A 16 días de las elecciones, los candidatos a la alcaldía juarense mostraron en el debate qué tan preparados y respaldados están para articular sus propuestas para la ciudad en materia de movilidad, obras y servicios públicos.
Pese a lo limitado en tiempos que puede ser un ejercicio de esta naturaleza (para desarrollar o detallar proyectos o propuestas), fue suficiente en este caso para saber qué trae cada quién en su alforja y en la de sus equipos.
También el debate sirvió para saber de qué carecen o si no han podido articular proyectos concretos para atender distintas problemáticas vinculadas con la infraestructura que Juárez necesita, aunque el debate versó además sobre el tema de seguridad, un rubro que por sí mismo da para un análisis aparte.
Con poco menos de tres años de gestión al frente de la administración municipal, el candidato de Morena-PT que busca la reelección, Cruz Pérez Cuéllar, planteó una narrativa de continuidad de planes, dando por sentado que la ciudad va bien, una visión diametralmente opuesta a la que destaca la oposición, con base en el deterioro visible y en el déficit innegable de infraestructura urbana.
Uno de los problemas que más le duele a la ciudad es el de los baches. Aunque pudiera tratarse de simple operación cotidiana, hay un asunto de fondo no resuelto por la falta de mantenimiento sistemático y periódico en las calles y el resto de infraestructura. En general, las obras se hacen, pero no se considera suficiencia presupuestal para evitar su deterioro.
Nadie en el debate detalló esquema alguno que lo resuelva de fondo. En las preguntas ciudadanas, desde luego que surgió el planteamiento dentro del tema de obras y servicios públicos, el cual se le hizo particularmente a Rogelio Loya Luna, el abanderado de la coalición PAN-PRI-PRD.
El panista habló de bachear sin moches y sin sobreprecios; también se comprometió a que el Gobierno Municipal cubra el costo por daños en vehículos y neumáticos a los afectados por la mala condición de las calles. Hasta ahí llegó su propuesta.
En otro momento del ejercicio, Jaime Rodríguez Flores, candidato del Partido Pueblo, señaló que, ante las condiciones tan deterioradas de las calles de la ciudad, no procede un programa de bacheo, sino una repavimentación total con concreto hidráulico.
Jesús Enrique Romanillo Leyva, candidato del Partido Republicano Chihuahua, propuso también el uso del concreto, pero con obligado mantenimiento cada tres años, para que dure hasta 50 años “como en las grandes urbes”.
A Fernando Rodríguez Giner, el abanderado del Partido Verde Ecologista de México, se le pidió plantear una propuesta para facilitar la movilidad de las personas con alguna discapacidad. Respondió que se debe de hacer un rediseño de las áreas públicas, incluyendo banquetas y paraderos de transporte. Criticó las banquetas irregulares, los hoyos y los baches que impiden la movilidad en general en toda la ciudad, pero con énfasis en zonas de gran concentración peatonal como los mercados.
Habló de replantear y crear un sistema integral de movilidad, pero no tuvo oportunidad de desarrollarlo.
Esa fue otra coincidencia en el debate: colocar en la agenda como una prioridad, la adecuación de la infraestructura vial y peatonal para las personas con algún tipo de discapacidad. Si la ciudad no es amigable para los peatones en general, menos para quienes presentan alguna otra situación especial que les dificulta su movilidad.
Rogelio Loya Luna propuso al respecto y en términos muy genéricos, “obras incluyentes”, con banquetas, accesos para sillas de ruedas, “respeto a ciclistas y al peatón”, además de semáforos sonoros para débiles visuales, buscando una “movilidad más segura” para los más vulnerables.
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A Jaime Flores Aguirre, candidato del Partido Pueblo, se le pidió definir una estrategia para el cuidado del agua en la ciudad. No la detalló, aunque sí identificó un problema de fondo, tampoco resuelto o atendido debidamente hasta hoy, y que está en el origen de los enormes déficits que arrastra Juárez en servicios a infraestructura: la dispersión urbana.
Por eso propuso la urgente densificación para facilitar la cobertura de servicios y la implementación de un “plan de urbanización antropológica” que tampoco explicó.
Máquina de Fuego sugirió implementar, como plan de contingencia, llevar agua a las zonas más apartadas por medio de pipas, lo que ya de alguna manera hacen tanto el Gobierno Municipal como la Junta Municipal de Agua y Saneamiento. Flores Aguirre ni siquiera agotó el tiempo de minuto y medio para presentar su propuesta.
A Jesús Enrique Romanillo Leyva, candidato del Partido Republicano Chihuahua, se le solicitó una propuesta para proporcionar alumbrado público y mejorar el Camino Real.
Habló de fiascos y obras mal estructuradas y realizadas para favorecer intereses específicos de ciertos empresarios. Se comprometió a rehabilitar y reconstruir la vialidad, además de ampliar la infraestructura para conectar con más colonias de la zona. Tampoco detalló el cómo.
Al alcalde con licencia, Cruz Pérez Cuéllar se le preguntó qué haría para reforestar las áreas verdes de las principales vialidades de la ciudad y garantizar su mantenimiento.
Su respuesta se enfocó en acciones presuntamente ya realizadas, como el rescate del Parque Chamizal y su vivero, además de una crítica a la reducción de la inversión en la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (descentralizada estatal) para habilitar la línea morada o de agua tratada, necesaria para regar áreas verdes.
Atender los parques públicos que sufren abandono o no están debidamente equipados, fue un punto coincidente en varios de los candidatos opositores. Sin duda es tema fundamental en la agenda pendiente de la ciudad.
Fernando Rodríguez Giner, abanderado del Partido Verde Ecologista de México, propuso equipar los parques con sistemas para almacenar agua tratada y poder regar así las áreas verdes, luego de que se cancelaron las tomas de agua potable para el riego, lo que ha generado que mueran muchos árboles.
En otra de sus intervenciones, Cruz Pérez Cuéllar comprometió la construcción de dos “superparques”, ubicando uno de ellos en el norponiente de la ciudad, en las inmediaciones del presón que se localiza junto a Rancho Anapra.
A la síndica con licencia y abanderada de Movimiento Ciudadano, Esther Mejía Cruz, se le cuestionó si apoyaría la inversión municipal para rehabilitar escuelas, luego de que la actual administración destinó en los dos últimos años al menos 168 millones de pesos para 160 planteles educativos, en un esquema con amplio riesgo de corrupción, y en el cual se han documentado obras con evidente sobreprecio.
Mejía, quien presentó denuncia sobre el caso en la Fiscalía Anticorrupción, aseguró que en ese programa se entregaban apenas entre el 30 y 40 por ciento de las obras que podían hacerse con los montos asignados.
La candidata se pronunció por acabar con esos subsidios y dejar que las administraciones estatal y federal asuman la inversión, ante el enorme déficit que sí le corresponde atender al Gobierno municipal, como son las calles y vialidades.
No dijo cómo operaría, pero señaló que debe implementarse un “programa ejecutivo”, con apoyo de especialistas para atender la pavimentación de todas las calles de la ciudad.
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En otros momentos del debate, incluso cuando se les habían hecho otras preguntas a los candidatos, se plantearon o enunciaron algunas otras propuestas específicas en el tema de obras y servicios, que vale la pena recuperar.
Por ejemplo, Rogelio Loya propuso construir dos polideportivos y además transformar el bordo del río Bravo en un parque lineal de 35 kilómetros, con iluminación, cámaras de seguridad, áreas de descanso, sombras, áreas recreativas y zonas para mascotas.
El candidato panista dijo que implementaría el programa “10 por tu colonia” para atender integralmente el bacheo, iluminación, pintura, rehabilitación de parques, señalización vial, retiro de autos chatarra, remozamiento de banquetas, limpieza de lotes baldíos, reforestación y mejoramiento de escuelas.
Esther Mejía Cruz ofreció construir más puentes y pasos a desnivel en las vialidades más transitadas para reducir los tiempos de traslado, aunque no especificó en qué punto serían prioritarias esas obras.
Se comprometió a gestionar ante autoridades federales mexicanas y el Gobierno de Estados Unidos, un nuevo cruce internacional en la zona Juárez-El Paso.
El panista Rogelio Loya también comprometió el apoyo presidencial, de ganar Xóchitl Gálvez, para gestionar cruces más ágiles en la frontera.
Además, Loya propuso la ampliación del bulevar Cuatro Siglos o Juan Pablo Segundo, en el tramo de Antonio J. Bermúdez hasta la Francisco Villarreal Torres.
También urgió a equipar la ciudad con semáforos inteligentes, ya que actualmente no existe la sincronización en la gran mayoría de las vialidades.
El candidato aseguró que se pueden hacer “las grandes obras” con los 10 mil millones de pesos que prometió para Juárez, la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez.
Cruz Pérez Cuéllar reiteró su plan municipal de obras, que incluye la ampliación de la avenida De las Torres, al sur de la ciudad, como parte complementaria al Distribuidor Vial Talamás que actualmente se ejecuta en aquella zona del suroriente, saturada y carente de conectividad vial.
En la zona fácilmente son identificables otras grandes obras pendientes, como la ampliación de la Santiago Troncoso, el bulevar Henequén y el bulevar Miguel de la Madrid.
El candidato de Morena y el PT, aseguró que su plan de obra incluye una gaza en la carretera Juárez-El Porvenir, para ingresar a Riberas del Bravo y otra más en Oro y Norzagaray.
Pérez Cuéllar aseguró que de ganar Claudia Sheinbaum la Presidencia de la República, habrá apoyo en Juárez para muchas obras más y se atenderá la necesidad de un sistema de transporte público más eficiente.
Fernando Rodríguez Giner propuso que el sector empresarial acepte de nuevo una sobretasa al Impuesto Sobre Nómina (de 0.5 por ciento) para crear un fondo para obra pública en Ciudad Juárez. De acuerdo con el candidato, esa opción podría generar 600 millones de pesos “al mes”.
Jesús Enrique Romanillo Leyva, quien es médico de profesión, sugirió crear un Hospital Civil a cargo del Gobierno Municipal para poder hacer frente a la crisis de atención médica que sufren los juarenses, por la falta de infraestructura estatal y federal, sobre todo en materia de urgencias.
También propuso crear guarderías de cuidado infantil 24/7 para hijos de mujeres solteras y “asilos de ancianos de vida”.
Esther Mejía ofreció activar el Mercado Juárez y convertirlo en “el mejor centro artesanal de México”, además de recuperar todo el Centro Histórico.
En cuanto a competitividad de la ciudad y atracciones de visitantes, Romanillo Leyva propuso la construcción del Centro de Convenciones, un proyecto que está atorado desde hace más de dos décadas, aunque no se trate de una obra propiamente municipal.
Si se revisan todas las obras sugeridas, se puede concluir que el gran problema de la ciudad no es que falten propuestas, sino que se resuelva la suficiencia presupuestal para ejecutarlas.
Ahí está el tema más estructural y de fondo. Aunque se esbozaron alternativas en el debate, como crear un fondo de infraestructura especial para Juárez y hasta aplicar una sobretasa al Impuesto Sobre Nóminas para tener una opción de financiamiento, hay mucho todavía por discutir, definir y resolver.
Claramente, es el esquema fiscal, financiero y de justicia presupuestal, el que debe de ponerse sobre la mesa. Insistimos en que el rezago en infraestructura y servicios nunca se abatirá, si no existe en esa misma mesa, el concurso de los tres órdenes de Gobierno.
Lo más paradójico de todo, es que el proceso electoral permite tener el diagnóstico y panorama de lo que Juárez requiere, pero la competencia política no ofrece incentivo alguno para que los distintos actores, en Gobiernos yuxtapuestos, se pongan siquiera de acuerdo en lo que es prioritario para la ciudad.