y salir del proceso no serán los mismos, y de ahí la emprendió duro contra el gobernador Javier Corral, al que no mencionó por su nombre pero lo acusó de incumplir sus principales promesas de campaña.

LO REPASÓ con las cuotas de la universidad, las fotomultas, la negativa de entregar Tránsito y la Junta de Agua a los municipios y el incremento de la violencia, entre otras. Le juntó todos los gazapos de la primera semana del nuevo amanecer.

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ADEMÁS de llegar tarde al encuentro con la militancia Ochoa Reza tardó una hora en sesión de selfies, y dejó muy poco tiempo para el discurso, en el que llamó la unidad partidistas, indispensable para la reconstrucción del partido. Admitió que en Chihuahua el PRI es plural en su interior, con corrientes y grupos de distinto origen y requerirá un proceso de revisión y negociación para elegir nueva dirigencia. Prometió otra visita para empezar esa tarea.

FRENTE al nuevo Gobierno de extracción panista Ochoa llamó a defender la libertad de expresión y cualquier intento de amordazarla; lo hizo después de escuchar a un grupo de empresarios periodísticos que lamentaron el anuncio del gobernador Corral de eliminar los convenios de publicidad y reducir el gasto en comunicación social. Ochoa los consoló, prometió defenderlos, pero no hizo ningún tipo de compromiso con los quejosos.

EN CHIHUAHUA, donde una de las principales causas de la derrota de su partido fueron los señalamientos de corrupción en contra de las autoridades estatales, el dirigente nacional del PRI tampoco se mostró firme y puntual en ese tema. Habló de seguir el desarrollo de las denuncias que tiene el exgobernador César Duarte en la PGR y de desahogar el proceso de expulsión que le sigue la Comisión de Justicia Partidista, pero ninguna definición la respecto.

EN CAMBIO, se volvió a lanzar contra el CEN del PAN por tardarse un año en suspender derechos al exgobernador de Sonora Guillermo Padrés, a diferencia del PRI que un mes antes lo hizo con Javier Duarte, de Veracruz; fue algo así como aquella anécdota en la que el caco del barrio, con su botín hurtado y aún con el antifaz, grita “¡¡agarren al ladrón!!”, mientras él sale corriendo para ponerse a salvo.

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LOS OBSERVADORES empiezan a encontrar ciertas similitudes entre los gobernantes estatales extraídos del PRI en su relación con prelados de la Iglesia católica y ahora los del PAN del naciente régimen.

DE LOS PRIISTAS eran publicitados los encuentros gastronómico–etílico–sociales, particularmente del exgobernador Reyes Baeza y varios de sus funcionarios con los obispos de Parral, Cuauhtémoc y la arquidiócesis de Chihuahua. La cantada, la comida cesaresca (recordando a los romanos césares) y la beberecua se extendían por muchas horas.

LLEGÓ A TAL grado esa relación que Reyes Baeza tuvo una oficina a cargo de Sergio Martínez Garza especialmente para tratar con los jefes católicos.

HOY VEMOS que se han venido posicionando y posesionando de esas mesas los preferenciales de los pobres, Pato Ávila, Camilo Daniel y Dizán Vázquez, que primero han aparecido en la residencia del señor gobernador, Javier Corral, en Chihuas capital, y ahora en un exquisito bautizo del nieto del nuevo miembro de la cúpula del poder público estatal, Víctor Quintana Silveyra.

AMBOS HECHOS han sido ampliamente difundidos por la propia oficina de redes sociales del gobernante blanquiazul.

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TRAS LAS desavenencias entre el alcalde Armando Cabada y el gobernador Javier Corral por la designación de los jefes policiacos, el sábado quedó demostrado que no queda en el mandatario panista ni un ápice en su voluntad de apoyar al independiente para que mantenga la posición en 2018; por el contrario, le dará batalla.

DURANTE LA sesión del Consejo Estatal del PAN, donde se le dio formalidad al nombramiento de Fernando Álvarez Monje como presidente del Comité Directivo Estatal, el primer panista de Chihuahua habló de la necesidad de recuperar Ciudad Juárez, no como mero compromiso electoral, sino como “un deber” de los panistas para con la sociedad juarense.

LUEGO DE extender el visto bueno a Fernando Álvarez Monje como nuevo dirigente estatal del PAN –cargo que ya ocupó de 2005 a 2007–, Corral habló de los logros obtenidos y los retos que están por venir:

“YO CREO QUE el PAN tiene todo por delante, y cuando digo todo no solamente estoy pensando en que podemos recuperar la Presidencia de la República en 2018 si hacemos las cosas bien, sino que creo que podemos recuperar varios municipios; hoy más que nunca ya está claro para todos nosotros el deber que como partido tenemos de ir a recuperar Ciudad Juárez dentro de un año y medio, es fundamental recuperar la frontera”.

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EN MEDIO DE toda la grilla originada por las tomas de protesta, el que pasó desapercibido fue el rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Ricardo Duarte Jáquez; hace poco más de una semana entregó su cuarto informe al frente de la universidad.

ASÍ, CALLADITO, como no queriendo levantar olas, el rector presentó su informe destacando su talacha en el último año en la máxima casa de estudios que bien podría convertirse en la principal universidad del estado, pues tan solo en este año se incrementó en 48 % la producción científica.

SEGÚN REPORTÓ el mismo Ricardo Duarte, durante el último periodo se apoyó para el desarrollo de mil 790 productos de investigación, de los cuales 736 fueron publicados en revistas nacionales e internacionales. Y aunque también se avanzó en otros ámbitos como el deportivo, social, cultural, laboral, es relevante destacar la producción científica, que es uno de los principales indicadores de progreso de cualquier universidad.

AL MÁXIMO representante de la UACJ tampoco le conviene hacer mucho ruido ahora, precisamente, cuando la guadaña política se posiciona justo al lado de todo aquél que se le relacione con el exgobernador César Duarte, principal señalado por la quiebra financiera del estado.

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ESTE LUNES se cumple la primera semana de los nuevos gobiernos municipales. Más que nada fueron estos días de glamur y besamanos, tanto para el alcalde de Juárez como para su homóloga de chihuahuitas tierras.

EN EL PRIMER CASO las críticas a su gabinete se fueron dando conforme fue soltando nombres a lo largo de la transición; los más notables de esos señalamientos son los que recibió el jefe de la Policía municipal; en el segundo, son dos los que han pegado ya a la imagen de Campos.

UNO DE LOS sectores más ofendidos con el nombramiento de directores de Maru Campos es el de la comunidad artística que rechazó rotundamente la designación de una abogada (Alejandra Enríquez) como titular del Instituto Municipal de Cultura, a quien consideran completamente ajena a la situación cultural del municipio. Pero aseguran los que observan de cerca la llegada de los nuevos funcionarios que, en lugar de enredarse en la disputa, la joven funcionaria comenzó a poner orden en las oficinas del IMC, donde abundaban los aviadores y la anarquía total.

OTRO CASO que también está causando estragos a la alcaldesa chihuahuita es el nombramiento de Luis Orlando Villalobos, a quien no se le conoce mucha experiencia en el ramo del deporte, en los últimos años había fungido como subdirector de la Procuraduría de la Defensa del Consumidor (Prodecon), es todo. Más bien se le conoce por las andanzas de su hermano, Jorge, quien se dio a conocer internacionalmente en 2014, cuando era vicecoordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, a través de un video donde se le ubicaba con otros diputados panistas en una fiesta con varias desnudistas por oficio.

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ATADOS DE pies y manos están los nuevos directivos del Gobierno estatal que recientemente fueron nombrados para ocupar sus cargos en esta frontera e inmediatamente comenzaron a recibir reclamos de la raza que trabajó junto con ellos en campaña pero que a la fecha no ven claro, muchos no han podido entrar a Gobierno a disfrutar las mieles del poder.

ENTERAN A Mirone de que los cambios de primero y segundo nivel ya se han dado, lo que dio cabida a la entrada de los jefes de tropa, pero el subsecretario de Gobierno, Ramón Galindo Noriega, y compañía han recibido instrucciones claras de que no hay mayores cambios, pues está claro que no hay recursos suficientes para liquidar a la raza y darle entrada a su gente de confianza que se la partieron con ellos en campaña.

LA SITUACIÓN en general es del todo entendible, tienen que acatar la orden de no despedir a las bases, todavía, pero los que vienen detrás de los directores les gana la paranoia y dan crédito al supuesto acuerdo entre el góber, Javier Corral, y los exmandatarios José Reyes Baeza y Patricio Martínez, que consistía en apoyar con toda la estructura al juarense a cambio de no despedir a la raza de piso que pertenece a sus grupos políticos.