¿Con qué ocurrencia irán a salir ahora los jefes de Transporte del estado, tras el accidente del camión chatarra de transporte de personal, que se salió del camino y se proyectó contra el lecho del río Bravo?

No fue un accidente casual, definitivamente, sino producto de la imprudencia con la que conducen los cafres de esas unidades por toda la ciudad, no solamente por las vías rápidas como fue el caso, poniendo en peligro las vidas de sus pasajeros, de otros automovilistas y hasta de peatones.

Ahora fueron 27 pasajeros los que resultaron lesionados por la irresponsabilidad del chofer y del concesionario que lo contrató, pero todos los días son miles de trabajadores que son trasladados a las plantas maquiladoras en camiones chatarras, conducidos por operadores improvisados, que no fueron capacitados ni pasaron por pruebas para detectar adicciones, y mucho menos cuentan con un código de conducta que los obligue a respetar las vidas que transportan.

Dicen que, con la nueva de Ley de Transporte, supuestamente obligará a los abusones concesionarios a “modernizar” las unidades, mejorará el servicio, pero al final de cuentas seguirán siendo vehículos viejos, con 10 años de antigüedad, que de ninguna manera garantizan traslados seguros por el desgaste natural de una década de uso.

¿Habrá que esperar a que entre en vigor la mentada “modernización” de la ley, para que la nueva Subsecretaria del Transporte evalúe, supervise y certifique la capacitación teórica y práctica de los choferes y se terminen de una vez por todas las emociones fuertes y peligrosas que provocan los cafres del transporte público?

Se supone que esta capacitación es una obligación permanente que también contempla la ley que fue reformada, pero por lo visto, hasta ahora, ha sido letra muerta y solo se acuerdan de que existe cuando ocurren accidentes como el de ayer, donde se combinan la impericia y la imprudencia del chofer, con las malas condiciones de los camiones.

¿Cuál será esta vez la justificación de los inspectores de transporte, que permitieron que esa unidad transitara por el Ribereño, sin placas y a exceso de velocidad, a pesar de que le fallaban los frenos, según el testimonio de los pasajeros lesionados? Luis Manuel Aguirre tiene la palabra.

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Otra vez el líder de la fracción panista en el Congreso del Estado, Mario Vázquez, puso como palo de gallinero al exgobernador Javier Corral y de paso a sus colaboradores César Jáuregui Robles, Arturo Fuentes Vélez, Alejandra Catarina de la Vega, Jesús Mesta Fitzmaurice, a quienes llama compinches.

Vázquez respondió a Corral la crítica que hizo al Gobierno de Maru por la enajenación de un terreno del patrimonio estatal a la empresa del empresario Luis Lara, y le dijo que en su administración, el 20 de octubre del 2019, le vendió a la misma empresa, Parques American Industries, un terreno a precio subsidiado de un dólar el metro cuadrado.

Le dice en la carta que hizo pública que en su Gobierno no logró ni un estímulo para generar desarrollo económico y empleos bien pagados, por sus limitaciones e incapacidades.

Reclama el líder parlamentario que Corral haya girado instrucciones al grupo de Morena en el Congreso para que revisen la enajenación del terreno, con lo cual demuestra su alianza con este partido.

“No solo te descubres sobre cómo actuaste como gobernador, transgrediendo la autonomía de los Poderes Legislativo y Judicial, sino que pretendes seguirlo haciendo, siendo un don nadie, ahora con el partido con el que te aliaste desde antes de las campañas políticas, entregaste lo que te quedaba de dignidad por tus bajas obsesiones. Te queda tan poca dignidad que ya no tienes reparo en reconocer tu alianza y hasta giras órdenes públicamente a los diputados de Morena”. Tómala.

Le recomienda que antes de escribir sus mentiras, “llenas de rencor y envidia que no se ha podido sacudir en tantos años”, le debería preguntar a sus compinches todo lo que hicieron en su Gobierno y no le informaron, como el hecho de que en el 2020 fue publicada una ley que obliga a pasar por el Congreso, la autorización de los comodatos o enajenación de bienes públicos, a empresas del sector privado, como es el caso del tema de la discusión.

Para rematar le exige que se aleje de Chihuahua, ahora que ya no es nadie, porque los chihuahuenses ya pagaron la penitencia por haberle creído y confiado el estado.

Esta es la segunda respuesta que le da Mario Vázquez en lo que va del mes. La primera se la publicó el 1 de julio cuando le dijo que en su fallido gobierno protegió al líder criminal El Chueco y que los cinco años se dedicó a mentir y a jugar golf.

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Llamó la atención que ayer en la sesión de la comisión permanente del Congreso del Estado, el diputado morenista Benjamín Carrera subiera una iniciativa con carácter de decreto, para que se consideren deportes en la Ley de Cultura Física el senderismo, el maratón, el montañismo y la escalada.

No faltaron los comentarios ácidos de algunos de sus colegas azules y guindas, que sugirieron con mucha razón, que para que esos deportes puedan practicarse en Chihuahua, primero debe haber seguridad en la zona serrana, que hasta hoy sigue siendo tierra donde la ley del narco es la que manda.

El senderismo, el montañismo y la escalada que solían practicarse en Creel, en el cañón de Urique, en las Barrancas del Cobre, en el Cañón del Pegüis, cerca de Ojinaga, en las Cumbres de la Sinforosa, en Guachochi y en Las 40 Casas, de la región de Madera, ya son deportes peligrosos en la naturaleza, por la presencia de los grupos del crimen organizado.

El ingenuo Benjamín piensa que, con adicionar un artículo a la ley del deporte del estado, van a volver esas actividades recreativas, que por muchos años fueron práctica común en las zonas turísticas de la Sierra Tarahumara.

Ciertamente que hay deportistas intrépidos que se la rifan acudiendo principalmente a los cañones a escalar y correr por los acantilados, pero son los menos, porque hasta los grupos de maratonistas que solían ejercitarse en la alta montaña de Guachochi, han dejado se ir, según las versiones de los guías de turistas de aquella región.

Por lo mismo, sería de mayor utilidad para todos los deportistas que solían ejercitarse en la sierra, que el diputado Carrera promueva primero la presencia obligada de las fuerzas policiacas estatales, en todas esas regiones que son peligrosas por la presencia de grupos armados.

Hasta ahora, ni siquiera el operativo de cientos de militares, de la Guardia Nacional y de policías estatales que se puso en marcha para capturar al Chueco, ha restablecido la seguridad ni la confianza de quienes vacacionaban en distintos lugares de la Tarahumara.

La crisis por la que atraviesan los prestadores de servicios turísticos de la montaña, por la falta de vacacionistas no deja mentir.