Ahora sí que Martín Chaparro, el alcalde en funciones como suplente de Cruz Pérez Cuéllar, quiere seguir cortando caña en la Presidencia Municipal, ya que le dice a todo aquel que le quiere escuchar, que trae ganas de hacerle caso al pueblo para dejar su propia huella 4T.
Después de que forzó la incapacidad con vacaciones de César Omar Muñoz en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, supo Mirone que ahora se le metió la idea de atender un reclamo de varios activistas y organizaciones ambientalistas, para recuperar de golpe todos los predios de El Chamizal que en distintas administraciones se han entregado en comodato a particulares, asociaciones y clubes deportivos.
Como primera acción en ese sentido, citó a varios regidores del Ayuntamiento que tienen que ver con las comisiones de Gobernación, enajenaciones, ecología y cualquier otro tema relacionado con El Chamizal.
Se las soltó de tajo: “Hay que revertir todos los comodatos”. Los regidores pelaron tamaños ojotes ante la idea-petición de Chaparro, porque saben que no es enchílame otra. Y eso que la propuesta sintetiza muy bien el sentir de un sector de la sociedad que considera que se debe poner fin a la entrega de bienes municipales para favorecer negocios e intereses particulares, con el agravante de que, con esa práctica, se ha perdido gran parte del mayor pulmón de la ciudad.
No hay que olvidar que Cruz Pérez Cuéllar y varios de sus colaboradores terminaron denunciados en la Fiscalía Anticorrupción, precisamente por todo el enjuague que permitió la construcción y operación de una casa de cambio en terrenos de ese parque nacional bajo resguardo municipal. Hasta el local debió clausurarse cuando se armó la polémica, precisamente por privilegiar los negocios privados antes que cuidar los espacios públicos y la conservación ambiental.
En cuanto a los comodatos, Chaparro está escuchando la petición que formalmente le presentaron integrantes del colectivo El Chamizal Conciencia Ciudadana, en donde participa Martín Tafoya, quien al parecer trae rato hablándole al oído al profe.
A ver si se avienta el tiro Chaparro. Prácticamente sería misión imposible si se toma en cuenta que nada más le quedan 25 días como alcalde. Hubo alguna administración que ni en años pudo concretar algo cuando, por ejemplo, quiso retirarle el comodato a Arcadio Serrano y su Liga de Veteranos de Futbol, quien combatió la acción a punta de amparos.
Desde esa reunión hubo quien optó por hacer que Chaparro pusiera los pies en la tierra, sobre todo considerando que una acción complicada legal y hasta políticamente (por todos los intereses que ahí se cruzan) no estaba para tomarse por alguien que nomás tiene la silla prestada.
La verdad es que a Mirone no le suena tan descabellada la idea. No estaría mal un manotazo de ese tipo sobre la mesa, ya que los intereses económicos y políticos siempre mantienen a los alcaldes tradicionales muy amarraditos de sus manos, o simplemente haciendo negocios con ellos.
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Más le hubiera valido a Cruz Pérez Cuéllar tragar bolitas cuadradas y aceptar la sanción por aquella pinta de “Que siga”, y no soportar una sanción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (el Tepjf) justo a estas alturas de la campaña.
Resulta que la Sala Regional de Guadalajara del Tepjf resolvió este jueves que el coscorrón que le dio el Tribunal Estatal Electoral de Chihuahua a Cruz por aquello de las pintas estaba bien dado y ahora tendrá que acatar las sanciones.
El máximo tribunal electoral del país consideró que el alcalde, ahora candidato, sí cometió actos anticipados de precampaña, y no solo eso, sino que le hincaron la responsabilidad, a querer y no, de la aparición de esos letreros donde se hacía una especie de llamado a volver a votar por él. Un “que se quede, que se quede”, pues.
Nada más para acordarnos: En noviembre de 2023 apareció en decenas de bardas de la ciudad la leyenda #QueSigaCruz, aparentemente, sin la autorización de los dueños de los predios pintarrajeados.
El hecho quedó como denuncia por parte de la dirigencia y los diputados del Partido Acción Nacional ante al Instituto Estatal Electoral, que emitió un fallo en contra del entonces alcalde de Juárez, en el cual le obligaban a deslindarse de las dichosas pintas.
Entre el 5 y 9 de febrero de 2024, personal del IEE acudió a los 15 domicilios donde se encontraban las bardas cuyo mensaje constituía violaciones a las reglas del juego electoral.
Para el tribunal federal, no hubo de otra: Cruz se benefició de esas pintas, las haya hecho él o no.
Ciertamente, no se probó la autoría, así en persona, de Cruz Pérez Cuéllar, y que no se manifestaba explícitamente un llamamiento al voto o posicionar una plataforma electoral.
Sin embargo, el Tepjf consideró que del análisis integral de la frase se desprendía un equivalente funcional al plantearse “como sinónimo o manifestación inequívoca de reelegirse o continuar en el encargo una vez concluido su periodo”.
Esto significó una “probable estrategia o conducta sistemática” con el propósito de posicionar injustificadamente al denunciado como aspirante a la reelección como presidente municipal y ser reconocido públicamente, adquirió un beneficio indebido sin que se deslindara eficaz y oportunamente de las conductas denunciadas, atribuyéndole su responsabilidad indirecta; concluyéndose acertadamente la actualización de las infracciones que atentaron contra la equidad y legalidad en el proceso electoral local.
Por lo anterior, se confirmaron las sentencias controvertidas y, por tanto, el ahora candidato tendrá que poner cara de baqueta y decir el consabido “yo no fui”.
“Que siga Cruz…”, que siga con esas malas mañas y ya verá cómo le va.
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Se supone que este sábado arrancará la segunda ruta troncal o BRT-2, para mejorar significativamente la movilidad y el servicio de transporte en Ciudad Juárez.
Cientos de millones de pesos se han invertido ya en la búsqueda de un sistema de transporte digno para los miles de juarenses que diariamente tienen que salir a trabajar, estudiar o realizar actividades diversas.
Quisiéramos que todo fuera miel sobre hojuelas, sin embargo, para que este plan tenga los efectos deseados, debe contar con personal adecuado y honesto para evitar corruptelas. Es ahí donde nos topamos con tremendo “bache”.
Le cuentan a Mirone que las transas en el área de Transporte Público en la zona norte están que arden, ya que los inspectores encargados de vigilar a las distintas rutas, para salir a desempeñar sus funciones, deben pagar la clásica cuota.
La tarifa, por decirlo de manera elegante, alcanza los mil pesos diarios, tan solo para trabajar en las calles, pero también se deben pagar otras cantidades dependiendo del turno y el sector que se tenga a bien ‘cuidar’.
Además, los inspectores deben asumir el gasto de gasolina de la unidad que les sea asignada y no molestar a ciertos concesionarios, según las versiones de las mironianas fuentes.
El problema de la polla es añejo en esa dependencia, afirman los platicadores, pero en años recientes es tal el tufo de la corrupción, que dentro de la misma oficina ya comiencen a tirarse los trancazos.
Hay temor entre el personal de que las arbitrariedades -y las cuotas-, suban de nivel, debido a los cambios que se registran en fechas recientes, con el arranque de la nueva modalidad de traslado.
Si las autoridades estatales quieren cambiar en verdad la imagen del transporte en nuestra ciudad, le dicen a este Don los chismosones, deben de meterle lupa a los manejos en esa dependencia que tantos dolores de cabeza les ha dado.
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Este viernes llegarán a Juárez las boletas que se utilizarán en la elección federal del próximo 2 de junio.
El convoy militar que traslada los millones de boletas, más el resto del material electoral, viene custodiado por efectivos del Ejército Mexicano, quienes pernoctaron este jueves en la capital y continuarían hoy su trayecto a Juárez.
Es decir, que se trata de las papeletas que cruzarán los juarenses para elegir presidenta o presidente, senadores y diputaciones federales.
El paquete consta de los casi 4 millones de boletas para las tres elecciones, que luego se repartirán en las 2 mil 344 casillas que se instalarán en esta frontera.
Serán 3 millones 786 mil 356 boletas las que se repartirán en Juárez, tan pronto llegue el contingente militar con todo el cargamento, incluidas las que van para casillas básicas y contiguas, las especiales y las extraordinarias.
Esto, más las boletas que se les entregarán a funcionarios de casilla y representantes de partido.
Es un trabajal bárbaro que inició con el diseño, continuó con la impresión y terminará con la distribución en cada una de las secciones distritales.
Ahora falta que la gente salga a votar y las utilice el día de la jornada porque, si las cosas andan como hace tres años, será un tiradero de papel… y de dinero.
Datos del INE nos indican que, en la elección federal del 2021, Juárez tuvo uno de los índices de participación más bajos de todo el país, pues acudió a las urnas apenas el 36.54 por ciento de los ciudadanos inscritos en el Listado Nominal.
Fueron en total 418 mil 209 votos, pese a que se esperaban un millón 144 mil 519.
Si en esta ocasión salimos con las mismas, se habrán desperdiciado más de 2 millones 423 mil boletas. Eso, sin contar con los litros de tinta indeleble que irán de regreso a las bodegas.
Históricamente, las elecciones presidenciales “jalan” más al electorado que las distritales, así que se puede esperar que ahora sí vayan más. Con que acuda el 50 por cierto nos damos por bien servidos.