Ahora resulta que después de los largos y buenos tiempos que tuvo Javier Corral gracias al PAN, donde creció políticamente, se formó y ocupó posiciones que le han permitido enriquecerse y vivir a costa del erario, hoy sale con una vulgar traición a la institución.

En entrevista con Milenio, Javier Corral aseguró que “el PAN está en proceso de deterioro, en estado de putrefacción”. Tómala. Todavía ayer en sus eventos por Ciudad Juárez el góber peor evaluado del país se descosió en descalificaciones al blanquiazul.

No conforme con haber apoyado a Morena en la última elección y con haber puesto incondicionales en el partido de Dante Delgado Rannauro, ahora el próximo exinquilino de Palacio de Gobierno, se atreve a denostar al partido que en múltiples ocasiones le regaló plurinominales y hasta lo hizo gobernador.

Después de muy buenos pagos, una pésima mala paga a su partido. Es obvio que con estas virulentas declaraciones está preparando el terreno para dar el salto a Morena, donde el líder nacional ya le abrió las puertas.

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Más se tardó el presidente de México en renombrar a Juan Carlos Loera de la Rosa como delegado en Chihuahua que este en retomar el brío para tratar de controlar las instituciones públicas del estado.

En esta ocasión le tocó el turno a la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Resulta que la Uach publicó las convocatorias correspondientes al otorgamiento de tiempos completos y medios tiempos para docentes, el pasado mes de julio.

Es de llamar la atención que dichas convocatorias fueron elaboradas con dedicatoria especial para favorecer a los “docentes” David Medina, Iván Chávez, Felipe Valenzuela, Arturo Martínez, Luis Flores, Raúl Acosta, Damaris Aguirre y Jesús Olivas.

A estos profesores universitarios les allanaron el camino en los requisitos, que al parecer no reúnen, y que siempre se han exigido para alcanzar la categoría de maestro de tiempo completo.

Y todo nace por compromisos políticos con los excandidatos de Morena a gobernador y presidente municipal de la capital del estado, Juan Carlos Loera de la Rosa y Marco Adán Quezada Martínez, respectivamente.

Fue tal la desfachatez de limpiarles el camino, que solo les faltó incluir los nombres de los aspirantes para completar el cuadro. Ahora se sabe que las promesas de campaña consistieron en asignarles tiempos completos o, en su defecto, medios tiempos, una vez concluido el proceso electoral.

Entre los felices beneficiados destaca la medallista olímpica Damaris Aguirre, quien formó parte del staff de la campaña del expriista Marco Adán Quezada, quien fuera aspirante a presidente municipal de la capital.

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A 25 días de asumir las riendas de la presidencia municipal, Cruz Pérez Cuéllar se fue de vacaciones a la ciudad de los vientos, Chicago. Los juarenses esperan que regrese con las baterías recargadas, porque el innombrable Armando Cabada le dejará una administración municipal por los suelos, con miles de baches, socavones y montañas de basura.

Pese a eso, Cruz no toca al actual alcalde ni con el pétalo de una rosa. En contraste, Pérez Cuéllar sí le da una ayudadita a Maru Campos cuando ataca directamente al indefendible gobernador Javier Corral Jurado.

Los duros analistas de café dicen que los fuertes señalamientos de Cruz a su compadre Javier Corral lo meterán en un brete político, porque en la esfera de su competencia tiene más cerca a Cabada que a Corral, quien le heredará una montaña de broncas y muchas transas que tendrá que ventilar públicamente, si no quiere aparecer como su tapadera o cómplice.

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Al ansioso Benjamín Carrera, del grupo de Loera, se le truncó la carrera en el Congreso local, cuando ya se hacía de nueva cuenta en su curul.

Ayer, el Consejo general del Instituto Estatal Electoral (IEE) despejó dudas en la asignación de diputaciones, después de avalar los resultados de elecciones del pasado 6 de junio.

Juan Carlos Loera hizo lo imposible para afianzar a Carrera en la diputación, pero no le alcanzó.  Mal se verían ahora si tratan de impugnar, ya que por cuestión de equidad de género entraron sus compañeras Ana Luisa Rojas Carrasco y a Adriana Terrazas Porras.

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El presidente del Comité Directivo Municipal del PAN, Joob Quintín Flores, trae de compañera una cruel desesperación. Y es que al dirigente partidista se le ha visto muy agobiado tratando de meter con calzador a los Golden Boys en puestos clave del próximo Gobierno estatal en Juárez.

Joob no quiere que se queden fuera del presupuesto, entre otros, Oscar Lozoya, Omar Baquear, Alejandro Jiménez, Toni Sáenz, Iván Solorio, Quique Garduño y Luis Ocaña, que ya están más puestos que un cubrebocas para agarrar hueso en el estado.

El grupo de los Golden Boys también traen como padrino a Raúl García Ruiz, y entre el dirigente local del PAN y el exsuplente de Javier González Mocken, les buscan un lugarcito en las largas listas de espera de solicitantes de chamba.

Mientras los amigos de Quintín esperan la hora de los nombramientos, Joob ya está bien amarrado en la regiduría y en la dirigencia del partido. Es bien sabido que Quintín se autonombró coordinador del grupo edilicio del PAN, imponiéndose sobre sus compañeros como líder de la fracción, aprovechando su posición como presidente del Comité Municipal.

Trascendió que Joob intentó conseguir una secretaría en el gabinete de Maru Campos, pero César Jáuregui lo aterrizó en la realidad. No le quedó otra que amacizarse en la coordinación de regidores del PAN.

El futuro regidor se comprometió a no desamparar a su suplente Alex Jiménez, a quien pretendía dejar la titularidad de la regiduría, en caso de lograr una secretaría en el próximo Gobierno estatal.