Dio nota en la semana el acelere de Sergio Nevárez, el director ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, quien levantó la mano por la candidatura del PAN para la alcaldía juarense.
Pero los aceleres están por todos lados, en los distintos partidos y por diferentes cargos. Ahora sí que esto ya está descontrolado, cuando faltan un año y 10 meses para las elecciones del 2027.
La efervescencia electoral anticipada, evidente en parte, pero también soterrada, genera tensiones partidistas internas; también desencuentros institucionales por el choque de proyectos y todo lo que estará en juego con la renovación de la gubernatura y los principales municipios.
Afloran distintas prácticas de promoción personalizada que evidencian el rebase de la normatividad electoral y los grandes retos en el tema de la fiscalización de los recursos utilizados.
Y aunque hay riesgos de tronar en el intento, de salir chamuscados, o de no despegar pese a los afanes campañeros, distintas figuras parecen estar decididas a jugar su suerte o por lo menos a sondear sus posibilidades. Como siempre, también hay quienes le tiran a lo más grande para estar después en posibilidades de concretar otro proyecto menor o seguir en la jugada política.
Si hablamos de Juárez, hay movimiento en las dos principales fuerzas políticas que pelearán en el 2027 por el poder estatal, por lo que la elección local no puede desvincularse del escenario mayor, ni los actores municipales desconectarse del juego político estatal.
De ahí que por el lado del PAN haya refuego interno, incluso a sabiendas de que la plaza es bastión morenista. La estadística electoral y las encuestas realizadas sin afanes propagandísticos o mercantiles, coinciden en eso.

Además de Sergio Nevárez, anda encuerdada Austria Galindo, la subsecretaria de Desarrollo Humano y Bien Común. Igual que ocurrió con Nevárez, en favor de Austria aparecieron bardas con propaganda informal y no oficial o institucional, pintadas con leyendas que buscan posicionar su nombre entre la población juarense.
Ni Nevárez ni Galindo son los primeros que utilizan ese recurso para posicionarse. Figuras morenistas han intentado incidir de esa manera cuando en los procesos internos se recurre a las encuestas para definir candidaturas. Hablamos desde las corcholatas presidenciales, hasta quienes aspiraron al Senado el año pasado o incluso quienes buscaron el refrendo en sus cargos, como el alcalde Cruz Pérez Cuéllar.
Desde entonces se abrió el debate sobre las normas que se pasan por alto, no únicamente en materia de fiscalización, también en cuanto a criterios de imagen y desarrollo urbano, por el uso y saturación de espacios públicos y privados.
Ahora, hasta campañas informales se despliegan con ese tipo de pintas, para intentar influir en una mejor evaluación del Gobierno del Estado o de la gobernadora Maru Campos. A final de cuentas, hay una estrategia con el fin último de no entregar la estafeta a otra opción partidista distinta.
En el caso de Nevárez y Galindo, ambas figuras traen todo el apoyo de las estructuras y los presupuestos institucionales para entregar obras y apoyos sociales que logren impactos electorales. Otro cuadro que forma parte de la estructura gubernamental estatal, el recaudador Raúl García Ruiz, despliega también su propia promoción personalizada, aprovechando su cargo. Se suma a la lista de los aceleres, la diputada local Xóchitl Contreras.
Puede haber otras cartas que se integren al juego o se impulsen desde el grupo en el poder a la hora de las definiciones, pero si hablamos de quienes evidentemente se mueven para su proyecto, tenemos esas cuatro opciones azules.
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En la acera morenista y para el escenario local, quien sería ejemplo claro de un personaje acelerado y encampañado con anticipación, es el senador Juan Carlos Loera.
Aunque no deja de tener veladora encendida por la gubernatura, su apuesta más abierta es por la Presidencia Municipal. Si no está en la Ciudad de México, acá concentra su agenda y sus recursos humanos y económicos. Poco va a la capital o a otras partes del estado, en comparación con esta frontera.
En su enfoque por la ciudad y como estrategia de posicionamiento, es frecuente que cuestione la gestión del alcalde Pérez Cuéllar, con el doble objetivo de debilitarlo en el proyecto estatal, pero también en lo que toca a la sucesión local, donde el presidente municipal tiene sus propias cartas.
Con todo y los lineamientos morenistas en contra de la herencia familiar en candidaturas, el proyecto que mayor atención recibe desde el equipo de la Presidencia Municipal, es el del diputado federal Alejandro Pérez Cuéllar, quien ganó esa posición siglado por el Partido Verde, pero apoyado por la marca Morena.
El alcalde ha trabajado para consolidar la alianza con el Verde para lo que se pueda ofrecer, tanto en el escenario estatal como en el municipal. Alejandro despliega en Juárez una intensa agenda con grupos de la sociedad civil, gremios empresariales y de profesionistas, al tiempo en que acompaña al alcalde en sus salidas de fin de semana por los municipios.
Por Morena, hay otra figura ascendente que realiza trabajo político en todo el estado, pero también marca su preferencia por Juárez. Nos referimos a Mayra Chávez, la delegada de la Secretaría de Bienestar y por lo tanto, operadora de la poderosa Ariadna Montiel.
Se menciona incluso como opción del equipo montielista si la propia secretaria no le entra por la gubernatura, aunque con mayores fortalezas para Juárez, donde también pasa su mayor tiempo y no desaprovecha para recorrer el territorio, tal como ocurrió esta semana, con la campaña de registro para la Pensión Bienestar para mujeres de 60 a 64 años.
Las negociaciones internas (respaldadas o no por lo que digan las encuestas) pueden mover todos los escenarios cuando llegue el momento, pero de que Mayra trabaja con la prioridad de sacar ventaja en Juárez, de eso no hay duda.
No propiamente que ande desatado en esa encomienda, pero por parte del equipo montielista, la carta fuerte si hablamos de hombres, es Cuauhtémoc Estrada, el coordinador de la bancada morenista en el Congreso del Estado.
El diputado por el Distrito VIII, no desatiende sus funciones en el Congreso, pero sí aprovecha cuando no hay sesiones o es fin de semana para mantener su presencia en Juárez. Las últimas semanas ha desplegado una estrategia de asambleas informativas por municipios del estado, por lo que incluso se puede observar que hay intento de posicionarlo a nivel estatal, por si se ofrece la opción de una candidatura mayor.
Esos proyectos son los más activos, aunque no necesariamente son los únicos prospectos. En la lista por Juárez también se pueden incluir por el lado montielista, a la presidenta del Congreso, Lizzy Guzmán y al diputado Pedro Torres, por su cercanía con la secretaria.
Del equipo de la Presidencia Municipal, también entran en esa categoría de prospectos, el secretario del Ayuntamiento, Héctor Ortiz y la síndica Municipal, Ana Carmen Estrada.
Un poco más por la libre, nunca ha dejado de tener el mismo objetivo en la mira, el diputado federal Daniel Murguía Lardizábal, el hermano del finado exalcalde que consiguió dos veces la posición por el PRI, Héctor “Teto” Murguía.
Sin embargo, las figuras más visibles, con movimientos anticipados para posicionarse, son hasta el momento tres: Loera, Mayra y Cuauhtémoc. Con las cuatro figuras panistas, suman 7 los hombres y las mujeres que se enfocan en el mismo objetivo, aunque los prospectos alcancen una veintena.
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Si regresamos a los aceleres, pero en el plano estatal, también tenemos ejemplos para llevar. Morena marcó la pauta. Prácticamente desde un día después de las elecciones del 2024, Andrea Chávez y Cruz Pérez Cuéllar se encaminaron por su proyecto por la gubernatura.
Empezaron a construir alianzas, a recorrer el territorio y a posicionarse en medios y en anuncios espectaculares.
Andrea implementó además las caravanas médicas en Juárez y en algunos otros municipios del estado, con vehículos que mostraban su nombre y su rostro, asociados con el color guinda del partido y del Gobierno federal, además del concepto de Bienestar de los programas sociales.
Así hizo promoción personalizada hasta que fue frenada por el regaño presidencial de Claudia Sheinbaum, quien poniendo el caso de Andrea como ejemplo del descontrol, pidió a Morena y a sus dirigentes fijar reglas claras para evitar el dispendio y las campañas anticipadas.
Hasta ahí llegaron las caravanas médicas, estrategia que se puso bajo el escrutinio nacional cuando se denunció que esas unidades eran financiadas ilegalmente por un empresario amigo de Adán Augusto López, quien ya había otorgado en otros estados ese tipo de proveeduría y servicios.
También desaparecieron los anuncios espectaculares de Andrea que promocionaban supuestas entrevistas periodísticas. Lo mismo en el caso del alcalde Pérez Cuéllar.
Pero sus giras no han cesado. La senadora lleva un mes y medio en su “Vuelta a Chihuahua en 60 días”, mientras no hay periodo ordinario de sesiones. El alcalde mantiene las visitas de fin de semana a los municipios, ya sea para promover la campaña de afiliación a Morena, o para hacer entrega de donativos de vehículos o equipamiento para otros ayuntamientos.
Ese activismo político, mezclado con el choque coyuntural de versiones oficiales entre Estado y Municipio en torno al caso de los exámenes de confianza aplicados o no al policía municipal Galdino “N”, alias El Monter, devino en reclamo de la gobernadora Maru Campos.
“Anda corriendo por todo el estado, menos en Juárez. Bueno, pues eso lo sabrán los juarenses. Yocreo que es importante que los juarenses sepan que su alcalde está trabajando en Parral u otros municipios, menos en Juárez. Y, sobre todo, que lo sepan también las Cámaras y los organismos empresariales”, dijo la mandataria cuando los periodistas le pidieron un posicionamiento.
Desde luego que hubo respuesta del alcalde, quien se dijo sorprendido de las declaraciones de la gobernadora, ya que afirma que no ha dejado de trabajar en beneficio de la ciudad “y estamos aquí desde temprano”.
“Vivimos en un país libre y hay libertad de tránsito, y cuando nos invitan amigos y amigas de todo el estado, acudimos, pero nunca descuidando el trabajo que hemos hecho”, indicó Pérez Cuéllar, quien aseguró que los domingos aprovecha para visitar los municipios a los que es invitado.
El desencuentro se presentó poco después de que entre Municipio y Estado hubo acuerdos importantes para proyectos que estaban atorados, como el arranque de la obra de ampliación de avenida De las Torres y la definición de la ubicación del Centro de Convenciones a partir de la donación de un predio por parte de un particular.
El debate y la polémica están abiertos. El alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, la carta más fuerte del PAN por la gubernatura, también anda desatado en sus afanes por la candidatura, siguiendo los pasos de las figuras morenistas que adelantaron todos los tiempos.
Aunque con apariciones esporádicas, Bonilla ha estado en algunos municipios, como Juárez y Parral, también en fines de semanas y con meros afanes de posicionamiento, aunque con actividades más enfocadas a la dinámica partidista. De cualquier forma, a donde lo invitan va. ¿Lo hará de igual manera luego de que la gobernadora cuestionó el activismo de Pérez Cuéllar?
Po cierto, Bonilla prácticamente es el único aspirante a la gubernatura que mantiene carteleras de promoción con su nombre y su imagen. Había lanzado una campaña en noviembre del 2024 para no quedarse atrás frente a los aceleres guindas. Ahora tiene arriba una más, igualmente, de supuesta promoción a una entrevista periodística. Hay bastante despliegue y eso quiere decir que hay recursos.
Recientemente, Bonilla sumó aquí su propia campaña informal de pintas en bardas. “Qué Bonilla es Juárez”, dice el juego de palabras para posicionar al alcalde juarense.
Lo dicho, la fiscalización está rebasada, lo mismo que los controles de imagen urbana y el uso de bardas privadas o espacios que son parte del equipamiento de la ciudad.
Nada y nadie frena los aceleres. Por el PAN, Bonilla despunta en su exposición y mantiene las preferencias internas, de acuerdo a distintas encuestas. Cuando otros aspirantes recibieron luz verde en Palacio para posicionarse, hubo algunos intentos, como los del alcalde de Delicias, Jesús Valenciano, o de la alcaldesa de Meoqui, Miriam Soto. Pero no despuntaron. Tampoco en el caso de Gilberto Loya, el secretario de Seguridad Pública Estatal.
Se movió estratégicamente el fiscal César Jáuregui Robles, pero su jugada siempre fue posicionarse por la alcaldía de Chihuahua.
Según la úlitima encuesta de Rubrum, Bonilla tiene la preferencia del 75.1 por ciento de quienes simpatizan con el PAN, mientras que Daniela Álvarez, la presidenta estatal, apareció con el 16 por ciento. Gilberto Loya se quedó con el 5.5 por ciento y Jesús Valenciano con el 3.4 por ciento.
Faltan 22 meses para la elección de junio del 2027, pero ni Bonilla, ni Cruz, ni Andrea se detienen. Los tres siguen igual de encuerdados.
Don Mirone