Uno de los primeros movimientos que ya hizo Carlos Manuel Salas como nuevo fiscal de Distrito Zona Norte, fue el nombramiento de la experimentada abogada Juana María Castañeda Terrazas, como coordinadora de los agentes del Ministerio Público en esta ciudad.
Castañeda tiene una larga experiencia con más de 20 años en la representación social, desde que existía la figura de la Procuraduría de Justicia del Estado, hasta ahora que es Fiscalía General.
Formó parte del equipo de confianza de la exprocuradora de triste memoria Patricia González, quien la hizo coordinadora del Ministerio Público en esta frontera. Con el cambio de Gobierno y la llegada de Jorge González Nicolás como Fiscal de la Zona Norte, este la mantuvo en el cargo hasta que fue enviada a Chihuahua donde conservó su plaza de MP.
Durante todo el quinquenio de Corral, Juana Castañeda fue relegada al trabajo de la tropa, a pesar de su amplio conocimiento en el manejo de una dependencia tan complicada y saturada como la Fiscalía de zona.
Ahora que Carlos Salas la designa nuevamente como coordinadora y se convierte tácitamente en su brazo derecho, podrá agilizar el desempeño de la dependencia que ya conoce a la perfección, aunque primero tendrá que desprenderse de las ligas que tiene con la exprocuradora.
En términos generales, su designación fue vista con buenos ojos por el personal de la Fiscalía, donde únicamente los que integraban el círculo cercano de Jesús Carrasco, siguen en la incertidumbre, esperando alguna recomendación que los mantenga en la nómina o los cambien de adscripción.
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Con la cola entre las patas, como los chuchos regañados, andaba ayer en la Presidencia Municipal el regidor Jorge Gutiérrez Casas, por las críticas que recibió después de que trascendió el adjetivo despectivo que le dirigió a la regidora Cecilia Reyes Castro, durante una reunión de trabajo, donde la llamó gárgola.
Regidores y regidoras de todas las fracciones, se solidarizaron con Reyes Castro y algunas hasta le recomendaron que actúe ante las instancias correspondientes, para que no permita que le vuelva a faltar al respeto como lo hizo… y en una mesa de trabajo donde la mayoría de los presentes eran mujeres.
Bueno, de qué tamaño sería el rebote de su imprudencia, que, hasta su compañera de fracción, Mireya Porras, se lavó las manos y marcó sana distancia, evidenciando preocupación por la actitud intolerante del tetista.
El asunto repercutió hasta la capital del estado, desde donde le informaron a Mirone, que dirigentes morenistas le recomendaron a Cecilia que amplíe la denuncia que tiene, por violencia política de género, e incluya en el paquete a Jorgito, por “bocón”.
Incluso, le dijeron, que están enterados que el irascible regidor es recurrente en su actitud contra las mujeres regidoras del ayuntamiento de Juárez, lo cual robustece la procedencia de la denuncia.
Y no es mentira ni cuestión de rumores, la práctica de esa mala actitud que Jorge ejerce contra sus compañeras, pues según le cuentan a este escribidor, en otra ocasión reciente maltrató a Vanessa Mora, regidora de Morena.
Cuentan las chismosonas fuentes, que el incidente ocurrió al término de una sesión previa de Cabildo, cuando el regidor Gutiérrez quería seguir discutiendo un punto y la regidora Mora lo reconvino, lo que desató su molestia diciéndole en tono despectivo y de burla, palabras más, palabras menos, “si tiene prisa, váyase a su casa a poner los frijoles”.
Por eso ya le dicen Jorgito, el regidor Lamborghini, porque en cuestión de ira acelera de 0 a 100 en tres patadas.
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Con el movimiento de César Jáuregui de la Secretaría General a la Fiscalía del Estado, quedó en el limbo, el seguimiento de las reuniones de coordinación y grilla que venía realizando mensualmente con los dirigentes estatales del PAN, PRI y PRD.
Los jefes estatales de esos partidos, no saben aún si el “war room” que se venía realizando en las oficinas de Palacio, donde analizaban la situación política en el estado y las acciones de fortalecimiento de Morena rumbo al 2024, las seguirá convocando y coordinando el nuevo fiscal, por todas las broncas que tiene que resolver en materia de procuración de justicia, o bien, las retomará Santiago de la Peña.
En las reuniones, que se planteaban como mesas de trabajo pero que en realidad eran sesiones de análisis político y estrategias, participaban Alejandro Domínguez, Gabriel Díaz y Pavel Aguilar y, según nos cuentan fuentes del tricolor estatal, iban muy alineadas con los objetivos que persigue la Alianza Va por México en el 2024.
Muchos nombres de grillos activos de la entidad de los tres partidos, “cuadros” como le dicen los políticos, se han analizado en ese “war room”, porque ven que, en Morena, a pesar de su canibalismo interno, ya se comienzan a asomar los perfiles de los que quieren y pueden.
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Por cierto, que nos dicen que la que ya comenzó a velar armas para buscar la candidatura a la senaduría por el PRI, con la bendición del devaluado Alito Moreno, es la chihuahuense Graciela Ortiz.
Ese fue el propósito de la reunión que en días pasados tuvo en la capital del país a puerta cerrada con 15 picudos priistas, muchos de ellos miembros del Comité Directivo estatal, como Mónica Meléndez, dirigente de las redes MX; Ricardo Santana, líder de lo que queda del otrora poderoso Movimiento Territorial; Kenia Durán, la secretaria general del CDE y hasta el secretario particular de Alejandro Domínguez, Edgar González.
Lo interesante y chusco del asunto, es que, Alejandro Domínguez, supuesto aliado incondicional de Graciela, también quiere ser candidato a senador y tendría que atravesársele a su patrona, quien ya le comió el mandado con la mitad de su equipo.
A ver si al “alito chihuahuita” no le pasa lo que a Omar Bazán, cuando le quiso competir a Graciela por la candidatura a la gubernatura en el 2021 y se quedó chiflando en la loma y hasta enemistado.
Lo cierto es que, además de José Reyes Baeza, que ha sido mencionado con insistencia por las huestes desbalagadas del PRI, solamente la actual secretaria de organización del PRI nacional, Chela Ortíz, tiene la trayectoria y el peso político para alcanzar la postulación, sobre todo si se la otorga Alito, aunque le falte lo mero bueno: suficientes priistas para ganar una elección de ese tamaño.