Ya pasaron tres meses y cinco días desde que la Fiscalía Anticorrupción recibió la denuncia por el Mochilagate, el caso bien documentadito sobre el pago de un sobreprecio de 54.8 millones de pesos en la adquisición municipal de 250 mil kits escolares.
Si bien el fiscal Abelardo “El Bayo” Valenzuela señala que esa y las otras cinco denuncias por presuntos hechos de corrupción en la administración de Cruz Pérez Cuéllar, se encuentran en “desahogo permanente”, los denunciantes no se andan por las ramas a la hora de advertir la pachorrencia de la autoridad responsable de las investigaciones, mientras Crucito se la pasa bien cachetón, ahora sí que “con su Mochilagate al hombro”.
Uno de ellos, Ernesto Robles, de plano consideró que no había trabajo diligente de Valenzuela y dijo que “no ha habido nada, no ha habido una resolución, no ha habido un dictamen, absolutamente nada.
“Están ahí (las denuncias) nada más olvidadas”, dijo el activista, quien junto con Carlos Gutiérrez Casas y Rosalba Bernal, presentó tres de las seis denuncias, incluyendo el Mochilagate, además del sobreprecio en pruebas Covid y el presunto desvío en el Presupuesto Participativo.
En términos llanos, lo único que ven de avance los tres ciudadanos, es que a la denuncia se le asignó un número de carpeta de investigación, como lo resaltó ayer Gutiérrez Casas, el abogado que articuló las denuncias.
La mera verdad, eso tiene muy poco que ver con cumplir el mandato de ley de procurar justicia de manera pronta y expedita.
El que hayan pasado 97 días desde aquel 24 de octubre del 2023, cuando se presentó la denuncia, y, como sostienen los denunciantes, nomás no pasen de asignarle el número 0819-2023-00042 a la carpeta de investigación, sí que deja mal parada a la Fiscalía de “El Bayo” Valenzuela.
El fiscal insiste en que se hacen las “diligencias respectivas”, pero por lo visto, no han pasado de checar los contratos presentados por los denunciantes y hacer careos con ellos mismos, como lo dijo el fiscal, quien siempre apela a cuidar el debido proceso para no revelar más información.
El caso es que la mirada de todos está hoy en lo que haga o deje de hacer el fiscal, no tanto en lo que diga o deje de decir.
………………
Por donde quiera hay reacciones que transitan en dos vías, tanto respecto a la prueba de fuego a la que es sometido “El Bayo” frente a las denuncias en su Fiscalía, como a la forma en que el alcalde enfrenta, o debería de enfrentar, los señalamientos de corrupción.
Varios actores morenistas le han entrado al tema, más o menos en la misma sintonía, respecto a que al alcalde le toca responder y no dejar dudas sobre los señalamientos.
Hasta como una oportunidad lo ven los diferentes casos ya formalizados como denuncias ante la Fiscalía Anticorrupción, para “demostrar que esas denuncias no tienen sustento y que el recurso de los juarenses se está manejando de forma correcta”.
En esos términos se manejó la diputada juarense María Antonieta Pérez Reyes, quien también estuvo de acuerdo en que se acelere la investigación para que se resuelvan las denuncias antes del arranque formal de las campañas electorales.
Donde la puerca torció el rabo, es en el afán de descalificar las denuncias, por la coyuntura electoral, igualito que lo hacen los funcionarios señalados. Ahí sí que Mirone insiste en que ningún contexto político puede eximir a la autoridad de la rendición de cuentas, tampoco a los órganos jurisdiccionales para atender diligentemente las denuncias.
Por lo que se ve en el discurso de diferentes actores morenistas, lo que más les preocupa es que la marca Morena se asocie aquí al tema de la corrupción y eso lo explote electoralmente la alianza opositora.
En tanto, quien insiste en que nada le preocupa, es el alcalde Cruz Pérez Cuéllar. En su conferencia “semanera” de los lunes, volvió a burlarse, aunque de refilón, de las denuncias y señalamientos en contra de él, sus funcionarios y su administración.
Cuando presumió un repunte en la recaudación del impuesto predial, concluyó que “nos ayudan los golpecitos”.
Quién sabe hasta cuando seguirá menospreciando el alcalde todas estas acusaciones, sin importar que vengan de ciudadanos, representantes populares o hasta de militantes y cuadros políticos de Morena, el partido que le ha dado todo estos últimos años.
………………
Este lunes, el fiscal general, César Jáuregui Moreno, atribuyó los hechos violentos ocurridos en Juárez durante el pasado fin de semana a la pugna que se traen diversos grupos delictivos por la distribución de drogas relacionadas con el fentanilo.
A ese respecto, nos comentan que la pugna se puso fuerte entre las organizaciones más pesadas de cuantas operan en la frontera por la llegada de dos drogas compuestas que salieron al mercado a muy bajo costo y, seguramente, causarán graves problemas de salud pública, además de la estela de violencia que ya han dejado.
Se trata, nos dicen de la llamada “Chiva blanca”, un compuesto de fentanilo y heroína que se vende a muy bajo precio en las calles, por lo cual se ha vuelto muy popular, y la “M30”, poquito peor todavía, porque a los dos ingredientes anteriores le añaden cocaína.
Mientras unos la promueven en las calles de Juárez, otros no la quieren ni ver en el mercado local y prefieren que se vaya toda la mercancía de ese tipo hacia los Estados Unidos.
El pasado fin de semana, hubo al menos dos hechos violentos relacionados con ese comercio ilícito.
El del mayor número de víctimas fue el ataque de un grupo armado contra personas que se encontraban en un velorio, donde mataron a seis personas, incluido un niño de 11 años.
Jáuregui Moreno atribuyó ese hecho a la disputa entre grupos por la distribución de drogas. “Hay un grupo que dice que le está pegando a quienes venden cristal”, dijo a los medios de comunicación.
La masacre en el velorio, en la colonia a colonia Héroes de la Revolución, de Ciudad Juárez tuvo que ver con rencillas “de la misma colonia”, agregó.
Lo que preocupa ahora a las autoridades es que la criminalidad se haya dispersado y prácticamente “pulverizado” entre grupos que desde años se pelean la supremacía, y otros meramente regionales que tienen su foco de influencia.
A ver en qué acaba todo esto.
………………
No todo fue miel sobre hojuelas, al menos para los visitantes del Africam Safari que pensaron que la llegada de Benito iba a ser de a gratis, como acá en Juaritos.
Durante los ocho meses que permaneció Benito en el Parque Central, nunca se cobró por acercarse a convivir con él.
Sin embargo, en el afamado parque de conservación animal de Puebla, habrá qué sacarse los chelines de la bolsa para ver de cerca, a la más juarense de las jirafas.
Si usted visita el santuario animal, le cobraran la módica cantidad de 850 pesos, que le incluye la entrada general y un camión para acercarse a visitar a Benito y a las otras especies que le acompañan.
Ahora, si usted quiere visitar junto a su pareja o amigos y armar una convivencia en un desayuno, le cobrarán mil 800 pesos por persona. En el picnic “Wild Brunch”, como le llaman en el Africam, los visitantes conviven junto a las jirafas.
Si no quiere comer y nada más quiere ir con su pareja y tomarse unos tragos junto a la vida salvaje, le cobrarán 699 pesos por persona por unos “Wild Drinks”, que le incluyen cuatro cocteles exóticos con temática africana.
Pero bien vale precisar que el costo de vivir las experiencias ‘benitinas’ es aparte de la entrada al parque, que ronda los 385 pesos por adulto y 375 por niño y le cobran a partir de los 3 años y si ya tiene 12 el chamaco, ya paga como mayor.
Si usted tuvo el privilegio de tomarse una foto o alimentar a Benito en Juárez, dese por satisfecho, pero si se quedó con las ganas de conocerlo, hay otros paquetes que están iguales o más caros. Vaya metiéndole monedas al cochinito, porque no le va a salir gratis.
Esa es la cuenta que le pasarán por ver a una jirafa que paseaba en el Parque Central de Juárez sin cobrarle a nadie un centavo, hasta que se convirtió en todo un rock star en las redes sociales.