En años recientes los juarenses hemos sentido y resentido los embates de la mala planeación de las autoridades de los tres niveles de Gobierno en lo que a infraestructura urbana se refiere, bueno, a eso y a otros males, pero hoy este escribidor se enfocará en lo que nos atañe, a las vialidades.
El anuncio por parte de las autoridades municipales de que a partir de viernes 17 se cerrará la circulación al tráfico vehicular en el puente Carlos Villarreal y el carril sur de la avenida Heroico Colegio Militar, en el tramo de la avenida Adolfo López Mateos a la calle Costa Rica, nos pondrá a prueba no solamente como automovilistas y peatones, sino como comunidad.
El cierre de esta vialidad, una de las más importantes de la ciudad, está completamente justificada, el puente Carlos Villarreal, desde hace casi 80 años de su creación, nunca había sido atendido y no fueron pocos los reclamos ante el peligro inminente que representaba, los que se hicieron hacer a través de distintas voces de la comunidad fronteriza.
Y los airados comentarios no eran para menos, la infraestructura del puente –o los puentes, ya que el Villarreal cuenta con dos cuerpos viales, uno que corre hacia el norte y otro hacia el sur–, tenía ya un alto grado de deterioro.
No en pocas ocasiones su parte inferior sufrió daños ocasionados por decenas de tráileres y camiones de carga que terminaron atorados, resquebrajándole; lo mismo se observaba en sus carriles, donde el agrietamiento había obligado a poner muros de concreto para evitar hundimientos u otro tipo de tragedias.
Según el anuncio oficial que han venido difundiendo las autoridades, la obra tendrá un costo estimado en los 100 millones de pesos y una duración de los trabajos por seis meses.
En este tiempo, que esperemos sea el idóneo para que la obra avance conforme a lo establecido, el papel que jugará la comunidad fronteriza será fundamental para que, al menos en el aspecto de la circulación vehicular, sea ágil y provoque los menores dolores de cabeza posibles.
Atender el llamado de los policías viales va a ser clave durante los primeros días en los que juarenses, paseños y visitantes de otras latitudes se adapten al nuevo sistema de circulación, en el que al ámbito empresarial, nos referimos a la industria maquiladora, juegue también la parte que le corresponde y no se convierta en un monstro de mil cabezas que ponga en peligro a los demás automovilistas.
El cierre de esta arteria es tan inevitable como necesario y no hay vuelta atrás, lo único que podemos pedir a las autoridades es que den muestra de cómo sí se hacen las cosas para que esta obra, que será en beneficio de la comunidad, no termine siendo otro caos como el que se vivió por meses en el sur de la ciudad, con la construcción del Puente Eterno.
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Tremenda conmoción causó en Juárez, el tiroteo registrado en el área de comidas en el interior de Cielo Vista Mall, que dejó un saldo de un muerto, tres heridos y dos sospechosos detenidos como presuntos responsables, pero sobre todo, una lección de la rápida reacción de las autoridades policiacas.
Cientos de mensajes impregnados de miedo, videos de la zona del tiroteo, imágenes de decenas de patrullas de la Policía, del Sheriff, del equipo SWAT, del FBI, de ambulancias, de individuos detenidos y esposados pecho tierra en las afueras del centro comercial, clientes saliendo con las manos en alto de las tiendas, pero, sobre todo, de gente corriendo con pánico en los pasillos del centro comercial, inundaron las redes fronterizas y mantuvieron la atención en el desarrollo del violento suceso.
Los juarenses reaccionaron a la noticia conmocionados, como si de este lado de la frontera no tuviéramos todos los días una cuota alta de muertos, a causa de ejecuciones y hechos violentos de alto impacto; comportamiento colectivo que mostró el rostro de lo que los neurocientíficos llaman efectos traumáticos, en una población que vive inmersa en la violencia, producto de la inseguridad.
Pueden ser muchas razones por las que hubo esta reacción en la población, como el hecho de que El Paso sea considerada aún la segunda ciudad más segura de los Estados Unidos; que al otro lado del Bravo la Policía actúa en caliente y detiene a los presuntos culpables y el hecho de que miles de juarenses tenemos un pariente, un amigo o conocido en esa comunidad vecina.
Pero, quizá la causa más poderosa de este comportamiento de solidaridad, alerta y también de temor, fue el hecho de que el tiroteo se dio en la misma zona donde se encuentra la tienda Walmart, que en el 3 de agosto del 2019 fue escenario de una masacre a manos de Patrick Crusius, un demente y supremacista blanco, de 21 años, que, motivado por cuestiones raciales, dio muerte con su rifle de asalto a 23 personas y dejó heridas a otras 23.
Ese tiroteo de terror, marcado con el número 250 del año 2019 por la organización civil Gun Violence Archive, se vino inmediatamente a la memoria de las familias juarenses, cuando los medios y las redes sociales difundieron la ubicación del escenario de la balacera del miércoles.
Independientemente de la inquietud y sentimientos de miedo que el hecho despertó en los juarenses, la rápida respuesta de las autoridades policiacas paseñas, dio también un ejemplo a nuestras lerdas corporaciones de seguridad de Juárez, sobre cómo se debe actuar para contener una crisis de seguridad colectiva, pero, sobre todo, para detener a los asesinos.
Cierto es que las comparaciones son odiosas, pero también sirven para evidenciar lo que en materia de seguridad ciudadana no se hace, o se hace mal, por complicidades, corrupción, ineptitud o simplemente miedo.
En Juárez, estamos acostumbrados a que cuando se registra un evento en algún punto de la ciudad, la respuesta policiaca siempre es tardía y hasta en sentido opuesto, por lo que las persecuciones resultan un fracaso.
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A una semana de que dejó a su personal vestido y alborotado, este viernes visitará la ciudad el Comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño Yáñez, quien encabezará un evento charro en la plaza de la Mexicanidad, mejor conocida como la X.
Fuentes mironianas confirmaron que el delegado del INM en el Estado, el contraalmirante Salvador González Guerrero, recibió instrucciones del alto mando de invitar a los mandamases de los tres niveles de Gobierno para una presentación que hará Garduño en la X.
En ese show también estará todo el personal del Instituto, incluyendo los 70 elementos que fueron comisionados de otros estados, al operativo de contención de los migrantes para evitar que crucen a los Estados Unidos.
“Invitaron a todos, al alcalde, a la gobernadora, al delegado federal de Bienestar, al comandante de la Guarnición Militar, a los fiscales estatales, al jefe de la Policía Municipal y al comandante de la Guardia Nacional, nomás les falto la Border Patrol”, comentaron ayer en tono de burla en las oficinas de Migración, sobre el público que el comisionado Garduño espera tener en su evento.
La primera actividad que tendrá el funcionario federal a su llegada a Juárez, será trasladarse a El Paso a una reunión con los jefes de Aduanas y Protección Fronteriza, así como de la Patrulla Fronteriza, para hacer una evaluación del operativo de contención que desde el mes de enero se puso en marcha de manera conjunta, en el límite de la frontera, para detener el flujo de migrantes hacia el norte.
Una vez que esté en Juárez, rendirá un informe de cuentas alegres a los medios durante la conferencia de prensa que supuestamente va a ofrecer, donde será bueno preguntarle dos temas: el abandono en que tienen a cientos de migrantes que deambulan por las calles de la ciudad y la corrupción y negocio que impera en la estación migratoria, con los amparos que tramitan a los extranjeros para no retenerlos.
Ese negocio lo hace el jefe de la estación Daniel Goray, cobijado por el subdelegado del INM, el expolicía judicial Edgar Caro Ramírez, en contubernio con abogados de su confianza a quienes pasan la información y de los extranjeros que cuentan con recursos o patrocinadores, para tramitarles la suspensión provisional y puedan salir de la estación migratoria.
A ver si no enmudece el doctor Garduño por las travesuras de sus muchachitos.
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A propósito del rudo coordinador de los diputados morenos, este comenzó a desplegar una estrategia de descalificación contra la gobernadora Maru Campos, a trece días de que esta rinda su primer informe de gobierno.
Hasta los viajes que Maru ha hecho al extranjero en plan de promoción de la entidad, está cuestionando el incondicional de Juan Carlos Loera, pero ese tema es “peccata minuta”, comparado con los que nos dicen que tiene agendados para golpear a la administración panista.
En su lista de temas para la guerra sucia, Cuauhtémoc Estrada ya dio los primeros tiros de calentamiento para descalificar las acciones del Gobierno estatal.
Es verdad que una de las tareas de la oposición es ser contrapeso de los Gobiernos constituidos, pero otra cosa muy distinta, es la guerra sucia para desinformar y desestabilizar, que es a la que está desplegando estos días el abogado laboralista quien, como generador de leyes y sus reformas, ha resultado un reverendo fracaso. Los hechos no dejan mentir.