Tras el cisma nacional del PRI, causado por la caída del chino, Miguel Ángel Osorio Chong, el dirigente del tricolor en el estado, Alejandro Domínguez ya no quiere una diputación, sino una notaría pública, que le resuelva su futuro económico.
Aunque Alejandro pertenece al establo político de Graciela Ortiz y, por ende, le es fiel a Alito Moreno, la fractura del PRI nacional que generó el chino Osorio, complica las posibilidades del tricolor en todo el país, pero especialmente en Chihuahua, donde de cuarta fuerza política, en la que se encontraba después de las elecciones del 2021, en el 2024 puede convertirse en un partido fantasma y desaparecer literalmente del ánimo del electorado.
Esto lo sabe perfectamente Alex Domínguez, quien prefiere mover sus hilos en Palacio del Estado para conseguir una notaría, antes de que se quede sin Juan y sin las guajolotas.
Lo malo para sus aspiraciones, es que su correligionaria, la diputada Georgina Zapata, parece que le adivinó sus pensamientos y se le está atravesando desde el Congreso, con una iniciativa de reformas a la Ley del Notariado, para que la fe pública abra más espacios a las mujeres y haya equidad de género, pues hasta ahora de 74 notarías ocupadas en el Estado, 54 las tienen varones.
El tiro de la diputada cetemista no es contra Alejandro, sino que lo hace contra el Estado, porque ella misma tiene aspiraciones a una notaría, y sabe que en estos momentos hay varias vacantes en diferentes distritos de la entidad donde ya están apuntados varios nombres masculinos.
Georgina tiene los mismos sentires que Alejandro Domínguez y ya no quiere queso, sino salir de la ratonera, porque en las próximas elecciones todas las posibilidades del PRI se han reducido a cero, tanto en las posiciones municipales, como en las estatales y peor en las federales. Así como lo lee estimado lector, tooodas.
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Resulta que en las filas panistas del Estado hay rupturas y fricciones en algunos de sus liderazgos.
Uno de ellos que ha trascendido desde el seno del PAN, como en la sección de chismes del corazón, es el rompimiento de la diputada federal Daniela Álvarez con el actual secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, Mario Vázquez, a quien la legisladora no quiere ver ni en pintura.
En los eventos de arranque o entrega de obras, a las que ha sido invitada Daniela, ha rechazado su asistencia si está presente el excoordinador de la bancada panista en el Congreso del Estado.
Fuentes mironianas, nos cuentan que el rompimiento no solo es en el ámbito sentimental – después de una década de pura miel sobre hojuelas-, sino también en el campo político, donde ambos se han desenvuelto bajo las siglas del PAN todas sus vidas.
O sea que, ahora sí se las verá difícil quien fuera también dirigente estatal del PAN, porque sus aspiraciones para ser candidato a senador en el 2024, se pueden ver truncadas, porque son las mismas que las de Daniela, quien tiene la ventaja de ser de Juárez, donde su nombre está bien posicionado, a diferencia del otro.
Los que saben del cisma, afirman que Daniela se había mantenido al margen de pretender la candidatura a la senaduría por respeto a su pareja, pero tras el rompimiento sin retorno, ha manifestado abiertamente su deseo de buscar esa postulación.
De hecho, en el listado de la dirigencia nacional del PAN ya aparece el nombre de la diputada como fuerte aspirante a la senaduría, por la simple razón de que cuenta con la bendición de la gobernadora Maru Campos para competir por esta posición.
Por todo ello, dicen en el PAN estatal, a Mario no le servirán de nada los años que tiene en la política, ni el largo colmillo que ha desarrollado en la grilla partidista, porque tendrá como rival a una mujer muy entrona, que se mueve bien en la telaraña del poder público, pero, sobre todo, que le conoce todos sus pecados y puntos débiles.
Así que, estimado lector, no se pierda el próximo capítulo de Corazones Rotos, versión PAN, porque la otra versión, la de Morena, protagonizada por Juan Carlos Loera y Ariadna Montiel, ya aburrió y fue retirada de cartelera.
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Ocho organizaciones sociales y políticas que trabajan en favor de la candidatura de Marcelo Ebrard a la presidencia de la República, tendrán este sábado su reunión cumbre en Juárez para grillar, y definir nuevas estrategias que pongan en el ánimo de los chihuahuenses al canciller, para cuando se levanten las encuestas de Morena.
Los grupos marcelistas, integrados bajo el slogan de “Marcelo Sigue”, ofrecerán primero una conferencia de prensa en un salón de la avenida Tecnológico, para informar de los avances que tienen en el proselitismo que realizan a nivel estatal.
Después desarrollarán mesas de trabajo, donde compartirán experiencias en la labor que realizan y que, por cierto, se les ha complicado con el surgimiento de varias organizaciones que operan en favor de Claudia Sheinbaum, la corcholata favorita, hasta ahorita, de Palacio.
Llama la atención, que en este evento reaparece el empresario Gabriel Flores “Saltamontes”, también conocido en el círculo rojo como “El Mangas”, quien brincó del priismo a Morena, por su amistad con la exdirigente nacional Yeidckol Polevnsky, actual diputada federal.
Ahí estará al lado de la diputada Maité Vargas, enlace de Marcelo en el estado, quien al parecer encabezará el evento de esta mañana, incluyendo a los grupos que en días pasados la desconocieron como coordinadora en Chihuahua.
Quizá por esa razón no incluyeron entre sus invitados a Hellen García, quien ha figurado como coordinadora estatal de Avanzada Nacional y se venía manejando por la libre, armando estructura en cada distrito electoral en los diferentes municipios.
Al tomar distancia del mando de Maité, Hellen fue blanco de varios obuses mediáticos que le mandaron sus rivales en el altar de Marcelo, calificándola de divisionista y conflictiva.
Los que sí estarán presentes serán Belinda Díaz, otra coordinadora de Avanzada Nacional; Mario Solís, de Morena Progresista; René Loya de Aquí Estamos con Marcelo; Mario de Alba, de Cuarta República; Rubén Iglesias de Fuerza México; Flor Corona de Mujeres Empoderadas, Karla Espinoza de Corazón Abierto y Jorge Echavarría, del Colegio de Abogados.