La renovación de las consejerías del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública, el Ichitaip, tienen que quedar aprobadas y puestas en vigor en este año—lo que le queda—y parece que al Congreso del Estado ya se le olvidó.
O no lo tiene entre sus pendientes el Legislativo, o de plano están esperando que desde el Palacio de Gobierno les llegue la línea, si no es que la terna completa para emitir su voto cedular y elegir a las o los tres consejeros que cubrirán los sitios que dejarán libres los actuales.
En los meses próximos, terminan los períodos de Alejandro de la Rocha, Rodolfo Leyva y de la actual presidenta, Amelia Lucía Martínez, pero si su gestión terminara hoy, es más, si fuera en este mes, no tendrían a quién entregarle las llaves del edificio.
De acuerdo con el artículo 64, en numeral XV, fracción C), es el Congreso quien debe “Elegir y remover a las personas comisionadas del Instituto Chihuahuense para la Transparencia y Acceso a la Información Pública”, pero al parecer no tienen para cuándo.
Y mientras allá en la Torre Legislativa les corre atole por las venas, tres destacados miembros del Partido Acción Nacional se mueven ya para obtener los cargos que dejarán vacantes los consejeros salientes.
Se trata de Edgar Olivas Mariñelarena, Antonio Olivas y Carmen Posada, todos, con filiación panista.
El primero es el actual titular del Departamento de Capacitación del Ichitaip, por lo que, a simple vista, luce como uno de los favoritos para ocupar uno de esos asientos.
Sin embargo, su nombre quedó plasmado en una orden de aprehensión múltiple que emitió la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado en agosto de 2009, durante el gobierno de José Reyes Baeza.
A él, a otros siete funcionarios del ayuntamiento capitalino 2004-2007 que presidió Juan Blanco Zaldívar, y a tres particulares, se les giraron sendas órdenes de captura por presuntos actos de corrupción.
El caso, sin embargo, quedó en el olvido durante la gestión de César Duarte en el Gobierno del Estado y de Marco Adán Quezada en el ayuntamiento de Chihuahua.
Los otros dos aspirantes tienen experiencia en el ramo y, al parecer, bendiciones desde las alturas. Antonio Olivas Martínez es el titular de la Unidad de Transparencia y tiene una excelente relación con Mario Vázquez Robles, el excoordinador de la mayoría panista, mientras que la, Carmen Posadas, es la jefa del Departamento de Transparencia Proactiva y Gobierno Abierto.
Habrá que esperar quién más se suma a la lista y si los “morenos” no anotan a sus propios candidatos.
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El estado de Chihuahua se mantuvo con bajas tasas de desocupación durante el mes de agosto pasado, lo que permite mantener en alto la bandera del “pleno empleo” en casi todo el territorio.
Según la información publicada por el INEGI este viernes 29, la tasa de desempleo de Chihuahua fue de 2.7%, la 15ª más baja del país.
Son casi un millón de trabajadores inscritos ante el IMSS los que tiene la entidad, y poco menos del 40% se encuentran laborando en la informalidad.
También en ese rubro es uno de los estados con la tasa más baja, junto con Nuevo León y Querétaro.
Especialistas consultados nos comentan que es una muy buena noticia, y siempre lo será cuando se trate de empleo para las personas mayores de 15 años que están en condiciones de desempeñar un trabajo.
El otro dato que llama la atención, en el caso de Chihuahua, es que los márgenes de desempleo, si bien son bajos, se concentran principalmente entre la población que tiene estudios superiores o incluso de posgrado.
Sin embargo, también llama la atención el hecho de que casi se llegue al pleno empleo cuando están en puerta inversiones extranjeras que demandarán grandes cantidades de mano de obra.
Si con las condiciones actuales, la cantidad de personas en condiciones de trabajar que están disponibles es muy baja ¡qué será cuando comiencen a instalarse las industrias que actualmente operan en países asiáticos!
Felicidades pues, por la alta tasa de empleo, pero ahora falta ver de dónde sacamos más trabajadores para las nuevas plantas o las que ya están aquí, pero se van a ampliar.
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Poco a poco, los cuadros “estelares” del morenismo que anduvieron encampañados con Marcelo Ebrard se han ido incorporando a la caravana de la precandidata triunfadora, Claudia Sheinbaum, al tiempo que le mandan avisos a su ex “corcholato” de que lo quieren mucho, pero hasta ahí llegaron con él.
Casi todos y todas… excepto una.
Desde los morenos lares nos comentan que, no con muchas ganas, pero ya se regresó al redil el senador Rafael Espino de la Peña, una de las cabezas de playa que tenía Marcelo Ebrard en Chihuahua.
También, caminado lerdo pero sin perder dirección, regresó el diputado federal Daniel Murguía, su hermano Teto, aunque él no ostenta cargo alguno—pero bien que anda buscando uno—y la diputada federal Maité Vargas Meraz, quien coordinaba las agrupaciones que a empellones se disputaban la “trompa del tren” de la campaña marcelista.
Ahí la llevan, de uno en uno o en montoncito, recuperando gente para la campaña de Claudia, excepto una pieza que es fundamental.
Se trata de la senadora Bertha Caraveo, quien hasta la fecha no ha abjurado de su marcelismo ni le ha retirado su lealtad. Tampoco ha amagado con irse del partido ni de sumarse a alguna de las campañas contrarias a la 4T, sea el Frente Amplio o Movimiento Ciudadano.
Todavía este viernes, algunos analistas de la Ciudad de México daban por hecho que Marcelo Ebrard mantenía bajo su liderazgo a un grupo de diputados federales y senadores con los que podría cambiar la votación del paquete económico 2024, y más si se llegara a aliar con los partidos antagonistas a Morena.
Hasta este sábado, no había señales claras al respecto. Queda la semana próxima para saber de qué lado se sentará Bertha Caraveo en el Senado: con Morena y aliados, en defensa del último paquete económico de AMLO, o con Marcelo…y sabe Dios quién más.
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En silencio, sin hacer ruido y casi dejando la puerta emparejada, salió de la FGE el que fuera titular de la Fiscalía de Distrito Zona Norte, Jesús Manuel Carrasco Chacón.
El ahora exfuncionario ocupó varios cargos, entre ellos, el de fiscal Zona Occidente, con cabecera en Cuauhtémoc. Fue justamente en esa ocasión cuando participó en el operativo para aprehender a Jesús C., alias La Changa, quien era perseguido por la FGE como uno de los presuntos criminales más buscados.
En aquella ocasión, aclaró que el ataque no fue en su contra y, afortunadamente, resultó ileso.
Luego, fue reubicado como asesor en la Fiscalía General del Estado, cargo que abandonó recientemente para reintegrarse a sus labores jurídicas y académicas.
Carrasco Chacón es licenciado en Derecho, cuenta con Maestría en Gestión de Sistemas de Seguridad Pública; Especialización en Investigación Criminal y Litigación de Juicio Oral.
Suerte en sus nuevos proyectos.